«Ida», de Pawlikowski, un triunfo excesivo en el Festival de Gijón
Se acabó el 51 Festival de Cine de Gijón. Ha sido una buena edición en líneas generales, a pesar de que, para variar, el jurado haya vuelto a equivocarse. Nos parece un error que la película de clausura haya sido Our Sunhi, de Hong Sang Soo, a quien la muestra le ha dedicado una parcial retrospectiva. Es cierto que este realizador tiene sus fans y triunfó en Locarno, pero no nos parece una buena película para echar el cierre. La cinta cuenta con 20 planos absolutamente fijos, unos personajes que beben, comen y hablan poco porque, lo que tienen que decir, será reflejado luego. En definitiva, bastante aburrida.
En los premios se ha lucido el jurado: mejo película, actriz, guión y direción artística para la película "Ida", de Powell Pawlikowski,. Es una buena cinta, pero en falso blanco y negro. Está ambientada en la Varsovia de 1962 y cuenta la historia de una novicia católica de origen judío. La deliberación nos parece un tanto excesiva.
Como de costumbre, se quedan fuera del palmarés las dos mejores películas, merecedoras de todos los premios, la iraní "Le passé", d'Asghar Farhadi, y "Los chicos y Guillaume ¡A la mesa!", de Guillaume Gallienne, pero, claro, la primera es una gloria visual y la segunda una comedia brillante, y está más que comprobado que esas cosas no son del gusto de los jurados. Le encantarán al público cuando se estrenen.