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cultura

Fernando Aramburu, un escritor con mucho cuento

Reúne en este libro unas historias de inquietantes decisiones morales y cierta crueldad que prueban su gran solvencia en la literatura breve

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Aunque Fernando Aramburu ya había publicado algunos libros de cuentos, fue en 2006, con «Los peces de la amargura», relatos sobre la violencia generada por el terrorismo etarra, que se vería reconocido como un maestro en el arte de la narrativa breve. En su caso esta se caracteriza por reflejar las incidencias éticas de la vida cotidiana, el protagonismo del azar, cierta presencia del absurdo surreal, el sorprendente desenlace de las tramas argumentales y la contundente denuncia de la agresividad social; todo ello dentro del tradicional realismo crítico, que aúna el clasicismo de la prosa con la rigurosa descripción de ambientes y personajes. En «Hombre caído» continúa con estos referentes, incentivando la deriva ética de unas historias donde sus protagonistas se enfrentan a conflictivos dilemas íntimos y angustiosas opciones personales. 

La crueldad de la revancha

Sobresalen «La tercera mano», que muestra la relación entre dos hermanos; uno deberá vengar la agresión que ha sufrido el otro, debiendo escoger entre la integridad de lo justo y la crueldad de la revancha, sin que falte el toque de alegórica fantasía. Y «Dilema», donde, ante la inminencia de un accidente automovilístico, un hombre deberá decidir en décimas de segundo si atropellar a un anciano o a un niño, especulando sobre la función social de ambas edades. Sin olvidar «Fatalidad», cuento en el que una premiada actriz propone a su marido un juego de violencia sexual «que pare el tiempo»; ante su negativa, la historia desembocará en un sorprendente final. Y «El sillón de la señora Michalski», donde el anciano de una residencia, que vive evocando pasadas y supuestas heroicidades militares, se opone a levantarse del sillón que ha llegado con una huésped; soledad, incomunicación, decrepitud y el fantasma del absurdo recorren esta historia. Incisivo humor, intencionada crítica social, cierto suspense con concesiones al terror y un profundo conocimiento de la condición humana conforman lo mejor de estos interesantes relatos.