Un Graciano del Toboso

Uno de los pocos vinos en esta variedad, en la comarca toledana del Toboso. Es un vino realmente distinto, por el tratamiento varietal y porque adquiere unos tonos cromáticos y en aroma que nos hacen volar por encima de aquel terruño. De lo local hacia el mundo, como todo producto cultural que quiere perdurar. Y el bebedor, que se sacude el polvo del camino, disfruta de un ejemplar color púrpura intenso en el centro, con tonos azules en el borde. Muy expresivo de nariz, con sugerencias a arándanos silvestres, notas de cassis, semillas de anís y menta, hierbas aromáticas, eucaliptos e incluso un ligero toque de cuero. El carácter de este vino y de esta época hace de aquel, algo muy brillante en paladar con un final largo. Tal vez, una mayor estancia en botella redondearía unos taninos muy presentes y la integración de una acidez más bien marcada. Ese viñedo en tierras de monte, junto a las encinas, carrascas y tomillo quijotescos, tiene por derecho la posibilidad de aupar el entorno, hoy un poco parado, de la tierra de Castilla.

LA FICHA:

Bodegas: Pago de Guzque.

D.O.: V.T. Castilla.

Nombre: Graciano de Guzque 2008.

Precio: 18 euros.

Web:

pagodeguzque.com