Crítica de "El barco del amor": timo entre canales ★★ 1/2
Dirección y guion: Bruno Podalydès. Intérpretes: Sandrine Kiberlaine,
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Dirección y guion: Bruno Podalydès. Intérpretes: Sandrine Kiberlaine, Daniel Auteuil, Denis Podalydès, Bruno Podalydès, Isabelle Candelier. Francia, 2024. Duración: 96 minutos. Comedia romántica.
Es llegar el verano, ver una película con este título y recordar, de bote pronto, una serie como la maravillosamente hortera y setentona «Vacaciones en el mar» o el no menos friki y mucho más reciente espacio «First Dates Crucero», aunque luego te das cuenta que ni siquiera se llama de esta forma en el original francés la nueva película dirigida por Bruno Podalydès, sino «La petite vadrouille», algo así como «La pequeña fregona» en español (tampoco se mataron los galos con el nombre) ni el tema va por esos derroteros exactamente. Nos encontramos, pues, ante una comedia romántica más en el haber de la industria del país vecino, elegantona, sosita, lo justo de picante y original, aunque, en ello no hay duda, con actores que le tiene bien pillada la medida al género. La historia: Justine (Sandrine Kiberlain), su marido (Denis Podalydès) y varios amigos de la pareja igualmente pelados de euros creen haber encontrado una solución para ponerse al día desde el punto de vista económico: organizar un falso crucero para Franck (el incombustible Daniel Auteuil), un importante empresario que busca seducir a una mujer soltando un buen número de billetes aunque de manera discreta, lo que le encarga a Justine, su asombrada empleada. Y el embrollo parece que irá sobre ruedas hasta que Franck descubre el nombre de la dama a la que quiere llevarse al huerto, que no es otro que el de la propia Justine. Lo que, claro, le sienta como un tiro a la pareja de la protagonista, aunque la banda debe seguir con el engaño por muy difíciles que se pongan las cosas. A golpe en la banda sonora de «El himno de la alegría» y de ciertos equívocos en mayor o menor medida acertados, la película avanza entre varios canales y un humor absurdo hasta que arriba a un final abierto y refrescante. Qué más da compartir un amor cuando estamos todos tan ricamente.
Lo mejor: su elenco actoral, la mayoría de ellos, grandes veteranos de la comedia en Francia
Lo peor: cuesta creer que este adinerado señor recurra a un plan «seductor» tan rocambolesco