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Bebo luego existo

Este lúcido ensayo de Sarah Bakewell arranca de la génesis del existencialismo y tiene en cuenta sus principales repercusiones. Todo comenzó en 1933, en un cafe de Montparnasse donde Beauvoir, Sartre y Raymond Aron agitaban sus bebidas
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Este lúcido ensayo de Sarah Bakewell arranca de la génesis del existencialismo y tiene en cuenta sus principales repercusiones. Todo comenzó en 1933, en un cafe de Montparnasse donde Beauvoir, Sartre y Raymond Aron agitaban sus bebidas
¿Pasó de moda el existencialismo tal y como sus jerseys de cuello vuelto o el 68 francés? Tal vez, pero hay razones de peso para volver a él. «¿Qué somos, qué no somos? El sueño de una sombra, eso es el hombre». ¿ «La náusea» de Sartre? No, Píndaro de Tebas, veinticinco siglos antes. Es antiguo y muy vigente el pensamiento de angustia existencial que tiene el mérito de poner las grandes preguntas sobre la mesa, las que importan a cualquiera, versado o no en filosofía, que se pregunte sobre el tipo de cosas que deberían ocupar nuestra mente... ¿Qué somos? ¿Por qué existimos? ¿Qué deberíamos hacer? Quizá este tipo de pensamiento tan cercano a la vida sea el más atractivo y, por eso, merezca la pena retomarlo.
A la vez, es una filosofía que incita a la acción y su atractivo es tal que postula no sólo una forma de ver las cosas distinta, sino incluso una manera de vivir alternativa a la de la sociedad. Ciertas corrientes en la historia de la filosofía se han caracterizado por un mayor énfasis en la perspectiva ética y en el modo de vida que por una especulación teórica acerca del ser o el pensar. Así, desde el principio encontramos escuelas antiguas (pitagórica, socrática o cínica) que hacen mayor énfasis en el «bios» o modo de vida en una perspectiva práctica que se ocupa de la existencia del hombre y de sus manifestaciones cotidianas. Como precedentes directos se suele citar a Kierkegaard y Nietzsche, que se salieron de la tradición de grandes sistemas y quisieron imprimir un nuevo giro para la vida humana desde una filosofía vitalista y subjetiva. Es hora de volver al gran ejemplo de este tipo de pensamiento en el siglo XX, el existencialismo francés, al que ahora se dedica muy oportunamente un atractivo ensayo de Sara Bakewell, que tiene en cuenta la génesis de este movimiento, sus precedentes, su contexto histórico, político y cultural y sus principales repercusiones en muy diversos ámbitos. Bakewell, una bibliófila y estudiosa de la filosofía, ya sorprendió con su ensayo «Cómo vivir», sobre Montaigne, que proponía una aplicación práctica de sus preceptos a la existencia cotidiana. Se diría que esta autora ha hecho suyo el leitmotiv cínico de «reacuñar la moneda en curso» en cuanto a la labor de apropiarse inteligentemente de los discursos de la filosofía académica y ofrecerlos al gran público de manera amena, divulgativa y sobre todo útil para nuestras vidas. Otro tanto ocurre con este inteligente ensayo, mezcla de biografía, historia, filosofía y aplicabilidad, en este sentido. Todo comienza, según su evocador relato, en el año 1933 en un café de Montparnasse cuando Raymond Aron descubre a los sorprendidos Sartre y Beauvoir, por entonces profesores de secundaria en provincias, la fenomenología tan de moda que había estado estudiando en Berlín. Los tres amigos hablan de la posibilidad de hacer filosofía con lo cotidiano, con la existencia, incluso con el cóctel que estaban bebiendo, como proponía esta rompedora escuela de Friburgo. Y empieza la aventura. Esto sirve de íncipit a la autora para realizar un recorrido por los precursores, sobre todo Husserl y Heidegger, para luego introducirse en Sartre, Beauvoir, Merleau-Ponty o Albert Camus, en sus pensamientos, con un hábil bosquejo histórico-biográfico, que trata también las cuestiones que son relativas a sus implicaciones políticas y culturales en la Europa de entreguerras y de posguerra.
- La náusea vital
El existencialismo es analizado, más que como filosofía, en tanto auténtico movimiento cultural y vital que revolucionó la segunda mitad del siglo XX. No sólo era un modo de pensar, sino una moda y estilo que ponía el acento en la libertad, el individualismo, la vida y sus decisiones angustiosas. Entre pensamiento y literatura también se encuentra la obra de estos existencialistas, que redescubrieron tantas cuestiones al siglo XX como la náusea vital, el amor libre, la lucha por las libertades, el feminismo o la transgresión de las fronteras del género en «El ser y la nada» o «El segundo sexo». Una filosofía que apasiona y sigue apasionando por la manera en que se inmiscuye en la vida de sus partidarios.
En fin, estas páginas contienen, entre café, cigarrillos, jerseys de cuello alto, gruesas gafas y chaquetas de tweed, un relato apasionante por sus ideas y la profusión de anécdotas históricas y personales que harán del libro una delicia para los aficionados a la filosofía, pero que también interesará a los profesionales de ésta.
Una aproximación personal al existencialismo que narra con aliento casi novelesco el contexto biográfico, filosófico y cultural de esta influyente escuela entrelazando la historia del siglo XX con la historia personal de la autora y de los lectores. Es sobre todo esta combinación entre las grandes ideas y la influencia en la vida de cada uno de nosotros lo que hace del trabajo de Bakewell una aportación muy relevante y una demostración de cómo la filosofía puede cambiarnos la vida.
Sobre la autora
La australiana Sarah Bakewell estudió filosofía en la Universidad de Essex y trabajó durante diez años en la Wellcome Library de Londres. Ahora es escritora y profesora de escritura creativa en la City University y en la Open University.
Ideal para...
entender el valor del existencialismo en nuestras vidas y cómo ha cambiado el mundo desde el siglo XX a nuestros días en temas como la libertad, la opresión, la rebelión o la responsabilidad.
Un defecto
No es tan relevante en su discurso, pero olvida hacer referencia a los precursores más antiguos del existencialismo y de una filosofía militante, rebelde y vital que se pueden citar antes del siglo XIX.
Una virtud
Ofrece de una manera amena pero con profusión de datos un panorama de la significación de este movimiento en la historia general y en la personal de cada uno de sus protagonistas y que se lee como una novela.
Puntuación: 10

Lecturas relacionadas

«El ser y la nada»
Jean-Paul Sartre, Altadis. 855 págs, 24 euros.
El libro emblemático de Sartre fue la base teórica de la propia vida de su autor, libre de ataduras morales y filosóficas externas mas allá de sus propias elecciones.
«El segundo sexo»
S. de Beauvoir, Cátedra. 912 págs, 37,20 euros
Obra precursora del feminismo de la igualdad, analiza la historia de las mujeres, ésta como construcción social y y qué perspectivas de mayor libertad podrían tener.
«La peste»
Albert Camus, Alianza. 360 págs, 20,50 euros
Si Bakewell se declara deslumbrada por «La náusea» en su adolescencia, la otra novela icónica del existencialismo es «La peste», de Camus, sobre el sentido de la existencia.