Los viernes, milagro
Creada:
Última actualización:
«Torrente 5» arrasa en el fin de semana más español y apuntala un año magnífico que podría alcanzar el 30% de cuota de pantalla
Desde sus inicios en el cine, Francia le despertaba a Santiago Segura una enorme envidia. No precisamente por sus quesos o su incorregible vanidad, sino por su taquilla, siempre encabezada por tres o cuatro –o cinco o seis– producciones propias, de la tierra. Quizás él, como muchos otros, pensaran entonces, ante el panorama de nuestra cartelera, en Juan Antonio Bardem y su lapidario R.I.P al cine español: «Es políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico». Durante años, décadas, nuestro cine ha arrastrado un complejo. Y sólo en los últimos tiempos se ha ido desembarazando de él. Poco a poco, aparecían hábiles francotiradores; se colaba un título a modo de pelotazo, revelación del año; luego, dos... Y así hasta este 2014 mágico, cuyo cenit ha sido precisamente este fin de semana. De viernes a domingo, el cine español ha reventado literalmente la taquilla, confirmando la tendencia exitosa que inauguró «Ocho apellidos vascos» a principios de año y apuntalando lo que va camino de ser un año récord, histórico.
Tres producciones patrias en el «Top 5»
En concreto, las películas españolas han copado el 70 por ciento de la taquilla de este fin de semana. De los siete millones recaudados, cinco han ido a parar a producciones nacionales. En el «top 5» de las más vistas se sitúan tres cintas patrias: «Torrente 5: Operación Eurovegas» (en lo más alto del ranking), «La isla mínima» (en la segunda posición) y «El niño» (cuarta tras la estadounidense «El corredor del laberinto»). El «efecto Torrente» tiene buena parte de culpa en el éxito concreto de este fin de semana: uno de cada dos espectadores que acudieron al cine optaron por esta producción, recién salida a la cartelera, algo que para Amiguetes, la productora de Segura, es «un honor». «Que la mitad de los que fueron al cine optaran por reírse y divertirse con nosotros y con una película española nos deja muy contentos y satisfechos», destacaron. En total, «Torrente 5» acumuló 529.216 espectadores de viernes a domingo y una recaudación de 3,6 millones de euros. No es el mejor estreno de la saga, pero sí un arranque de ensueño para una superproducción –en términos nacionales– cuyos costes se elevan hasta los 8,5 millones. Probablemente, la mitad de lo invertido se recuperará en la primera semana. De hecho, su entrada ha sido tan fulgurante que incluso se ha colado en el número 14 del ranking mundial, a pesar de competir exclusivamente en un territorio frente a los 38 de otras producciones internacionales, generalmente norteamericanas. «Torrente» sigue tirando del carro.
Sin embargo, este año, a diferencia de otros «años Torrente», Segura no es el «salvador» exclusivo del cine español. «Jamás pretendí serlo», manifestaba a LA RAZÓN en el estreno, «yo quiero estar rodeado de películas españolas en lo alto y que entre ellas esté la mía». Conseguido. Junto él, dos ambiciosas películas se han encaramado a lo alto y amenazan con quedarse para largo. Alberto Rodríguez está encantado con la progresión de «La isla mínima». «No sé a qué se debe el éxito, si lo supiera me haría rico con cada película», explica a este periódico. Sin embargo, considera que la «publicidad» de la que se benefician estas tres producciones, adscritas a plataformas televisivas –«Torrente» y «La isla mínima» con Atresmedia; «El niño», con Mediaset– atrae a un número amplio de espectadores y los invita a apostar por su cine. Luego, ya en la butaca, lo que ven los convence: «Todo esto nos viene muy bien para desterrar el mito de que el cine español es malo, hay muchas películas muy diversas y muy buenas». Su «thriller» ochentero, ambientado en las marismas sevillanas, ha recaudado 798.313 euros este fin de semana, mientras que en sus dos semanas en cartelera ha generado dos millones de euros, la mitad del dinero que costó. «Estamos encantados con la taquilla, pero también con lo que la gente nos dice por Twitter y por la calle; creo que lo que les gusta de esta película es que es un ‘‘thriller’’ absorbente, que te ofrece la posibilidad de sentarte en una silla y durante cien minutos estar en otro mundo y olvidarte de todo».
Finalmente, Daniel Monzón ha podido revalidar, y quizás acrecentar en breve, con «El niño» el éxito de «Celda 211». De las tres es la más veterana en cartelera. Se estrenó el 29 de agosto y ya entonces batió los registros de «Ocho apellidos vascos» en su primer día. Este último fin de semana ha hecho una «caja» de 506.605 euros y acumula ya 14 millones de recaudación. Costó 6 millones, una cifra muy ambiciosa en España, irrisoria en cambio para una producción norteamericana del estilo. De hecho, las distribuidoras internacionales que se interesaron por su película en Cannes no daba crédito: «Es imposible que haya costado eso», decían. Con «Celda 211», lanzada al mundo con sólo 3,5 millones de presupuesto y mucho ingenio, ya logró desbancar a megaproducciones como «Ágora». De aquel éxito, estos «ahorros». El número de espectadores que arrastran cineastas de este tipo comienza a ser una garantía para poder hacer un cine más ambicioso en lo material. Para Segura, «Torrente» es sinónimo de libertad: gracias a su éxito continuado «puedo contratar la música que quiero, los mejores efectos especiales o traer a Alec Baldwin. Se trata de competir a nuestra manera con el cine que se hace en Estados Unidos».
Las extraordinarias cifras del cine español coinciden con numerosas críticas a la situación financiera del sector y al sistema de subvenciones. Las tres películas que encabezan la cartelera cuentan con una financiación mixta entre productoras privadas y plataformas televisivas. Las subvenciones del Ministerio de Cultura o de otras administraciones –la Junta de Andalucía en el caso de «La isla mínima»– son residuales. Con todo, Alberto Rodríguez destaca la necesidad de «protección» de muchos productos que no logran eco mediático. «No hay que ver el dinero que se da a una película como uno que se tira a la basura: se da mucho empleo en el cine», señala. La cuota de pantalla del cine español durante el pasado mes de septiembre se ha situado en el 24 por ciento. Las previsiones apuntan a que en el acumulado anual se pueda alcanzar el 30 por ciento, lo cual supondría un récord histórico para la industria española. La dimensión de esta cifra se entiende mejor cotejándola con años anteriores: en 2011 –año de «Torrente 4»– se alcanzó un 15,6 por ciento de cuota; 2012, con un 19,5, presentó un repunte motivado por el éxito internacional de «Lo imposible»; mientras que en 2013, el cine español cayó hasta el 14 por ciento. El sueño de semejarse a los franceses va camino de lograrse este año.