El derecho del autor a comer
Las bellas artes clásicas, más otras expresiones añadidas en el último siglo, han perdido la consideración que merece. Pero, sin embargo, la recaudación por consumir estos productos ha ido en aumento
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Las bellas artes clásicas, más otras expresiones añadidas en el último siglo, han perdido la consideración que merece. Pero, sin embargo, la recaudación por consumir estos productos ha ido en aumento
El día 1 de enero se celebra sin demasiado éxito el «Public Domain Day» con motivo de aquellos autores cuyas obras quedan libres de derechos y están a disposición de cualquiera que quiera difundirlas. Salvando reediciones o alguna adaptación cinematográfica, no tiene más trascendencia que el menoscabo que puede causar en la cuenta corriente de los herederos, después de 70 años de recibir puntuales ingresos. Pero en muy poco tiempo todo ha cambiado. No es fácil convencer a alguien –incluso normal, informado y sin deudas fiscales– de que no se puede hacer uso libremente de todo lo que circula por internet y otras redes de comunicación digital con fines comerciales. Pongamos a España como ejemplo: el 87% de los accesos digitales a series, videojuegos, libros y grabaciones musicales fueron ilegales (según informe de la SGAE, Cedo, Promusicae y, atención, la Liga de Fútbol, víctima de plataformas ilegales que retrasmiten sus partidos), lo que supuso unas pérdidas de 1.600 millones de euros. Los expertos hablan de «transferencia de valor en el mercado digital», lo que quiere decir que, si es cierto que internet ha revolucionado el mundo de la distribución cultural y difunde música, películas y libros como nunca se ha visto (un aumento del 184% desde 2012), cabe preguntarse por qué sólo recauda anualmente 1.268 millones de euros, un 13% de total de todos los repertorios. Si, además, la música supone el 87,4% de los ingresos mundiales por «copy-right», es lógico suponer que el uso de las plataformas de pago no está tan extendido como se cree. A pesar de la descarga de productos de diversión por internet, España está en el puesto 12 en ranking de países que más recaudan –y sexto de Europa–, además de estar situado en la zona alta de la tabla en música (11), audiovisual (6), dramático (5) y artes visuales (12), aunque sin rastro de literatura. A parte del predominio de Estados Unidos como potencia recaudadora (19,7% de total), hay que destacar la posición de Francia (12,6%), con una política proteccionista de sus productos que viene de lejos y que ha dado sus frutos. El fracaso de la última reforma de la Ley de Propiedad en España dejó una prueba inapelable: en 2015, año en el que entró en vigor, España sólo cerró una web que ofrecía descargas oficiales; sólo en Portugal, por ejemplo, se clausuraron más de 200 en el mismo tiempo. No todo puede ser gratis.