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Novela

¿Me quiere? No, no me quiere

¿Me quiere? No, no me quiere larazon

Se puede llegar a pensar que la novela romántica se terminó con el XIX, pero no: a principios de los años ochenta del siglo pasado también había mujeres dispuestas a seguir leyendo a Jane Austen y a George Eliot, a soñar con el matrimonio y a esperar confiadas la venida del príncipe azul. Mujeres como Madeleine Hanna, por ejemplo, la heroína de esta nueva novela de Jeffrey Eugenides, que presenta el dilema sentimental de su vida: no sabe si casarse con Leonard, un brillante hombre de ciencias, o con Mitchell, un estudiante de Teología que se encuentra perdido en un laberinto existencial.

La idea del autor de «Las vírgenes suicidas» (que fue llevada al cine por Sofia Coppola en 1999) y de «Middelsex» (que se alzó con el Pulitzer hace diez años) parece, en principio, novedosa: ofrecer una vuelta de tuerca sobre una típica historia de amor americano, con campus universitario como telón de fondo en una época cercada por el sida y por la influencia del estructuralismo y el postestructuralismo francés, cuyas teorías copaban entonces las aulas estadounidenses. Madeleine, por ejemplo, como una auténtica romántica incurable, es una infatigable lectora de los «Fragmentos de un discurso amoroso» de Barthes.

Pero la propuesta de Eugenides, sin embargo, quinientas páginas después de un comienzo brillante sobre el universo de los libros y de la relación de Madeleine con la lectura y la literatura, acaba diluyéndose en una historia de pasión decimonónica que se traba, curiosamente, en su propia trama nupcial. Porque más allá de su notable estructura clásica y de su por momentos socarrona indagación sobre las relaciones matrimoniales, el libro revela un límite estético: la imposibilidad de hacer una novela romántica contemporánea con elementos del pasado. Quizá porque los tiempos han cambiado o porque Madeleine, al fin y al cabo, se casa con el hombre equivocado.