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Fundació Miró Mallorca: espacio vivo para artistas y creadores

Un deseo de Joan Miró hecho realidad.
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“Quiero que todo quede como esté después de mí en el momento en que yo desaparezca”, este fue el deseo de Joan Miró. Un deseo hecho realidad al crear la Fundació Pilar i Joan Miró a Mallorca.
“Quiero que todo quede como esté después de mí en el momento en que yo desaparezca”, este fue el deseo de Joan Miró. Un deseo hecho realidad al crear la Fundació Pilar i Joan Miró a Mallorca en 1981.

Los deseos de Joan Miró hechos realidad

Nada más cruzar las puertas de la Fundació Miró Mallorca, se pueden sentir el sol, el silencio y ver ese mar y ese cielo azul que tanto inspiraron a Miró. Pero es al entrar en Son Boter, “la cueva” –como él mismo denominaba a su segundo taller de creación, donde el visitante experimenta que está penetrando en una suerte de choque inicial, de punto de partida. Uno puede sumergirse en el proceso de creación del artista identificando incluso algunas manchas de pintura, aún en el pavimento, asociándolas a obras concretas. De esta manera, el visitante podrá llegar a comprender su mayor deseo: que la Fundació –que su esposa Pilar Juncosa y él crearon–, fuera un centro vivo, de innovación y experimentación permanentes.

Son Boter, la semilla y la obra, el punto de partida

Fue gracias al Guggenheim International Award de New York por la creación del "Mur du soleil"y el "Mur de la lune", hechos para la sede de la UNESCO en París, que Joan Miró pudo adquirir Son Boter, un casal mallorquín del siglo XVIII, que forma parte del conjunto arquitectónico que conforma la Fundació Miró Mallorca.
Miró se apropió de este espacio a través de trazos de carboncillo a modo de grafitis en sus paredes convertidas en gigantescos lienzos blancos. Son figuras y personajes relacionados con sus esculturas y pinturas de gran formato. Tal como había sucedido en el Taller Sert, Miró fue creando un entorno propicio de trabajo mediante postales, dibujos y objetos de diversa procedencia.

Los Talleres de Obra Gráfica (TOG), su legado para los jóvenes artistas y creadores

"Cualquier artista debe tener un sitio donde poder expresarse artísticamente". Por esto mismo el pintor legó sus talleres a la ciudad de Palma de Mallorca en 1981 con la intención y el deseo de mantener vivo el espíritu de creatividad y transgresión más allá de su muerte.
Ese legado se materializó con los Talleres de Obra Gráfica de Joan Miró donde él mismo trabajó junto a sus colaboradores y amigos los últimos años de su vida.
Desde 1994 anualmente se organizan, talleres experimentales, cursos de iniciación, ediciones y proyectos especiales. El objetivo a lo largo de estos años ha sido conseguir un equilibrio entre la memoria y la innovación. Estimular el respeto hacia las técnicas tradicionales y el deseo más in-tenso de contemporaneidad, tal como hizo Joan Miró en su tarea creativa.
Maestros de la talla de Joan Barbarà, artista y grabador colaborador de Miró, o Joan Gardy Artigas, en el ámbito de la cerámica; Wolf Vostell, Joan Fontcuberta, Jaume Plensa, Jesús Pastor, Joan Cruspinera, Toni Catany, Don Herbert, Fernando Bellver, Jordi Rosés, Eloy Puig, Montse Carreño o Wayne Crothers son algunos de la larga lista de artistas y profesores que han impartido talleres o realizado proyectos de edición en los talleres. Unos espacios magníficos que actualmente pueden alquilarse y utilizarse para crear y generar todo tipo de proyectos artísticos.
La Fundació Miró Mallorca es, ante todo, un centro de arte contemporáneo vivo y dinámico.