Estreno
Crítica de "Superman": no es un pájaro, no es un avión, es un patriota ★★★
Dirección y guion: James Gunn. Intérpretes: David Corenswet, Rachel Brosnahan, Nicholas Hoult, Edi Gathegi, Anthony Carrigan. Estados Unidos, 2025. Duración: 129 minutos. Ciencia ficción.
¿Cómo ignorar la osadía de James Gunn cuando decide arrancar su enésimo ‘reboot’ de “Superman” “in medias res”, recordándonos sus orígenes como metahumano kryptonense en un paréntesis reparador en el Antártico y, sobre todo, empezando sus nuevas aventuras con la asunción de su primera derrota? He aquí una idea interesante: que la nueva franquicia pueda surgir del fracaso del superhéroe. La impaciencia de Gunn porque el espectador se suba al tren en marcha de una mitología que conoce muy bien -a cada generación le corresponde su Superman: Christopher Reeve, Brandon Routh, Henry Cavill- le resta tiempo de metraje a Clark Kent, algo imperdonable teniendo en cuenta la química que demuestran David Corenswet y Rachel Brosnahan en su primera secuencia de noviazgo.
Pero el fracaso es político: Superman es un inmigrante con doble agenda, se ha ganado la desconfianza del gobierno, tiene al CEO de una gran corporación en su contra, las redes sociales lo demonizan. Incluso Gunn se permite el lujo de imaginarlo encerrado en una especie de Guantánamo del multiverso, por si a alguien no le había quedado claro que, en esta ocasión, “Superman” habla de lo difícil que resulta ser patriota en una América que castiga a los que la han hecho grande.
La película, por supuesto, también tiene que ser más grande que la vida. El que esto suscribe empieza a percibir síntomas de agotamiento en la idea de las grietas temporales, los universos simultáneos, los agujeros negros, etcétera, como si el cine de superhéroes ya no supiera hacer otra cosa que escrolear sobre sus fueras de campo, sobre sus infinitas posibilidades, y contar bien una sola historia le resultara completamente ajeno. Lex Luthor (Nicholas Hoult) es un buen antagonista, las alusiones geopolíticas y las alertas contra la inteligencia artificial actualizan las peripecias del personaje, pero, más allá de la aparición de una mascota felizmente superheroica, la película tiene poco nuevo que aportar al género.
Carece de la excentricidad atolondrada de “Escuadrón suicida”, y las escenas de acción, aunque eficaces, no sorprenden. Puede resultar paradójico, porque vemos cómo un universo se parte en dos, como un conjunto de rascacielos cae uno detrás de otro como piezas de dominó, pero lo que marca la diferencia aquí son los personajes, y hay potencial en ellos (también en los secundarios: en Jimmy Olsen; en Eve, la novia de Luthor).
Lo mejor:
La derrota de Superman como origen de la aventura y la química entre Corenswet y Brosnahan.
Lo peor:
Parece que el cine de superhéroes no puede superar su cansina adicción al multiverso.