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Jaime Anglada y Carolina Cerezuela: «somos unos pimpinelas sin estar cabreados»

Se conocieron a través de una canción que Anglada compuso para que Cerezuela cantara en un acto benéfico y han terminado grabando un disco.

Jaime Anglada y Carolina Cerezuela: «somos unos pimpinelas sin estar cabreados»
Jaime Anglada y Carolina Cerezuela: «somos unos pimpinelas sin estar cabreados»larazon

Se conocieron a través de una canción que Anglada compuso para que Cerezuela cantara en un acto benéfico y han terminado grabando un disco.

Después de 20 años de carrera musical en solitario, Jaime Anglada ha aceptado la compañía, la de alguien a quien no se puede decir que no, según él mismo confiesa, porque es «una chica que te enamora y que además tiene una cara bonita». Es Carolina Cerezuela, que debuta en la música junto al cantautor mallorquín con el disco «Manzana de caramelo», un dulce muy rockero.

–Quizá el título no encaja con una realidad tan agridulce como la actual.

–Carolina Cerezuela: Jaime escribió la canción que da nombre al CD inspirándose en una feria que había en su ciudad, representa ese volver a ser niños y vivirlo todo de manera pura porque estamos demasiados contaminados por la política, por lo que va a pasar, por los miedos que nos han inculcado a través de los medios. A veces tenemos demasiados problemas imaginarios y poco reales. Queríamos expresar la inocencia de las primera veces, esa ilusión, ese sentimiento de reencontrar el motor para hacer las cosas.

–Jaime Anglada: Soy consciente del momento que vivimos pero al escribir me gusta ser ajeno a ello. ¿Sabes una cosa? La situación no se va endulzar, así que hay que utilizar las canciones para que ojalá la gente le reste importancia.. Mira, venimos de pasar una semana en una zona muy pobre de República Dominicana llamada Bocachica, donde una mujer, Esperanza, me dijo que gracias a nuestros temas los niños ven su futuro de otra manera. Y en este país parece que los ciudadanos nos estamos conformando con escuchar todos los días las sandeces que dicen nuestros políticos, pero se debería cantar más como se hacía en los 70 y 80 y dejar de preocuparnos tanto de esa España de fútbol y política.

–¿No les suena a viejo lo de la canción protesta? Ya sólo se canta al desamor.

–CC: Lo hablábamos el otro día por la canción esta de «Libertad, libertad, sin ira libertad». Sí que hubo una época en la que las canciones eran un manifiesto porque eran un reflejo popular. Pero hoy no hace falta porque ya podemos protestar de otra manera mediante las redes sociales. Me atrevería a decir que hoy la mayoría de la música está enfocada hacia el individualismo, yo qué quiero, yo qué necesito, yo qué echo en falta.

–Carolina, ¿había imaginado que podía ser cantante?

–CC: Tengo entrevistas de hace diez y doce años, y yo siempre decía que quería ser o abogada laboralista, estuidé Derecho, o cantante, porque me encantaba la música pero nunca me lo planteé en serio. De hecho, a día de hoy no me considero cantante a pesar de haber sacado un disco, ni tengo la pretensión de serlo.

–Hay quien pensará que es un poco intrusa en esto de la música.

–CC: Ls puedo llegar a entender, aunque si alguien tiene que cerrarme una puerta no va a ser la gente que me diga: «tú no puedes cantar porque eres presentadora». Dentro de unos años le podré decir a mis hijos que viví una historia apasionante, que disfruté de la música, grabé un disco e hice conciertos.

–JA: Somos unos pimpinelas sin estar cabreados. Que Carolina esté hoy sacando un disco eso ya es una sorpresa. Si luego viene alguien y quiere cargárselo, lo intentará pero no lo conseguirá. No hemos hecho un producto para sacar a la actriz y presentadora. Fuera todo lo que conocíamos de ella y quedemonos con lo que nos da ahora. A nosotros nadie nos ha regalado nada, hemos meneado el culo para conseguir gente que nos ayude a sacar el álbum. Es verdad que ir con un nombre como el de Carolina te ayuda a crear morbo y expectación.

–Creo que no se conocían hasta que la música les hizo coincidir.

–JA: De nada. Ocurrió una serendipia entre dos destinos que debían encontrarse. Y ahora seguro que soy la envidia de muchos amigos.

–CC: Siempre nos hemos rondado, cuando yo veraneaba en Santa Pola porque soy de Alicante, él estaba por allí, cuando venía a Madrid él también, mi marido (el tenista Carlos Moyá) es de Palma de Mallorca, como Jaime... Hay cosas que ya están predestinadas y hay que estar atento a cuando llegan. Y si nos hubiéramos conocido hace dos años pues yo estaba a punto de parir y él estaba preparando otro disco, la vida nos ha reunido en el momento que tenía que hacerlo.

–Supongo que al ser Jaime el músico, él habrá llevado el peso del proyecto.

–CC: Yo llevo en esto dos días en el salón de casa y dos en el escenario, pero Jaime me ha permitido sentir las canciones como mías y sonar como yo quisiera. Tiene el cielo ganado. Mi marido dice: «Jaime es mi ídolo», porque todo pasaba por él. Y creo que a sus seguidores les gustará el disco porque no se ha vuelto loco, mantiene su estilo pero acompañado de una voz femenina. Una cosa que buscábamos dentro del disco es que todas las canciones no sonaran igual, que hubiese versatilidad, movimiento, algo de rock, algo de sólo guitarra y voz, otro tema que sea un reggaeton...

–JA: No.

–CC: (Ríe) Era para ver si estaba atento.

–Y para acabar, las parejas discuten.

–JA: Nosotros lo hemos hecho, y mucho. Y siempre las últimas palabras han sido: «Sí, cariño».