Con los autores
Tengo un recuerdo muy entrañable de José Manuel Lara. Sus grandes logros están muy reseñados, pero a mí me gustaría resaltar su extrema cercanía, el interés que siempre mostró en todo momento por los autores de su casa. El día que lo conocí me dió su legendario abrazo de oso y preguntó al instante si estaba contenta en Planeta, si me trataban bien. Este ejemplo es indicativo de la complicidad que compartía con sus autores, algo que era de sobra conocido por todos. De hecho, me lo avisaron con anterioridad a mantener el primer encuentro que sostuvimos. Su pérdida nos deja un poco huérfanos a todos los escritores. A todos los autores, los que estábamos metafóricamente bajo su ala y que, a pesar de que continuarán sus hijos, pensamos que nos falta alguien que ha sido fundamental para nosotros. Nos queda su legado y, sobre todo, esa parte que tiene que ver con el mundo del libro, con todo el conglomerado de editoriales que ha reunido. Desde el punto de vista humano nos deja una lección de su tremenda fortaleza ante la adversidad. Su lucha contra la enfermedad ha sido titánica. Incluso el martes pasado planeaba estrategias para el futuro. Se negaba a darse por vencido, y eso me parece encomiable. La suya es una enorme pérdida.