Documento inédito
«En los días de la revolución... delaté a un hombre»
Una obra de teatro inédita escrita por Luis Rosales parece arrojar nueva luz sobre el final de Federico García Lorca
En octubre de 1977, el poeta y académico Luis Rosales concedía una larga entrevista al periodista Joaquín Soler Serrano. Era la primera vez que hablaba en televisión de la detención de su amigo Federico García Lorca al que había ocultado en la casa de sus padres, en Granada, en los primeros días de la Guerra Civil. Rosales admitía que estaba decidido a dejar por escrito su versión de unos hechos que lo marcaron para siempre. Sin embargo, nunca lo hizo. En el Archivo Histórico Nacional, donde se guardan sus papeles, sí existen unas pocas cuartillas que son intentos de narrar aquel suceso, pero todo ello no pasa de ser un boceto.
Es precisamente en este mismo fondo documental donde la profesora de literatura de la Universitat de Barcelona, Noemí Montetes-Mairal y Laburta ha localizado una importante obra inédita escrita por Rosales y Alfonso Moreno. Titulada «¿Por qué?», su contenido acaba de ser dado a conocer por Montetes-Mairal en «Revista de Occidente». El mecanoscrito, fechado en enero de 1946, nos traslada a un país imaginario que acaba enfrentado, por motivos territoriales, con su poderoso vecino llamado las Repúblicas Unidas.
Uno de los momentos más llamativos de este drama que nunca fue representado es cuando uno de sus protagonistas, llamado Luis, hace una confesión:
«Nunca lo dije a nadie, pero hay algo en mi vida que necesita esta reparación. Hace ya muchos años. (…) En los días de la revolución... yo delaté a un hombre, al General Krodar, que se encontraba refugiado en mi casa. Le costó la vida. Yo creí que era una obligación de justicia revolucionaria, pero desde entonces su recuerdo ha perturbado mi conciencia. Me repetía continuamente la palabra infame: ¡Eres un delator!»
Es inevitable al leer estas líneas no pensar en el asesinato de Lorca y en papel que jugó la familia Rosales en esos tristes días. En ningún momento se está señalando que el propio Luis Rosales fuera un delator: él mismo se jugó la vida al esconder a su amigo y rozó el ser condenado a muerte tras la detención del autor de «Romancero gitano». Sin embargo, ¿estaba pensando en algún miembro de su familia cuando redactaba estas líneas diez años después de ese episodio?
En 2002, Gerardo Rosales, sobrino del poeta y académico, admitía en su libro «El silencio de los Rosales», que fue su tío Antonio Rosales, en esos días tesorero de Falange, quien reveló dónde estaba Lorca escondido a Ramón Ruiz Alonso y Juan Luis Trescastro. Unos años más tarde, el general Fernando Nestares, hijo del responsable del puesto de mando de Víznar en 1936, aseguraba al autor de estas líneas que fue el 15 de agosto de 1936, durante la celebración de la Asunción de la Virgen en el citado pueblo, cuando Antonio Rosales habló con Ruiz Alonso de que aquel que se estaba buscando por Granada estaba escondido en casa de sus padres.
Miguel Rosales le admitió en los años 50 al investigador Agustín Penón que no todos sus hermanos habían visto con buenos ojos la presencia de Lorca en el domicilio familiar, hasta el punto de que tanto él como su hermano Antonio habían evitado pasar por allí. A Miguel, como aseguró a Penón, no le hacía mucha gracia la homosexualidad de Lorca y que esto pudiera influir en su hermano Luis.
¿Estaba pensando Luis Rosales en todo esto cuando escribió la confesión de su personaje? Por desgracia, Rosales nunca explicó cuáles eran sus intenciones con «¿Por qué?».