Estreno
Crítica de "En la corriente": la vida es puro teatro ★★★★
Dirección, guion, música y fotografía: Hong Sang-soo. Intérpretes: Kim Minhee, Kwon Haehyo, Cho Yunhee, Ha Seongguk, Kang Soyi, Park Hanbitnara, O Yoonsoo. Corea del Sur, 2024. Duración: 111 minutos. Drama.
Entre cervezas, vino y soju, los mejores momentos de “En la corriente” son la revelación de un sueño de futuro. A veces, con tendencias místicas -tres días durante los que una mirada sangra, hasta que desemboca en un cielo azul-; otras, simplemente la enunciación de un proyecto de vida, una identidad utópica, gestada después de estrenar una obra de teatro. El arte, en el cine de Hong Sang-soo, es el principio y el fin de todas las cosas, e incluso en una de sus películas más aparentemente prosaicas, en las que el relato no se violenta o se duplica o se pone radicalmente en abismo, parece que la vida no es nada sino la imaginamos, sino la ficcionamos.
El arte es política, porque nos obliga a posicionarnos ante el mundo (como le ocurre al trío protagonista, cada uno a su manera) o nos exige unos principios éticos que el deseo traiciona (como le ocurre a un profesor diletante y mujeriego), pero siempre hay que apostar por él en cualquiera de sus formas. Para Hong Sang-soo su forma favorita de arte es filmar a Kim Min-hee, a la que siempre parece descubrir por primera vez, o al menos eso nos dice el último y hermoso plano de “En la corriente”.
Lo mejor:
Las reuniones alrededor de una mesa, siempre culminadas por una confesión iluminadora.
Lo peor:
Que pueda confundirse con el comentario oficial de Hong Sang-soo sobre el #metoo.