Crítica de cine

«El rey león": Solo un principito

«El rey león": Solo un principito
«El rey león": Solo un principitolarazon

Director: Jon Favreau. Guión: Jeff Nathanson, basado en la historia original de Brenda Chapman. Estados Unidos, 2019. Duración: 118 minutos. Animación.

En buena hora, minutos antes del pase para la Prensa, se me ocurrió decirle a un compañero de fatigas que nunca había visto «El Rey León» en su versión animada de 1994. Que aunque me conozco el argumento y los personajes de memoria por lo mucho leído y entremirado, era una época aquella en la que Disney me interesaba poco menos que un bledo. No puedo olvidar su cara y, menos todavía, el «clasicazo» rotundo que soltó. Pero la verdad es que, tras ver el «remake» con animalitos reales (y efectos digitales a malsalva, claro) realizado por Jon Favreau (quien ya tenía experiencia con este tipo de inventos gracias a «El libro de la selva», otra que tal baila), pues como que ahora sí que tengo ganas de conocer la anterior porque me dejó con las ganas. La historia la conocía, a tanto no llegué: Simba, un cachorro feliz que vive con el resto de la manada, admira a su padre, Mufasa, el líder, el noble rey indiscutible de la selva. Lo que revienta al demacrado y pérfido tío de Simba, quien tratará por todos los medios de deshacerse de él. Lo que consigue valiéndose de las peores artes y maneras. De ahí el destierro del pequeño y auténtico heredero al trono y del comienzo de su inolvidable aventura de aprendizaje y madurez. Ayudado por Timón y Pumba, un suricato y un facóquero, respectivamente, que lo ayudan a desenvolverse solo mientras olvida la tristeza, el exilio, pero la sangre tira, mucho, y las injusticias siempre terminan pagándose. Aunque posee escenas ciertamente espectaculares y un vistoso apartado técnico, a la cinta de Favreau le cuesta emocionar horrores, uno de los puntos fuertes siempre Disney en lo bueno y en lo malo. Y si hay una muerte injusta de por medio, ni les cuento. Pues sí, habrá que echar mano de los clásicos originales, amigo.