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Mago Xacobe: «Cada vez es más difícil sorprender»

Las tecnologías y la inmediatez amenazan la inocencia del público, pero a este mago solo le suponen un mayor afán de superación. El espectáculo del director e ilusionista de «Atrapado X la Magia» en los Teatros Luchana rezuma ilusión por este arte milenario.
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Las tecnologías y la inmediatez amenazan la inocencia del público, pero a este mago solo le suponen un mayor afán de superación. El espectáculo del director e ilusionista de «Atrapado X la Magia» en los Teatros Luchana rezuma ilusión por este arte milenario.
Xacobe Sanz, el Mago Xacobe, ha estrenado recientemente «Atrapado por la magia», su segundo espectáculo en los Teatros Luchana de Madrid. El ilusionismo es su pasión, pero una de esas pasiones tempranas que le han llevado a ser el primer mago profesional de Santiago de Compostela, su tierra natal. Por eso, con tan solo 35 años ya puede presumir de haber celebrado sus bodas de plata sobre los escenarios. Se nota que Xacobe sabe de magia al describir el «Westcar Papyrus», un texto egipcio de hace unos 4.000 años, «que es la primera referencia que conservamos de la magia como entretenimiento» o cuenta con entusiasmo cómo se ha establecido una colaboración entre neurocientíficos y magos para estudiar el comportamiento de la mente y la memoria. «Es curioso, los magos hace años que aplicamos conceptos adquiridos de manera innata sobre la percepción a nuestros juegos de magia».
–¿Nos gusta que nos engañen?
–A priori no, siempre y cuando el engaño sea a mala fe o busque un perjuicio para el engañado. Pero en la magia hay un pacto entre espectador y mago, en el que el engaño se convierte en asombro, en sorpresa, en un regalo. En ese caso es un engaño pactado y que disfrutamos, igual que cuando nos engañan para darnos una fiesta sorpresa.
–¿Cuál es el secreto de un buen espectáculo de magia?
–Siempre he querido mantener una relación cercana con el espectador, llena de comedia y sorpresa, porque así es como siento que soy y como creo que puedo conectar mejor con el público para que disfruten. Siempre agradezco al público que haya depositado en mí su tiempo y su confianza para sorprenderse y pasar un buen rato, así que mi máxima es entregar todo lo que tengo para que disfrute, en ese momento son parte de mi familia, y así los trato. Además de la comunicación, la cercanía y el humor, por supuesto intento generar impacto, crear historias a través de la magia en las que nos podamos reconocer y buscar efectos imposibles, de los que hacen que te quedes pensando cómo es posible. Soñar y mantener la ilusión es algo que no deberíamos perder nunca.
–¿Qué le mantiene con ilusión sobre los escenarios? Sobre todo teniendo en cuenta que lleva desde los 10 años...
–Primero, la necesidad de superación y de mejora. Cada vez que acaba una función comento con mi equipo qué se puede mejorar, qué podemos incluir y anotamos las improvisaciones que nos han gustado. Y, por otra parte, algo similar a lo que puede hacer que Raphael y otros grandes artistas sigan... Es una necesidad, una forma de expresión y de vida. Si dejo de hacer esto, probablemente me sentiría vacío.
–¿Está «atrapado por la magia»?
–Desde la primera vez que vi un espectáculo de magia, a los 5 años. Cuanto más conozco, más me gusta. Es un mundo verdaderamente generoso, dinámico y lleno de talento. ¡Y muy gratificante! Es un regalo hacer algo que el público disfrute, sienta y reconozca tanto.
–¿Cuesta cada vez más sorprender? ¿Se está perdiendo la inocencia?
–Con las nuevas tecnologías y el consumo tan inmediato y de tantos contenidos cada vez es más difícil. Tenemos al alcance de la mano, desde el bolsillo, experiencias desde todas las partes del mundo. Es más difícil pero es un reto, tener contacto con artistas de todo el mundo. También nos sirve para generar nuevas ideas y experiencias, y para esforzarnos en evolucionar nuestra arte para seguir asombrando.
–¿España es una buena escuela de magia? ¿Hay nivel?
–Es, sin duda, una de las referencias a nivel mundial, tenemos artistas de primerísimo nivel y multipremiados a nivel internacional, empezando por el propio Juan Tamariz, que es toda una eminencia. Y muchos más, muy talentosos. El otro día vino a verme un mago de Rumanía y estaba verdaderamente fascinado con la cultura mágica que se ha desarrollado en España, me comentaba que en su país todavía no era algo demasiado extendido y es un trabajo del que podemos sentirnos orgullosos.
–¿Qué le generan los magos «traidores», aquellos que han desvelado sus trucos en TV?
–Ganas de mejorar. Al fin y al cabo están difundiendo de algún modo cultura mágica, haciendo que la gente se interese por ella y que nosotros nos esforcemos por mejorar. Aunque creo que la magia ha de verse en directo, y apreciar no tanto el truco como la puesta en escena, el cariño, la atmósfera.
–¿A quién le gustaría hacer desaparecer?
A alguno de los de la respuesta anterior, pero sin rencores, ningún rencor.