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B.B. King, ¿descanse en paz?

Más de 4.000 personas desfilaron delante del féretro abierto del músico en el B.B. King Museum and Delta Interpretive Center antes del funeral en la intimidad previo a darle sepultura
Más de 4.000 personas desfilaron delante del féretro abierto del músico en el B.B. King Museum and Delta Interpretive Center antes del funeral en la intimidad previo a darle sepulturalarazon

Ayer se celebró el funeral en su ciudad natal, ensombrecido por el cruce de acusaciones entre sus hijas.

Ni tan siquiera ayer, que se celebró su funeral en su ciudad natal de Mississippi, Indianola, ha podido descansar en paz B.B. King, porque la multitudinaria ceremonia estuvo ensombrecida por el intercambio continuo de acusaciones entre dos de sus hijas, los abogados y los ayudantes del fallecido guitarrista. La polvareda mediática que ha levantado la posibilidad planteada por Karen Williams y Patty King, de que su padre falleciera a causa de una sobredosis de una «sustancia extraña» que le habrían suministrado para provocarle la muerte prematura parece estar eclipsando el luto y el legado del músico.

Mientras ayer cientos de personas acompañaban el féretro de King por las calles de Indianola, muchos siguen pensando en las razones que han llevado a dos de sus 15 hijos a plantear la posibilidad de un homicidio que la policía de Nevada está investigando a través de una prueba toxicológica cuyos resultados se darán a conocer en unas ocho semanas. Al tiempo que el abogado del legado de King, Brent Bryson, desestimaba las reclamaciones de Karen y Patty explicando que «las acusaciones contra su representante, LaVerne Toney, y su asistente personal, Myron Johnson, son infundadas y no están respaldadas por la realidad», la hija mayor del artista, Shirley, se mostraba molesta por la batalla surgida calificándola de «lamentable» porque mancillaba su nombre y su legado incluso antes de darle sepultura. «Esto podría haber esperado hasta que mi padre sea enterrado. Además, está provocando mucho enfado entre sus fans», declaró al «Daily News». Añadió además que en pleno luto «no quiero pelear. Sólo que mi padre pueda llegar a su descanso eterno. Yo le amaba con todo mi corazón y mi alma y esto me está haciendo mucho daño porque él no se lo merece». En todo este cruce de acusaciones, Shirley King confiesa que no sabe «en quién confiar, porque desconozco quién está realmente haciendo qué».

Cuestión de dinero

Del otro lado siguen estando las dos hijas responsables de elevar sendas declaraciones juradas pidiendo que se investigara la muerte del guitarrista como un asesinato y acusando directamente a Toney y Johnson. Brent Bryson no ha tardado en contestarles sin tapujos y declarar que, en su opinión, las acusaciones estarían relacionadas con la herencia. Kink había establecido un fideicomiso para sus descendientes. Esto significa en que habría reservado para cada uno de sus 15 hijos entre 3.000 y 5.000 dólares (más de 2.700 euros) en total. «Mi conjetura es que a los hijos y los nietos no les gusta el hecho de que esté dejando esas pequeñas sumas para cada uno y el resto de su fortuna a sus otros descendientes (tiene 40 nietos) para que tengan una educación», explicó el abogado del músico, que añadió que «B.B. King no había tenido nunca una buena educación formal, y él quería que sus descendientes pudieran ir a la universidad y por ello ha dejado esa cantidad de dinero para utilizarlo en sus estudios y otros gastos». Pero lejos de zanjar el asunto con sus sospechas sobre las motivaciones de las dos hijas en litigio, Larissa Drohobyczer, abogada de Williams y King, emitió un comunicado a través de la revista «Rolling Stone»: «Karen y Patty no tienen nada que ganar financieramente por saber la verdad de cómo murió su padre. Nada», y apuntó a que el abogado de B.B. King «está arrastrando innecesariamente el luto de las hijas por el barro sin razón aparente». Bryson también ha aprovechado esta semana para afrimar que los familiares del artista sí habrían podido visitar a King y recalcó que su nieta Valerie Byrd lo hizo antes de su muerte.

Unas 4.000 personas pudieron velarle ayer en el B.B. King Museum and Delta Interpretive Center con el féretro abierto, en el que el músico fue presentado con una camisa de satén púrpura, una chaqueta de esmoquin floral y flanqueado por dos de sus queridísimas Gibson negras. Sus restos descansarán en el museo que lleva su nombre.