Crítica de libros

Jackson y la luna

Jackson y la luna
Jackson y la lunalarazon

En 2005, Binyavanga escribió desde la rabia un artículo para «Granta» –«How to write about Africa»– para compensar el maniqueísmo occidental sobre su hemisferio. Se convirtió en el texto más reenviado electrónicamente de la historia de la publicación. Ahí germinó la idea de escribir sobre el Continente Negro que culminaría con este texto honesto, «emocional» y lírico. Siguiendo la línea de puntos que trazan estas páginas, sentimos estar escuchando una conversación en cualquier bar de Nairobi. Muchos «tiempos» atraviesan este libro: el de la resaca del poscolonialismo, la independencia y la identidad nacional; el que versa sobre el colapso fiscal tras la segunda Guerra Fría, la intromisión de Occidente y la ineptitud de los líderes keniatas... Pero también son páginas cargadas de emotividad, de pura vida en primera persona, del «paso lunar» de Michael Jackson o del mundo universitario en los últimos días del apartheid. Conoceremos el mestizaje de su familia –ugandeses, ruandeses, congoleños...– así como la experiencia epifánica de su mayoría de edad cuando decidió convertirse en escritor. Es un buen anfitrión Wainaina y un mejor cicerone que sabe dibujar situaciones, enclaves y personajes. Pero, sobre todo, se trata de un texto escrito a ritmo del mejor jazz, perfectamente modulado, con los oportunos espacios para «solos» de instrumentos.