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Annie Leibovitz: «El mirar me consumía»

Habló sobre su complicada relación con la fotografía
larazon

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«Mirar no me permitía hacer nada más. El mirar me consumía. Mi estado de ánimo dependía de la última fotografía tomada. Si hacía una buena fotografía, estaba eufórica, viva. Si mis fotos no eran buenas, me sentía fatal, fracasa, deprimida. Hasta que hacía la siguiente fotografía buena». Annie Leibovitz, que entró sonriente en el teatro Campoamor de Oviedo, saludando a sus colegas de oficio, posando para las docenas de cámaras que la enfocaban, recordó a la escritora Susan Sontag, su ex pareja, que también recibió en este mismo escenario el reconocimiento que se le brindó a ella ayer. La artista, que ha inmortalizado a tantos actores de Hollywood y políticos, dedicó la mayor parte de sus palabras a una profesión que definió como «la mejor relación de su vida». La reportera, con unas palabras sinceras, desprendidas de gravedad, amenas, ofrecía una sinceridad digna de sus propias instantáneas y sacó a relucir el debate que ha abierto el mundo digital y la democratización de su arte: «La verdad es que la fotografía se inventó para que cualquier persona pudiera crear una imagen. Para que cualquier persona, de cualquier clase o posición social, pudiera tener una imagen de ella misma o de sus familiares y amigos, o de los paisajes y las vistas y las cosas que fuesen importantes para ella. El poder de la fotografía es el poder de compartir nuestras experiencias con otras personas al margen de las diferencias temporales, geográficas, de educación y de creencias».
Rechazó la posible muerte de ese arte igual que los escritores no creen en la desaparición de la novela y dijo: «Para el fotógrafo, la fotografía no es sólo algo que queda registrado. Es la expresión de un punto de vista. El trabajo del fotógrafo es expresar ese punto de vista de forma tan acertada y consciente como le sea posible, con su talento, experiencia e intuición. Es quien registra la experiencia de la mirada y la transforma en una imagen duradera». Y concluyó, como en todo su discurso, con entusiasmo: «La imagen es cada vez más relevante y tiene más fuerza en nuestras vidas que nunca».