José Miguel Fernández Sastrón: «Que Cultura se ocupe de lo suyo, yo respeto las sentencias»
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El presidente de la SGAE, asegura que la reforma de los estatutos sigue un procedimiento «impecable»
Tiempos revueltos para la protección de la propiedad intelectual. En un momento de redefinición de la distribución cultural, con más demanda y más consumo que nunca, los ingresos para los autores menguan. Pero la SGAE, la mayor entidad de gestión de derechos de autor, se enfrenta a un callejón de difícil salida. Por tratar de resumir: el martes, el Ministerio de Cultura envió un requerimiento a la SGAE para que modifique el valor que generan las obras emitidas en televisión durante la franja de madrugada. Cultura trata de limitar el impacto que generan algunos titulares de derechos con obras emitidas cuando apenas hay audiencia, en televisión a esas horas, algo que la SGAE ya trató de hacer dos veces, primero estableciendo un tope (algo que fue declarado ilegal por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones) y después mediante un laudo de arbitraje de la OMPI (la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual), que fue declarado ilegal por por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Ante el requerimiento del Ministerio de Cultura, el presidente de la entidad, José Miguel Fernández Sastrón, es tajante: «Cuando hablan los jueces yo les hago caso, no a lo que me diga el Ministerio. Yo obedeceré las sentencias, porque no creo que Cultura en su interpretación de la sentencia asuma la responsabilidad que asumiría yo incumpliéndola. Que se ocupen de sus asuntos, que los judiciales yo los tengo que respetar», señala en una entrevista con este diario.
Para Sastrón, el requerimiento del Ministerio es «una interpretación de la sentencia en el sentido de conminarnos a incumplirla». «Ya lo hemos intentado antes: cualquier limitación al retorno de un usuario es una práctica restrictiva de la competencia. Yo tengo que respetar lo que dicen los jueces». Sastrón hacía estas declaraciones antes de conocerse la dimisión del ministro de Cultura y Deportes, Màxim Huerta, tras solo una semana en el cargo, y con el trasfondo de la próxima asamblea general de socios que debe votar los nuevos estatutos de la entidad. Al respecto de la polémica por la franja de madrugada, Sastrón insiste que «el beneficio de un repertorio depende de su programación. Y yo no tengo capacidad de decidir qué se emite en televisión o en radio. Es la Ley de Propiedad Intelectual la que dice cómo hay que repartir por comunicación pública de lo que se emita. Si se emite, ¿qué hago? ¿Decido que hay un derecho de autor que no se genera? Eso no puedo hacerlo, tengo que cumplir la ley. La única manera es llegar a acuerdos con los usuarios».
«Todo es una guerra»
Al respecto de los nuevos estatutos, el presidente de la institución negó que reducir el tamaño de la Junta vaya en su beneficio: «Nada cambia políticamente, pero será más eficiente, menos costosa». También negó que se vaya a eliminar el límite de mandatos: «Es necesario que se mantenga. Yo llevo tres años y hay quien quiere hacer que llevo 20. Y no tengo salud para más de dos mandatos». Existe una sensación de lucha permanente en esta casa. «Te das cuenta de que aquí hay muchas disputas profesionales. Todo lo quieren convertir en una guerra y dicen que los estatutos, por ejemplo, perjudicarán al audiovisual. Y no es verdad, o que va a haber fraude. hay quien esparce sospechas, pero no va al juzgado. El procedimiento es impecable», asegura. Si la Asamblea del próximo 21 de junio aprueba la reforma de los estatutos, Cultura tendría que dar su visto bueno, aunque Sastrón no teme que pudiera tumbarlos. «Cultura tiene que dar luz verde, pero basándose en si cumplen o no la legalidad. No tienen capacidad de hacer valoraciones políticas o decidir si les gustan o no», explica. Sin embargo, hay una falta de transparencia en la institución. «Es curioso que se nos reproche eso cuando tenemos las cuentas auditadas y publicamos una memoria en la que se conoce al dedillo cuánto cobra hasta el último de la Junta Directiva». En breve, presentarán las cuentas anuales: «En junio hemos subido un 30 por ciento la liquidación. Eso debería ser lo único que se valorase, pero aquí no lo es».