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Los Machado en la Sevilla de la que nunca se fueron

La Fundación Unicaja inaugura su sede en Sevilla con la mayor exposición de fondos machadianos que reúne epistolarios, fotografías, manuscritos y obras inéditas, coincidiendo hoy con el 80º aniversario de la muerte del autor de «Campos de Castilla».

La muestra cuenta con un rincón familiar donde se reúnen imágenes poco vistas. En esta aparecen varios miembros de la familia: Antonio Machado (a la izquierda) con su hermano José, la mujer de éste, Matea Monedero, las tres hijas de ambos, y la madre de los Machado, Ana Ruiz (hacia los años treinta)
La muestra cuenta con un rincón familiar donde se reúnen imágenes poco vistas. En esta aparecen varios miembros de la familia: Antonio Machado (a la izquierda) con su hermano José, la mujer de éste, Matea Monedero, las tres hijas de ambos, y la madre de los Machado, Ana Ruiz (hacia los años treinta)larazon

La Fundación Unicaja inaugura su sede en Sevilla con la mayor exposición de fondos machadianos que reúne epistolarios, fotografías, manuscritos y obras inéditas, coincidiendo hoy con el 80º aniversario de la muerte del autor de «Campos de Castilla».

Manuel Machado decía que retenía sus coplas en la cabeza y no las transcribía hasta que estaba seguro de ellas. «Los Machado vuelven a Sevilla» se titula una exposición –gracias a la Fundación Unicaja, en el estreno de su sede en un antiguo palacete levantado entre los años 1914 y 1916 por el arquitecto Francisco Hernández-Rubio– que pone de relieve y homenajea la figura de dos poetas, autores de teatro, maestros del folclore y hasta filósofos –resaltó el comisario Antonio Rodríguez Almodóvar– en su tierra natal. En parte, un acto de desagravio –ya que hasta fechas recientes, los hermanos Machado apenas contaban con una glorieta en el Parque de María Luisa–, con esa parte de la sevillanía, sobre todo por Antonio Machado más que por Manuel, rechazada. Desagravio también solo «en parte», porque como el propio presidente de la Fundación Unicaja explicó: «Tras la adquisición del primer lote de la Colección Machado» le daban «las gracias por Sevilla» e incluso después de adquirir varios libros «en las librerías no me dejaban pagar». La muestra reúne el legado original de los hermanos, adquirido por la institución a los herederos de la familia, sin que ninguna institución pública, recordó uno de los descendientes, ejerciera el derecho de tanteo y retracto.

Versos a Guiomar

El evento se organiza dentro de los actos conmemorativos por el 80º aniversario de la muerte de Antonio Machado. La exhibición demuestra que Manuel le daba vueltas a los versos y solía realizar dibujos alrededor. También recoge el epistolario y los primeros versos de Antonio a Guiomar –«Tú me buscaste un día/yo nunca a ti Guiomar/ y yo temblé al mirarme en el tardío/curioso espejo de mi soledad»–, y «obra y medio inédita» de teatro: «Las tardes de La Moncloa» o «La diosa razón, que está prácticamente acabada, según señalaron en la presentación. Destacan los manuscritos inéditos: «Entre la luz dorada de Sevilla, abierto el corazón al mundo», reza la caligrafía de Antonio. Asimismo, están presentes «las ocho cartas viajeras», que pasaron por Moscú, Stalingrado, Praga, Yugolasvia, La Habana o Madrid. Otra de las piezas más relevantes es el bastón de Antonio, que, explicó uno de sus descendientes, Manuel trajo de Francia, «quizá sabiendo que ya no estaba ya bien», y que llegó a usar su sobrino-nieto. Se trata del cayado en el que Antonio Machado se apoya en el retrato del fotógrafo Alfonso en el café de las Salesas de Madrid. «Nunca se fueron de Sevilla ni Sevilla de ellos», explicaron sus descendientes.

Una caricatura inédita de un «jaranero» Manuel firmada por Felipe Fresno en 1926, una cédula del periódico «La Libertad», para el que Manuel escribió, o el pésame de la Hispanic Society of America tras la muerte de Antonio son otros de los documentos recogidos en la muestra. La exposición también cuenta con un rincón familiar, con fotografías y cartas en las que Antonio añadía una «fe de erratas» sobre la ortografía en su afán por la enseñanza. En el epistolario, como aseguraron ayer en la presentación, se aprecia un «amor fraternal» y una «admiración mutua» fuera «de toda duda», rompiendo los prejuicios de «las dos Españas».

El acto de presentación de la muestra contó con la asistencia del presidente de la Fundación Unicaja, Braulio Medel; Manuel Álvarez Machado, Carlos de Lecea Machado y Mercedes de Lecea Machado, herederos de la familia; y de uno de los comisarios de la muestra, Antonio Rodríguez Almodóvar. A la inauguración acudieron el presidente de la Junta, Juanma Moreno; el ministro de Cultura, José Guirao, y el alcalde de Sevilla, Juan Espadas. La muestra se nutre de la mayor colección de manuscritos existente sobre la familia.

Documentos nunca vistos

En 2003 Fundación Unicaja adquirió en subasta pública un primer lote compuesto por 770 ejemplares documentales. Estos fueron presentados al año siguiente en los Reales Alcázares de Sevilla y editados entre 2005 y 2006 en diez volúmenes de facsímiles y transcripciones comentadas. En 2018 la Fundación adquirió el resto del archivo machadiano que tenía la familia. Se trata de un conjunto de 4.570 páginas, más fotografías y documentos civiles, de los que la exposición ofrece una cuidada selección en esta primera muestra al público. Supone un reflejo de la vida y obra de los Machado desde una nueva perspectiva y una riqueza documental única y podrá visitarse con entrada libre –«Antonio y Manuel Machado no lo habría entendido de otra manera», subrayaron los descendientes– en el nuevo Centro Fundación Unicaja de Sevilla del 23 de febrero al 24 de mayo. La muestra se estructura en cuatro espacios. En la planta, los manuscritos de los dos poetas y correspondencia familiar. La primera está dedicada al teatro escrito conjuntamente. «Si no hubiera sido por el cuidado de dos o tres generaciones de la familia, a veces en circunstancias nada fáciles, no habría llegado este legado hasta nosotros», destacó Medel. El proyecto «no solo recoge manuscritos, obras del pasado de un interés arqueológico; todo lo contrario, creemos que este legado está cargado de futuro». «Nuestra intención es ser el gran centro de referencia de la obra machadiana», señaló Medel de una muestra que nace a los pies de un limonero y evoca «estos días azules y este sol de la infancia».