Día de la música

¿Por qué la guitarra tenía mala fama en tiempos de Cervantes?

El más popular de los instrumentos españoles tenía hace siglos pésimas críticas. Pasaba por ser un aparato “burdo y ramplón”

"Llegadas las once horas de la noche, halló don Quijote una vihuela en su aposento…", escribe Cervantes en su obra universal
"Llegadas las once horas de la noche, halló don Quijote una vihuela en su aposento…", escribe Cervantes en su obra universalLa Razón

Es sabido que la guitarra española no solo tiene una enorme popularidad en nuestro país, sino también un enorme prestigio a nivel profesional en todo el mundo. Su influencia y su huella es imborrable en medio planeta y la demanda de aprendizaje es de tal magnitud que no basta con escuelas y conservatorios para su enseñanza y, en consecuencia, han proliferado tanto las clases particulares como los videotutoriales.

¿Pero ha tenido siempre la guitarra este reconocimiento? La respuesta es contundente: no.

En tiempos de Cervantes, en el siglo XVI, este instrumento fue enormemente denostado. No tenía buena fama porque a su llegada a Espala, hacia el año 1.500, comenzó a sustituir a la vihuela, el instrumento de cuerda pulsada dominante del momento.

Pero, ¿cuál era el origen de aquel instrumento? El desaparecido profesor Pancracio Celdrán explica en su libro “Historia de las cosas”, que el padre de todos los instrumentos de cuerda era el laúd, oriundo de Persia, y que de él derivaron, entre otros, la cítara, convertida en guitarra a su llegada a España.

El aterrizaje no agradó a los coetáneos, que veían “burdo y ramplón” este instrumento de cuatro cuerdas.

Cuatro, cinco, siete y doce cuerdas

Es probable que ningún instrumento haya sufrido tantas variaciones y modalidades como la guitarra. Para comenzar, porque en el caso de la variedad española se le añadió una quinta cuerda y luego una sexta. En otros lugares se toca con siete y con doce. Y no solo pulsando las cuerdas, sino también rasgándolas con un arco.

La guitarra española que hoy conocemos comenzó a fabricarse en Sevilla, en 1854, en el taller de Antonio Torres, que optó por ceñirse a los cánones de la época.

Mucho antes, en tiempos de la conquista de América, los españoles llevaron el instrumento al nuevo continente. Con el paso del tiempo, la guitarra española pasó a formar parte de la tradición musical del territorio hasta que países como México y Argentina, no solo la adoptaron, sino que descollaron por su maestría con el instrumento.

La guitarra española acabó por inspirar la creación de diversos instrumentos autóctonos: el triple colombiano, el cuatro puertorriqueño y venezolano y la jarana mexicana.

La evolución del instrumento ha sido constante hasta llegar a su electrificiación. Llegado ese instante, también hubo controversia. A la primera Fender, legendario fabricante, la llamaron “remo de canoa” y “tapa de urinario”. Dijeron que nadie compraría una cosa de esas. Y en parte tenían razón.