La exclusiva vida del jubilado Teddy Bautista
Bautista no quiso abandonar el poder de la SGAE no precisamente por necesidades económicas, pues sabía, perfectamente, que su retiro iba a ser más que dorado. Como desveló LA RAZÓN, la entidad había suscrito en el año 2000 un plan de pensiones de más de 300.000 euros anuales con el entonces todopoderoso presidente del Consejo de Dirección de la entidad. Al acceder al poder Antón Reixa se propuso tratar de evitar en los tribunales que tan desmesurada remuneración del retiro se llevara a cabo. Hace unos días, el juzgado de primera instacia número 9 de Madrid ratificó su derecho a cobrar esa pensión de 26.269 euros mensuales de por vida. Lo más llamativo es que, como constató este diario en su día, esta prestación mensual correspondía al 60 por ciento de su salario, que podría rondar, por tanto, los 43.781 mensuales. El juez argumenta que aunque estas prestaciones sociales pudieran suponer «un coste económico muy considerable para la SGAE, fue voluntariamente aceptado, documentado, fiscalizado, y con dictámentes jurídicos que no pueden hacernos pensar que el consentimiento de 38 miembros "ilustres"estuviera viciado». No es de extrañar que el músico pueda disfrutar de una mansión de 466 metros cuadrados y una parcela de 4.000 en la exclusiva urbanización de Valdepastores en la localidad madrileña de Boadilla del Monte de la que entra y sale en su Audi A8 con su chófer y de cuyo jardín regularmente se ocupa un trabajador para que luzca en perfectas condiciones. En el sumario de la «operación Saga», que instruye el juez Ruz y por la que todavía no ha sido juzgado, se dan más detalles de la lujosa vida que se daban otros imputados como José Luis Rodríguez Neri, uno de los presuntos inspiradores de la trama SDAE por la que podrían haber desviado desde la casa de los autores unos 30 millones de euros, que le dieron para poder amueblar el domicilio familiar con réplicas del mobiliario del Palacio de Althorp, donde está enterrada Lady Di. Su socio, Rafael Ramos Díaz, se permitía albergarse en hoteles como el Bauer de Venecia, al que se accede solo a través de góndolas, y cuya factura por noche asciende a 420 euros la noche. Tampoco se privaban el imputado y su mujer de todo tipo de servicios VIPs en el gimnasio Reebok de Madrid, en el que se gastaban más de 8.000 euros anuales durante cinco ejercicios consecutivos. La hija de los Neri, Letizia Rodríguez, regentaba unos apartamentos turísticos junto a su tía, la hermana del imputado, que compró la familia por 80.000 euros y que se revendieron entre ellos por 600.000. Todo un botín que la Justicia deberá investigar cómo se generó e imponer, en su caso, las penas correspondientes, aunque aún no hay fecha para el juicio.