Murakami, del jazz a la hamburguesa
No deja de resultar llamativo que «El elefante desaparece», que es (como señala la faja de promoción) «el libro de relatos más aclamado de Murakami», haya permanecido inédito en castellano durante más de veinte años y que también haya sido, de los tres libros de relatos del escritor japonés más famoso, el último en ser traducido, pues en ninguno de los otros dos se revela, como se hace en estas breves y aclamadas historias, el mundo más personal e inquietante del autor de «Tokio Blues». Publicado en 1993, es, en ese sentido, un muestrario de los temas que Murakami abordaría a lo largo de casi todas sus novelas posteriores. Temas que tienen que ver con el universo pragmático y contemporáneo en el que viven la mayoría de los personajes de los que habla. Un universo repleto de objetos y de marcas y de obligaciones y bajo el cual subyace, no obstante, otro: uno que resulta entre fantasmal e imaginario que, parafraseando una de las novelas más conocidas de Murakami, da cuerda al mundo.
Abyectos en una cotidianidad banal y, por momentos, absurda, los personajes de estos diecisiete relatos se encuentran, como afirma el vendedor de tostadoras, cafeteras y neveras del relato que da título al libro, entre la desidia y la acción, entre la inhibición y el movimiento. «Aunque sienta el impulso de hacer algo, no veo la diferencia entre el resultado de hacerlo o no hacerlo», señala con una frase certera, en la que se respira, de algún modo, el espíritu en su conjunto. Aparecen, entre muchos otros personajes, un abogado que ha quedado sin trabajo (historia que parece ser el embrión de su novela «Crónica del pájaro que da cuerda al mundo») que pasa las horas en su casa y a quien perturban, en un mismo día, la misteriosa desaparición de un gato, el encuentro con una chica enigmática, el llamado de una desconocida y los pedidos de su esposa; el empleado de unos grandes almacenes que le escribe vaguedades a una clienta; una pareja de recién casados que, muertos de hambre, deciden atracar un establecimiento de MacDonald’s en la noche; un bailarín enano y diabólico, y un hombre que, obsesionado con un elefante que ha desaparecido de un zoo de Tokio, recuerda la herida de otra pérdida: la de una mujer.
«Equilibrio roto»
«A veces tengo la sensación de que a mi alrededor se ha roto el equilibrio del que disfrutaba antes. Quizá sea sólo una ilusión, pero he perdido mi equilibrio interior y muchas cosas me resultan extrañas», dice en un momento determinado otro personaje, también atrapado entre la demora y la prisa, en un mundo que resulta tan raro e imaginario como real, a la espera de que algo imprevisto lo haga regresar al imposible punto de partida.
«El elefante desaparece», así, es un resumen atomizado del universo literario que este candidato al Nobel ha ido desplegando a lo largo de sus libros. Unos relatos en los que lo imaginario se confunde con lo real (como la mujer que no puede dormir y vive, en esas horas de insomnio, la vida de las heroínas de las novelas rusas que lee) y donde conviven el jazz, la música clásica, la comida rápida y tantas otras cosas que forman parte de una cultura y de una realidad siempre abierta y cambiante.