Entrevista a Miss Métrot
La gran gurú del protocolo: «Los españoles son más flexibles en estos temas, pero hay que evitar hablar de sexo en los convites»
El rey Mohamed VI, Liz Taylor y Henry Kissinger, entre otros, han contratado a esta discreta consultora francesa experta en el arte de recibir que, según ella, sigue siendo muy apreciado por las nuevas generaciones
Marie-Claude Métrot, o Miss Métrot, como la conocen quienes trabajan con ella, es una de las consultoras internacionales de protocolo y etiqueta más reputada. Se la rifan para aleccionar en el arte de recibir a trabajadores de las empresas más punteras y exquisitas. De hecho, uno de sus recientes clientes ha sido el rey de Marruecos, Mohamed VI, quien la fichó para trasladar lo mejor del «savoir faire» francés (de donde es ella) a los hoteles de lujo Royal Mansour que el monarca posee en el país vecino. Miss Métrot también ha trabajado para el ex secretario de Estado de EE UU, Henry Kissinger, e, incluso, para Elizabeth Taylor. «Mi filosofía personal y profesional me ha impulsado siempre a buscar nuevas formas de crear un impacto positivo en la vida de los demás», explica a este diario. Durante la entrevista nos da algún que otro consejo también para convertirnos en grandes anfitriones, analiza cómo estamos los ciudadanos españoles en cuestión de protocolo y desvela si las nuevas generaciones están comprometidas con este arte o lo han olvidado.
Para entrar en materia, ¿cuál es la diferencia entre protocolo y etiqueta?
La etiqueta se refiere a las reglas y normas de comportamiento valoradas socialmente en la vida cotidiana: buenos modales, cortesía, códigos de conducta... El protocolo es un conjunto de normas y convenciones altamente codificadas que rigen el comportamiento en eventos oficiales. Esto incluye eventos diplomáticos, ceremonias de Estado... En el sector del lujo, por ejemplo, el protocolo se refiere a estándares de servicio fijados. En la vida ciudadana, el protocolo puede aplicarse a situaciones formales como almuerzos o cenas.
¿Han variado mucho en los últimos años estas reglas?
Las reglas del protocolo y etiqueta se están adaptando a nuevas realidades y valores de la sociedad actual. Esto incluye la integración de la tecnología y la comunicación moderna, la creciente sensibilidad e inclusión de las minorías, la evolución del espacio de trabajo hacia entornos más flexibles y colaborativos, y una tendencia hacia la simplicidad y la autenticidad en las interacciones personales y profesionales.
Por ejemplo...
Se considera de mala educación revisar el teléfono durante reuniones o cenas. También hay un mayor respeto hacia diferentes culturas, géneros e identidades, reflejado en el uso correcto de pronombres y costumbres. Otro ejemplo es la creciente tendencia a trabajar desde casa, donde se espera una conducta adecuada en reuniones virtuales, incluyendo vestimenta apropiada y un entorno profesional. Las interacciones formales se han vuelto más informales con el paso del tiempo, con una comunicación más directa y flexible.
¿Qué piensan las nuevas generaciones de los asuntos protocolarios?
Las nuevas generaciones, siendo nativos digitales, asimilan las reglas de etiqueta y protocolo con facilidad. Los «millennials», en particular, encuentran sencillo adaptarse a estas normas aunque sean más tradicionales. Cuando sus padres, o yo misma, les enseñamos estas reglas, muestran interés y son conscientes de su importancia. Incluso, se sorprenden cuando ven a sus amigos comportarse de manera malintencionada o grosera.
¿Qué aporta el protocolo en las relaciones sociales?
Es fundamental porque fomenta un ambiente de respeto y consideración mutua, esenciales para una convivencia armoniosa.
¿Qué nota pondría a los españoles en este asunto?
En términos de protocolo y etiqueta, los españoles tienden a ser más flexibles en comparación con la sociedad francesa. Por ejemplo, los españoles son muy relajados respecto a la puntualidad, mientras que en Francia es común llegar a los negocios 15 minutos antes, aunque en las comidas o cenas se puede llegar 15 minutos tarde sin molestar a otros huéspedes o anfitriones. En Francia, los saludos suelen ser bastante formales, mientras que en España la gente es más táctil y se familiariza rápidamente.
¿Cómo es trabajar con empresas españolas?
Nunca he trabajado directamente para empresas españolas; sin embargo, tengo mucha experiencia colaborando con miembros de dirección de nacionalidad española y siempre ha sido una experiencia sumamente gratificante. Destacan por su sociabilidad, generosidad, buen humor, gran capacidad de escucha y aprecio por las cosas nuevas. En el día a día también hay formalismos que debemos tener en cuenta.
¿Cuáles son las claves para ser un gran anfitrión?
Para ser un gran anfitrión en casa, por ejemplo, se debe atender cuidadosamente a sus invitados desde el momento de la recepción. Reúna a personas con intereses comunes. Siempre es necesario preguntar sobre alergias, preferencias e intolerancias durante la invitación, para evitar situaciones incómodas o avergonzar a los invitados. Entable conversaciones agradables y asegúrese de que los huéspedes se sientan cómodos y tranquilos.
¿Cuáles son las líneas rojas en una cena en casa?
No se debe hacer preguntas intrusivas sobre temas personales como el matrimonio o los hijos. También es fundamental evitar conversaciones sobre temas controvertidos como la política o la religión. Finalmente, no se debe comenzar a comer o beber antes que el anfitrión.
¿Quién debe sacar los temas a tratar en la cena?
La persona que invita y recibe tiene muchas responsabilidades para asegurar el éxito del evento. Iniciar conversaciones es una de ellas, seleccionando un tema común y preguntando a los invitados en diferentes momentos de la comida para que incluso las personas más tímidas se sientan cómodas expresándose. Para crear un ambiente agradable es importante evitar ciertos temas. Los problemas familiares y relaciones íntimas tampoco deben ser discutidos. El dinero, los ingresos, las deudas y los asuntos financieros también son inapropiados para la conversación. Los crímenes, los escándalos y el sexo son temas tabú, y hablar negativamente de personas ausentes puede causar murmuraciones.
Como invitado, ¿cuáles son los consejos a tener en cuenta?
En Europa, por ejemplo, las manos deben estar siempre visibles y está bien visto colocar las muñecas ligeramente en el borde de la mesa, sin llegar a poner los codos sobre ellas. Sentarse derecho es importante, manteniendo los hombros hacia abajo y relajados, y evitando encorvarse o inclinarse excesivamente hacia adelante. Personalmente soy intransigente en un detalle: hay que acercarse a la mesa para establecer la posición correcta y así exhibir los mejores modales posibles.
Siempre que se acude a una casa ajena, ¿es conveniente llevar algún obsequio como un vino?
En el caso de que uno de los invitados traiga vino como regalo, este se coloca en el vestíbulo con una tarjeta de presentación o se entrega en mano al anfitrión. En ese momento, si ya se ha maridado el menú el dueño de la casa debe de hacer aprecio al regalo y decir algo como «gracias, y espero que tengamos otra oportunidad de beberlo juntos», indicando que el vino será disfrutado en una ocasión futura. En el caso excepcional de que no se haya maridado el menú el vino del invitado debería abrirse como prioridad.
Ha trabajado para numerosas celebridades, cuéntenos cómo fue, por ejemplo, estar al servicio de Henry Kissinger o Liz Taylor.
En 1994, recibí a Kissinger en un palacio parisino. Conversamos sobre mi trabajo y la paz en el mundo y me comentó cuanto amaba Francia y nuestra libertad intelectual. Con Elizabeth Taylor me esforcé por anticiparme a sus necesidades y elecciones, proporcionándole una atención creativa y sorpresas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar