Exposición
El Thyssen combate el antropocentrismo
Hasta el 24 de septiembre abre «Terrafilia», muestra con la que el museo asegura haber salido de su zona de confort
El Museo Thyssen-Bornemisza ha salido de su zona de confort. Ha decidido romper las reglas y se ha lanzado a presentar una muestra que Guillermo Solana, director artístico del espacio, lamenta «no haber hecho antes». Hasta el 24 de septiembre abren las puertas de «Terrafilia», una muestra que cuenta con la colaboración de la Fundación TBA21 que preside Francesca Thyssen-Bornemisza, y bajo comisariado de Daniela Zyman. La presentan como un nuevo capítulo en la historia del espacio, incluso como «el futuro de este museo», explica Solana, «busca mostrar las interconexiones más aparentemente alejadas entre sí, las más insólitas, a través de yuxtaposiciones tremendas de piezas que no esperaríamos encontrar en compañía de otras». Un Dalí ocupa una de sus salas junto a lienzos de Jan Brueghel el Viejo y Goya, o de artistas contemporáneos como Regina de Miguel, Asunción Molino Gordos y Josèfa Ntjam. Una composición que se percibe como si el visitante se introdujese entre los bastidores de una obra de teatro filosófica, política y geocéntrica.
En el subtítulo de la exposición está la clave: «Más allá de lo humano en las colecciones Thyssen-Bornemisza». Explica Zyman que «queremos ir más allá de ese concepto tan estrecho de lo humano como ser racional y soberano del planeta. Vamos dándonos cuenta que después del colonialismo o el capitalismo hay otro tipo de humanidad. Hay solo un planeta Tierra, pero en él hay muchos mundos, no sólo los ontológicos, culturales o geográficos, sino aquellos que cobran forma a través de su coexitencia y de la de quienes los habitan», añade la comisaria.
Un ente vivo y herido
Abarcando cinco siglos de creación artística, la muestra hace «un canto a la Tierra, combate el antropocentrismo, y no es un sermón pegado a obras de arte», advierte Solana. El recorrido se divide en seis capítulos que, en palabras de Francesca Thyssen, «componen y descomponen todos esos temas con los que vivimos, para explicarnos nuestro mundo y liberarnos de la catástrofe de la estructura». Un discurso holístico e innovador, relatado con casi un centenar de obras que reimaginan la exitencia en la Tierra, así como ofrecen nuevas formas de habitarla. Desde relatos mitológicos hasta prácticas espirituales y ecológicas, la muestra arroja luz sobre la crisis planetaria actual para inculcar nuestra visión hacia la naturaleza como un ente vivo, inteligente, pero también herido. «La ecología no está libre de ideas coloniales ni de una visión supremacista blanca, que propone una imagen de la naturaleza para unos pocos. Esta exposición interroga estos aspectos, y también la situación política actual», asegura Zyman.