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Chaikovsky, con mucha sustancia

Rachmaninov: «Concierto nº 3». Chaikovski: «Sinfonía nº 6», «Patética». Orquesta Sinfónica de Madrid. Piano: Denis Zhdanov. Director: Juanjo Mena. Ciclos Musicales Sinfónica de Madrid. Auditorio Nacional, Madrid. 2-X-2013.
La Razón
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La Sinfónica de Madrid realiza su principal labor en el foso del Real. Pero tiene su ciclo de conciertos, que viene desarrollando en el Auditorio Nacional. Hemos escuchado el primero de esta temporada, que nos ha permitido calibrar al conjunto fuera de su hábitat acostumbrado. No siempre podemos hablar de absoluto equilibrio entre familias, de exactitud en los ataques, algo que es difícil de conseguir incluso por las mejores centurias. Pese a ello y a una cierta destemplanza y falta de empaste de los metales, la orquesta suena muy bien, es de tímbrica cálida, no especialmente brillante, y las cuerdas revelan en ocasiones su procedencia operística: siguen con facilidad las líneas melódicas fundamentales. De lo que se aprovechó la ya experta batuta de Juanjo Mena. Su gesto amplio, de lejanas resonancias celibidachianas, su pulso atento, su comprensiva expresividad, su facilidad para el fraseo caluroso determinaron una interpretación muy cuajada de la «Patética».
Desde la acertada iniciación en pianísimo y la delicada acentuación de los «sforzandi», el finísimo dibujo del clarinete –magnífico toda la noche–, antes del estallido, hasta la imponente energía con la que fue expuesto el Presto o la espléndida manera de cantar el gran tema lírico en el Finale, hubo detalles que contribuyeron a rematar una buena versión, con puntos grises en la consecución de algunos clímax y en la desigualdad de algunos ataques.
Fue atento el apoyo instrumental en Rachmaninov al joven y menudo pianista ucraniano Zhdanov, capaz de trazar con limpieza octavas ligeras y de tocar con lirismo los pasajes más efusivos del inacabable «Concierto». En cuanto depure sus dinámicas, profundice la expresión y regule sus ímpetus habrá dado un gran paso.