La zarzuela que no veremos por la huelga
La obra «Policías y ladrones». de Tomás Marco y Álvaro del Amo, tenía previsto su estreno para el jueves, pero ese día comenzarán los paros que afectarán a todas las funciones de la misma.
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La obra «Policías y ladrones». de Tomás Marco y Álvaro del Amo, tenía previsto su estreno para el jueves, pero ese día comenzarán los paros que afectarán a todas las funciones de la misma.
Cuando éramos críos se jugaba, dichosos aquellos tiempos, a «Polis y cacos». Lógico es pensar que la maquinaria del entretenimiento era tan simple como el mecanismo de un chupete: los primeros debían de pillar a los segundos. Entonces éramos niños que no teníamos la menor idea de lo que era la corrupción. Seguro que eso mismo le pasaba a Tomás Marco (Madrid, 1942), uno de nuestros grandes compositores, que contó entre sus profesores con Pierre Boulez, György Ligeti, Stockhausen, Bruno Maderna y Theodor Adorno, prolífico autor que conoció estudiando la carrera con Álvaro del Amo. De ahí viene el conocimiento y la amistad de ambos, que es como decir «desde siempre». Ninguno de los dos pensó que acabarían colaborando en una obra sobre las malas artes de algunos políticos.
Cuando Paolo Pinamonti estuvo al frente del Teatro de la Zarzuela le propuso al compositor crear una obra nueva, un título que acabase con esa sequía de treinta años desde que se representó en el escenario de Madrid la última zarzuela contemporánea. Corría el verano de 2015 y ahí estuvieron ambos bregando codo con codo para sacar el proyecto adelante: «Trabajamos a la antigua, como se hacía antes. Y nos divertimos muchísimo. Al final nos decantamos por una farsa sobre la corrupción política que se estrenaría a finales de 2016», explica Marco. Entonces no pudo ser al coincidir con la llegada del nuevo responsable del Teatro de la Zarzuela, Daniel Bianco, que acogió la obra y prometió estrenarla en 2018. Lo que no sabían ni Marco ni Del Amo ni el director de la Zarzuela es que la obra que había creado una enorme expectación (ya que sería la primera zarzuela nueva estrenada desde «Fuenteovejuna», de Moreno Buendía, en 1981) no se estrenaría tampoco este año. «Policías y ladrones», que así se titula, ha sido la primera víctima de la huelga que los sindicatos del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (Inaem) han convocado en protesta por la fusión del Real y el coliseo de la calle Jovellanos en una fundación que reúne a ambos y según los sindicatos «no es otra cosa que una privatización encubierta».
Las diferentes reuniones con el secretario de Estado de Cultura no han servido para cambiar las posturas ni para dar marcha atrás con los paros, que arrancan el mismo día del estreno de la zarzuela, el jueves, y que se realizarán entre las 19:00 y las 21:00 horas de los días de su representación, es decir, además del 5, el 7, 8, 10 y 11. O sea, que ni se podrá ver ahora, salvo llegar a un acuerdo «in extremis», ni se podrá ver fuera de Madrid más tarde, pues no había firmado ninguna representación de la misma fuera de la capital.
Marco no está demasiado conforme que digamos, todo lo contrario, «pues nunca había hecho una zarzuela y no se trataba de un estreno más, sino de un proyecto importante para mí que creo que podía funcionar bien, aunque ya se sabe cómo son el público y la crítica, que a veces estan con el fusil esperándote a ver si cazan pieza», asegura, lo mismo que deja en el aire el deseo de que le gustaría que la obra se pudiera ver fuera «para que llegara a la mayor cantidad de espectadores».
Sobre la fusión señala que «no me parece ni bien ni mal en principio, aunque es necesario destacar que la Zarzuela al ser pública en cuanto a su funcionamiento legal tiene muchas rémoras que arrastra y el Real funciona de otra manera. El que se creen sinergias me parece bien, pero no olvidemos que en un proyecto de esta envergadura lo que hay que hacer es pensar, hablar y no tener prisa, ya que la improvisación es siempre mala. Ahí es donde radica el verdadero peligro para que una operación como ésta salió mal. No nos cerremos a nada que tenga sentido y sí hagámoslo al capricho». ¿Le han pedido su opinión sobre el tema del futuro Teatro Nacional de la Ópera y la Zarzuela? «Al que me la pide se la doy, pero generalmente quienes deciden suelen querer que lo que tú piensas coincida con lo que ellos han pensado, porque si no no te hacen el menor caso».
Una trama muy cómica
Desde primeros de marzo los cantantes ya estaban a pleno rendimiento en los ensayos con piano. Después llegó el coro, que tiene una importante presencia y el 19 del mes pasado ya testaron la función en el escenario. La trama, apunta Tomás Marco, «no puede ser más divertida ni ocurrente. Pasa absolutamente de todo y es tremendamente cómica». La acción se centra en la detención de un político debido a su conducta reprobable y poco clara, «y a eso se une que el hijo del detenido, que llega de estudiar Erasmus en Italia, se enamora de una joven que resulta ser la hija del policía. Éste dará con sus huesos en la cárcel y será su mujer, que es la más lista de todos, quien se haga con todo el dinero y se marche al Caribe a disfrutar de una nueva vida».
El Presunto Implicado, que es el nombre del político, y el policía trabarán amistad en la cárcel y al salir el corrupto decidirá hacerse detective privado, incluso le tientan de nuevo para la política, «aunque él ya no se deja seducir por los cantos de sirena”, explica. ¿Tiene nombre el Presunto Implicado? «Cada uno puede ponerle el que desee, pero nosotros no le hemos bautizado. Todo está aderezado con números musicales, una acción que no para en ningún momento y que alterna las escenas habladas con la música». La encargada de la dirección de escena es Carme Portaceli, «que ha entendido perfectamente lo que queríamos. Yo no había trabajado con ella y confieso que tenía mis prevenciones, pero lo que ha hecho es puro teatro musical sin la menor extravagancia».
La historia transcurre en un escenario circular que será tanto aeropuerto como cárcel, un decorado cambiante «porque todo en esta vida gira y rota y cambia. Nosotros también. La idea me pareció bastante acertada», comenta. Ramón Encinar, «que se sabe la zarzuela de pe a pa, bastante mejor que yo porque ha hecho todos los ensayos con piano», desvela Marco, es el director musical que estará al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid. El acierto, apunta el compositor, también está en las voces, «un elenco elegido por Daniel Bianco con el que no puedo estar más satisfecho» y que encabezan Manuel Lanza, José Antonio García, Rocío Pérez, Pablo García López y María Hinojosa.
La zarzuela nunca ha sido ajena a las circunstancias de la época y muchas de ellas se hacían sobre temas entonces de actualidad. «Mostraba también su ironía en los textos. Es una lástima que hoy sean pocos los teatros que se dediquen a representarla o que tengan un ciclo dedicado al género, como se hace, por ejemplo, en Oviedo. Y no será por falta de compositores y de escritores con ideas, pero quién se va a poner a componen una si no hay dónde estrenarla». El tándem Marco-Del Amo no ha podido sustraerse a la historia zarzuelera y así han colado algunos guiños a piezas tan famosas como «Un mantón de la Cina», de «La verbena de la Paloma», de Tomás Bretón, o «El rey que rabió» de Chapí.
Un público reacio
Grandes tiempos para el género chico que, sin embargo, no logra levantar cabeza en las últimas décadas ni afianzarse en los escenarios. ¿Por qué no se consigue quitar ese olor rancio que en muchas ocasiones exhibe la zarzuela? Marco contesta despacio: «El público es reacio a los cambios y uno de los problemas que tiene es que están volcados hacia el mismo repertorio, que es el que conoce, y en cuanto se sale de él llega el rechazo, aunque tengo que decir que algunas de las novedades que se han hecho últimamente han sido bastante estrambótica y no creo que con ellas se haya mejorado el género». ¿Y lleva la partitura las señas de identidad de su padre musical? «Quien la escuche se va a dar cuenta de que es mi música con sus partes tonales y otras modales, aunque en algunos aspectos esté suavizada, resulta más ligera y, sobre todo, dinámica para dar cabida a la cantidad de cosas que pasan». No será por falta de experiencia, pues Marco es uno de nuestros grandes compositores. Hasta con «El Quijote» se ha atrevido, en aquella ocasión en formato de ópera. Su zarzuela tendrá que esperar.