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Cimientos españoles para la Bauhaus

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El estudio barcelonés González Hinz Zabala se encargará del diseño del museo dedicado a este movimiento artístico en Dessau.
El nuevo museo de la Bauhaus en la ciudad germana de Dessau lo construirá un grupo de arquitectos españoles. Concretamente, el despacho barcelonés Gonzalez Hinz Zabala, posteriormente nombrado Addenda Architects, cuya propuesta fue escogida entre 831 proyectos de más de sesenta países por «ser una obra que, en su lenguaje formal de modernidad, representa muy bien la intención original de la Bauhaus: ser una escuela abierta», según explicó la directora de la Fundación Bauhaus en Dessau, Claudia Perren. El museo se inaugurará de cara a 2019, fecha en la que se cumplirán cien años del nacimiento de la corriente artística de origen alemán.
La Fundación Bauhaus de esta ciudad en el este de Alemania recibió desde marzo todo tipo de propuestas al concurso que organizó para elegir el mejor diseño del museo que albergará 40.000 obras y documentos, la segunda colección más grande de objetos de la Bauhaus, sólo por detrás de la de Berlín. Actualmente, estas obras están almacenadas en el depósito del museo y sólo una pequeña parte de las mismas se exhiben al público. El coste de ejecución de la propuesta del estudio catalán es de 25 millones de euros, una cantidad que justifica por completo su calidad, de acuerdo a la valoración de la institución. La construcción, que se extenderá a lo largo de 5.600 metros cuadrados, propone el emplazamiento de una estructura colgante donde se expondrán muestras temporales y servirá para organizar talleres y eventos, y una sobrefachada transparente acristalada que pretende alentar a los visitantes a conocer este movimiento artístico. La sala de exposiciones ocupará 1.600 metros cuadrados y se concebirá como un espacio libre, casi diáfano. «Los pisos representan en la estructura un papel especial», informó el estudio ganador. Lejos de ser un simple museo urbano, la pieza arquitectónica se integrará en el paisaje de Dessau; por ello se emplazará en uno de los parques más céntricos de la ciudad.
En esta construcción de diseño minimalista, que persigue la simpleza y funcionalidad, prima la claridad y la apertura, según explicó uno de los autores del proyecto, el arquitecto Roberto González Peñalver, en una entrevista concedida a LA RAZÓN. «El elemento diferenciador de nuestra propuesta es la flexibilidad que le ofrecemos al museo para exponer sus obras, además de que cumple las expectativas de representar a una institución como la Fundación Bauhaus y ayuda, a su vez, en la misión de revitalizar la ciudad». La Fundación ya había justificado su elección aludiendo a una «gran calidad constructiva que utiliza un material claro y viable». También añadieron que durante la fase de negociación quedó claro que se trataba de una propuesta muy realizable con el coste propuesto «sin tener que renunciar a calidad arquitectónica y funcionalidad».
Reinterpretar las ideas
Este proyecto constituía todo un desafío para el grupo de arquitectos, que se preguntaron cómo podían recuperar las ideas de la Bauhaus y reinterpretarlas para adaptarlas al siglo XXI, pero guardando siempre fidelidad a la esencia del movimiento. La construcción tenía que albergar una amplia variedad de objetos valiosos en extrema seguridad, cumpliendo las condiciones de temperatura e iluminación pertinentes. Todo ello, en un plazo de ejecución y con un presupuesto determinado.
«Queríamos realizar un museo muy abierto», puntualizó el joven arquitecto, «un espacio capaz de exponer todo el catálogo de objetos y documentos antiguos que alberga la Fundación. Por un lado, la caja negra, muy protegida, cuidada y controlada, donde las obras de arte se exhiban como joyas y por otro, la vitrina transparente que lo enmarca, la cual pretende sugerir una invitación al visitante».
Aunque la Fundación calificó la decisión final como «clara», en un principio el organismo no había decidido cuál de sus dos diseños ganadores sería el elegido para el museo. La obra de González Hinz Zabala competía con un proyecto que exponía un concepto arquitectónico muy diferente: el presentado por los arquitectos neoyorquinos Michael Young y Kutan Ayata y el paisajista Misako Murata que, en contraste con la simpleza iconográfica del «menos es más» de los autores españoles, propusieron la creación de expresivos módulos irregulares en dirección al cielo. Ambos obtuvieron sendos primeros premios en septiembre, aunque, tras las conversaciones de negociación, fue el proyecto español el que finalmente acabó por convencer a la Fundación.
La construcción del museo se iniciará el 4 de diciembre de 2016, una fecha que no es casual, pues coincide con el nonagésimo aniversario de la Bauhaus de Dessau. «Cuando supimos que se trataba de un concurso abierto internacional decidimos presentarnos, ya que todos los integrantes del equipo tenemos una gran predilección por la escuela Bauhaus», explicó González, citando al resto de sus socios: el arquitecto español José Zabala Rojí y la alemana Anne Katharina Hinz, con quienes empezó a trabajar en la propuesta. Posteriormente, se sumaron al trabajo Cecilia Rodríguez Vielba y Arnau Sastre Cuadri y formaron un nuevo equipo que les llevó a renombrar su despacho a Addenda Architects. Para este ambicioso proyecto, cuentan además con el aporte de la paisajista barcelonesa Roser Vives de Delás.
«Lo que hicimos fue llevar a cabo un debate interno en el que discutimos qué suponía la Bauhaus para cada uno y llegamos a un punto en común: que lo más importante que nos deja este movimiento artístico es el gran referente educativo y de interacción social que supuso. Queríamos un diseño que lograra la continuidad de la corriente, de ahí la idea de hacer un museo muy abierto capaz, a su vez, de exponer el gran catálogo de obras».
Alabanzas al diseño
Stephan Dorgerloh, el ministro de Cultura del estado de Sajonia-Anhalt, al que pertenece Dessau, se deshizo en alabanzas con el diseño propuesto por los arquitectos españoles, gracias al cual «el centro de Dessau conseguirá una nueva joya». El ministro se declaró, además, «fascinado por su ligereza y permeabilidad» y la definió como una obra «capaz de reflejar la tradición arquitectónica de la Bauhaus». Por su parte, el alcalde de la ciudad, Peter Kuras, se declaró convencido por la simplicidad y sencillez del proyecto. «El museo se convertirá en una nueva atracción para la ciudad –de 78.000 habitantes–. Traerá mucha vida al centro», añadió.
El estudio Gonzalez Hinz Zabala comenzó sus actividades en 2007 y ha sido el autor de proyectos nacionales, como el centro cívico de la Torre Sagrera, en Barcelona y también ha realizado obras fuera de las fronteras españolas, como la Epalinges Housing, en Suiza. No es la primera vez que obtiene un galardón, aunque nunca uno de semejante envergadura como el de la Fundación Bauhaus. «Recibir este premio supuso una enorme alegría», rememora González, que supo de la decisión el pasado 16 de diciembre, «un sueño que se suele conseguir con más años de experiencia. En España este tipo de proyectos son menos habituales y la posibilidad de construir en Alemania, todo un referente de construcción y ejecución, puede abrirnos muchas puertas a otros trabajos futuros».
La arquitectura alemana ya tiene la mirada puesta en 2019, donde, como parte de un homenaje a la escuela Bauhaus, se construirán nuevos museos. Además del de Dessau, se levantarán nuevas salas de exposición en Weimar, ciudad en la que Walter Gropius fundó este movimiento hace cien años, y en la capital del país, Berlín.