Allen-Domingo: encuentro en el Real
El coliseo presenta la temporada 2014-2015. El debut de Joan Matabosch estará repleto de grandes nombres, entre ellos el tenor español, al que dirigirá el cineasta
La programación para 2014-2015 será la primera con Joan Matabosch en la dirección artística del coliseo madrileño, en sustitución de Gerard Mortier
Que el Teatro Real presente temporada suele ser, de por sí, una cita obligada para la Prensa. Pero la convocatoria de ayer tenía un carácter especial. La programación para 2014-2015 será la primera con Joan Matabosch en la dirección artística del coliseo madrileño, en sustitución de Gerard Mortier, y había expectación por conocer cuáles serán sus pasos iniciales. El primero de todos, a partir del 15 de septiembre, parece una declaración de principios: «Le nozze de Figaro», de Mozart, con dirección de Emilio Sagi, y comandado musicalmente por Ivor Bolton, batuta titular de la institución madrileña a partir de la temporada 2015-2016 –ayer aseguró estar «feliz y emocionado»–, en una coproducción del Real que regresa a «casa». Le seguirá Donizetti, con «La fille du régiment» (20 octubre-10 de noviembre), en la coproducción del Metropolitan, Covent Garden y la Wiener Staatsoper, un conocido montaje que llega con dirección de escena de Laurent Pelly y musical de Bruno Campanella y Jean-Luc Tignaud, y que tendrá dos bazas: ver por primera vez a Natalié Dessay en una ópera en España y contar con Carmen Maura en el papel no cantado de la Duquesa de Krakenthorp. Aunque uno de los golpes de efecto llegará hacia el final de la temporada: «Goyescas» y «Gianni Schicchi», doble programa de Granados y Puccini (del 30 de junio al 12 de julio) con dirección escénica de Plácido Domingo en la primera y de Woody Allen en la segunda, en la que cantará el propio Domingo.
Acuerdos con otras óperas
«Las líneas generales de este programa no afectan sólo a esta temporada, sino a las que querenos que sean en el futuro, la próxima y las siguientes», explica Matabosch a LA RAZÓN. La primera será «integrar la ópera en el tejido de la comunidad de Madrid». Para ello, el Real colaborará con instituciones como el Instituto Cervantes, el Museo del Prado, la Real Academia de Bellas Artes y La Fundación García Lorca. La otra línea de acción, prosigue, es que el Real entre en en el circuito de grandes productores internacionales. Así, han cerrado ya acuerdos de coproducción con las óperas de París, Bruselas, Londres y Ámsterdam.
En cuanto a la programación, a su artífice le resulta «imposible destacar uno o dos títulos, todos están ahí por un motivo u otro». En algún caso, hay lecturas obvias. Por ejemplo, aunque no lo diga el director, elegante en su discurso, está claro que con «Death in Venice» se resarce: la ópera de Britten, en coproducción del Real y el Liceo, estaba prevista para la temporada en que aterrizó Mortier, pero con éste se cayó del programa. Ahora, el montaje de Willy Decker, con Alejo Pérez frente a la orquesta, encuentra por fin su lugar (del 4 al 23 de diciembre). «Es una obra fuera de serie, importantísima dentro del catálogo de Britten y del del siglo XX en general», explica el director sobre un estreno en Madrid que califica de «acontecimiento». El título inspirado en la novela de Thomas Mann será además epicentro de una serie de una decena de actividades paralelas que van de una exposición en la Biblioteca Nacional sobre Fortuny a la proyección del filme de Visconti en la Filmoteca Española. Además, el Real ha programado el «War Requiem» dirigido por Pablo Heras-Casado, los «Canticles» y la coreografía homónima del Ballet de Hamburgo, entre otras actividades alrededor de la obra de Britten. No será la única coreografía que s everá esta temporada: por el teatro madrileño pasarán el Ballet de Víctor Ullate, con «El amor brujo», y el Nederlans Dans Theater.
Como es inevitable en todo proceso de transición, parte de la programación lleva el sello de Mortier. Su relevo, sin embargo, evita «caer en la trampa» de marcar diferencias y asegura, como ya hizo al ser nombrado, que «asumo toda la temporada. Es evidente que está hecha sobre la base de compromisos que ya existían, pero desde el momento en que llego asumo todos como propios». Corrobora Matabosch, quizá con modestia, que se trata de una «temporada de transición», pero el examen de lo ayer presentado deja ver que hay en ello mucho de la personalidad del catalán. En cualquier caso, subraya éste, «lo más destacable es lo fluido, lo tranquilo que ha ido: la colaboracion con Mortier ha sido maravillosa».
En diciembre, seguirá el «Roméo et Juliette» de Gounod, en versión de concierto, con Roberto Alagna y voces con cada vez más proyección como Sonya Yoncheva y Roberto Tagliavani. El Real estrenará a continuación una nueva producción, «Hänsel und Gretel» (del 20 de enero al 7 de febrero), «un cuento para adultos», explica Matabosch sobre la partitura de Humperdinck. Con puesta en escena de Joan Font y figurines y escenografía de Ágatha Ruiz de la Prada, promete poner una nota de color. Seguirá, como adelantó LA RAZÓN en estas páginas, una «Traviata» (en abril y mayo de 2015) con Patrizia Ciofi como Violetta, acompañada por Francesco Demuro; «una de las maravillosas producciones de David McVicar», cuenta Matabosch. La temporada operística se completa con «Fidelio» con la firma de Álex Ollé y La Fura dels Baus (mayo-junio de 2015) y dos estrenos españoles, «El público» (febrero) y «La ciudad de las mentiras» (julio).
Representación española
Otros nombres que se asomarán al escenario esta temporada serán Peter Sidhom («Death in Venice»), Bo Skovhus y Alice Coote («Hänsel und Gretel»), Andreas Wolf («El Público»), Michael König («Fidelio»), Leo Nucci («La Traviata») y Katia Guedes («La ciudad de las mentiras»). No faltará una nutrida representación nacional, desde María José Suárez y Vicente Ombuena a Joan Martín-Royo, José Manuel Zapata, en doblete como Don Basilio en las «bodas» de Sagi y Bolton, y como bruja en «Hansel und Gretel»; o Antonio Lozano, presente en tres títulos.
El cineasta y el director
Cuesta creer que las entradas para la ópera «Gianni Schicchi», ofrecida en doble programa junto a «Goyescas» (30 de junio al 12 de julio), vayan a durar algo más que un caramelo en la puerta de un colegio. El título de Granados se adelanta a las conmemoraciones del centenario de su temprana muerte en 1916, cuando el barco en el que el español cruzaba el Canal de la Mancha fue hundido por los alemanes. Tendrá escenografía de Eduardo Arroyo, dirección musical de Plácido Domingo y puesta en escena de José Luis Gómez. Con este título regresa además al Real María Bayo tras la etapa de Mortier. La segunda parte del programa producirá más ruido mediático: «Gianni Schicchi» lleva el nombre de Woody Allen en su puesta en escena. Estrenada en Los Ángeles en 2008 –allí se hizo el «Tríttico» de Puccini completo, compuesto por este título junto a «Il Tabarro» y «Suor Angelica»–, esta producción del teatro angelino cuya batuta titular es precisamente Domingo llega a España con el madrileño ocupando el escenario (no fue así en su estreno americano), a las órdenes musicales de Giuliano Carella y acompañado por Maite Alberola y Elena Zilio, entre otras voces. «No hay una fascinación en absoluto por los nombres mediáticos: la ópera tiene sus estrellas, pero para nada se trataba de convertir la programación en un desfile de nombres. Aunque tampoco vamos a huir de ellos», matiza Matabosch.
Dos encargos a autores españoles
Cuando Gerard Mortier llegó al Teatro Real dijo que quería que los compositores españoles tuvieran su lugar en el coliseo. Lo repitió como un mantra: que los jóvenes estén en la ópera, que trabajen en ella. ¿Cómo? Encargándoles libretos, así de claro. Joan Matabosch ha querido que las dos que el anterior director artístico del museo había concebido para la próxima temporada sigan estando ahí. Se trata de «El público» (del 24 de febrero al 13 de marzo de 2015), basada en la obra de Lorca y que tendrá la firma de Mauricio Sotelo, y «La ciudad de las mentiras» (del 4 al 10 de julio de 2015), con el sello de Elena Mendoza, quien se ha sumergido en el universo de las historias de Santa María del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti. Sotelo, por su parte, ha adaptado, junto a Andrés Ibáñez, el texto más difícil de Lorca –«una obra enigmática, considerada durante mucho tiempo irrepresentable», asegura el director artístico– en un trabajo que da prioridad al conflicto de la identidad que hay detrás del juego de máscaras sobre el que está construida la obra. Al frente del Klangforum de Viena, Pablo Heras-Casado defenderá la obra, cuya puesta en escena se ha encomendado a Robert Castro y al escultor y escenógrafo Alexander Polzin, «en un capítulo más de su extensa relación con el público madrileño», explicaba ayer el director artístico del coliseo. En el título lorquiano estará el cantaor Arcángel, junto a nombres españoles como Antonio Lozano y José Antonio López. La presencia española es una constante esta temporada. «El objetivo no es que haya mucho artista español: es que sean los grandes cantantes del mercado internacional», deja claro Matabosch, aunque matiza a continuación: «Eso tiene que ser compatible con que el Real sea una plataforma para las carreras de nuestros cantantes».
Gerard Mortier: «¡Viva el Real!»
En pleno tratamiento del cáncer de páncreas contra el que lucha desde el pasado verano, el anterior intendente del Real, el belga Gerard Mortier, se despidió públicamente del coliseo a través de un correo electrónico enviado desde Alemania al presidente de su patronato, Gregorio Marañón, en el que deseó a Joan Matabosch, «lo mejor» con un expresivo «¡viva el Teatro Real!». Marañón leyó ayer parte del correo, como era el deseo de Mortier, quien agradece a Matabosch su comportamiento de «gran ''gentleman''» durante la temporada actual.