Buscar Iniciar sesión

Dani Rovira: «¿Presión? Para el público»

larazon

Creada:

Última actualización:

Al equipo de «Ocho apellidos catalanes» le cuesta entrar en la frecuencia de la Prensa. De algún modo, se sienten intimidados por ciertas preguntas reiterativas
Al equipo de "Ocho apellidos catalanes" le cuesta entrar en la frecuencia de la Prensa. De algún modo, se sienten intimidados por ciertas preguntas reiterativas. Las expectativas son altas. Y, a sólo dos días del estreno en salas, están hartos de que les pregunten por sus temores o sus deseos. "El sobreanálisis no es bueno. Las expectativas son el asesino de la diversión", repite Berto Romero. A su lado, Clara Lago trata de interpretar este fénomeno sobre el fenómeno: "Es triste que eso tan maravilloso que es hacer la segunda película después del exitazo de la primera se vea como presión y como si la primera tuviera que estar peleada con la segunda". Dani Rovira calla. Está extrañamente contenido. Se habla de cifras. Las de siempre: 60 millones de euros, 10 millones de espectadores... Vuelve a salir la palabra presión. Y Rovira estalla. Estalla en plan cómico, no piensen mal. Se suelta por fin. "De hecho, la presión la tiene que tener el público, ellos son los que hicieron ese récord histórico con la primera. Así que tenéis que ir (nosotros, la Prensa) a meterle presión a ellos. ¡A ver si el público tiene los santos cojones de superarlo!".
Tras las risas, añade Clara Lago: "Yo lo que quiero es que la película guste, no me voy a meter en si es un taquillazo o no. Porque si va mucha gente a verla pero no gusta, no me lo tomaré como un éxito. Espero que la gente salga pensando: ¡Ojalá haya una tercera!". Interviene Berto Romero: "Es curioso: la primera fue una película que, sin pretender nada, lo tuvo todo. Y a ésta, que tampoco pretende nada, se le exige todo. Es cierto que el público ya no es virgen con esta pelicula. Pero fue el público el que se inventó el éxito de ''Ocho apellidos vascos"”. Todos coinciden en que el factor sorpresa se ha perdido, pero "la esencia del filme es la misma". Incluso el rodaje. A pesar de la fuerte atención mediática, el equipo logró crear una "burbuja"de trabajo durante aquellas ocho semanas. "Sólo notamos la presión durante el día de prensa en el rodaje -señala Clara-. Vinieron como 62 medios. Y, de repente, durante un par de días el equipo estaba con esa especie de presión, con la nube negra". Añade Rovira que "hubo que hacer más esfuerzos para crear esa burbuja y no envenenarnos con presiones, ya fuera por la Prensa como por la gente que vivía en el sitio donde rodábamos. Somos conscientes de que parte del secreto del éxito de la primera película fue el ambiente de rodaje. Para mí es tan importante como las promos o la postproducción".
Por encima del resto, los focos recaen sobre Dani Rovira, ganador de un Goya por "Ocho apellidos vascos". Esta secuela era (es) un reto para él. "Mi lucha después de la primera película era seguir haciendo este trabajo desde la mayor inconsciencia y desde el juego. Creo que lo he conseguido. Tenía miedo a perder la frescura haciendo una película tras otra, perder la naturalidad”. El viernes será el público quien decida hasta qué punto el equipo de “Ocho apellidos catalanes” está a la altura de su predecesora.