Dos décadas dentro de La Habitación Roja
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El grupo valenciano celebra su aniversario en el escenario del San San Festival, en Gandía.
Son uno de los grupos más trabajadores del «inde» español. Cuando se pregunta a los miembros de La Habitación Roja por el secreto para llevar dos décadas sin bajarse de la furgoneta de la gira, Pau Roca contesta lacónico: «Te levantas, haces canciones y vas tirando. Para nosotros es lo más sencillo, pero a raíz de tocar con otros grupos te das cuenta de que poca gente sabe llevarlo con naturalidad». Jorge Martí añade que con el tiempo «hemos sabido formar un puzzle en el que encajamos todos. Pero lo que más nos ha movido es la ilusión de hacer canciones y de seguir emocionándonos con eso. Cinco personas como nosotros pueden ser muy diferentes, pero si coinciden en eso, el grupo funciona». La Habitación Roja es una de las apuestas del cartel del San San Festival (que se celebra del 2 al 5 de abril en Gandía, Alicante), que prácticamente inaugura la temporda festivalera con una apuesta casi íntegramente nacional.
El grupo valenciano acaba de publicar «20 años de canciones», un disco con lo mejor de su trayectoria. Buen momento para rebobinar la cinta la cinta por los inicios, en los que las expectativas sobre el grupo eran muy altas. «Existieron momentos duros porque las cosas iban bien pero no suficientemente bien. Esa fue una etapa de mucho esfuerzo, sacrificio y tensión que, en nuestro caso, duró bastante. Una temporada en la que el grupo exigía algo profesional pero no lo era», dice Roca. Martí: «Ha habido problemas de salud, pero tampoco lo contamos todo. Yo me fui a vivir a un país extranjero y dudas, ausencias, frustraciones. Pero, no sé cómo, lo hemos ido salvando todo». «Durante una época, llenábamos la Sala el Sol y luego el Arena. Y te decían que no llenabas la Riviera. Y cuando lo hicimos, alguno nos dijo: ‘‘Claro, ¿y el Palacio de los Deportes?’’. Y ahí pusimos el pie en tierra y nos dedicamos a tocar sin escuchar lo que dijeran. Sacamos la bayoneta y nos fuimos al frente», añade.
La primera razón para hacer música, según Martí, fueron las canciones. «Para mí no se trataba ni de tocar un instrumento. Quería hacer canciones y no sé de dónde viene ese impulso. Era un chaval sociable pero con una parte introvertida, como de estar en las nubes, perdido. Y las canciones eran mi vía de escape», señala. «No eran delirios de grandeza, sino hacer lo que te gusta. Y llevamos así 20 años y puede que alguien quiera hacer música por habernos escuchado», dice Jordi Sapena, guitarrista. «No nos hacemos responsables de ninguna de esas personas», añade Roca. Pero, hay un componente extraño en convertirse en músico. «Sí, hace no mucho, tuve la típica cena de ex alumnos del instituto. Llegas, y están gordos y calvos. Y tú apareces y, claro, todos conocen al grupo en nuestro pueblo (La Eliana, Valencia). Y era extrañísimo porque reapareces convertido en una muy pequeña estrella del rock», señala Martí. «Yo pasé por lo mismo. Se me acercó uno y me dijo: ‘‘La guitarra española te la dejé yo, ¿eh? Que era de mi padre, ¿eh? te la dejé yo... qué pesado te pusiste con la guitarra...’’», comenta Sapena. En realidad, el único objetivo es sentirse mejor. «Para mí un día perfecto es escribir una canción, grabarla con el móvil, mandársela al grupo y que les guste», confiesa Martí.
La perspectiva del tiempo
La mejor canción de La Habitación Roja está por llegar. «Es un viejo tema de la música. Eso que se dice tantas veces de que los primeros discos de un grupo son los buenos. ¿Y dónde estaba el público cuando los tocábamos? Porque venían a vernos cuatro a los conciertos. Y ahora cuando tocas, la gente se sabe las de los últimos discos –comenta Martí–. Aunque, por otro lado, está el ángulo contrario. No vas a decir que tu novia de ahora que es fea y molaba más la que tenías con 20 años. Pues lo mismo te pasa con los discos, que defiendes el que acabas de hacer. Luego te da la vida una perspectiva más global y equilibras los dos extremos. Aunque madurar en el rock no sólo es posible, sino que, además, es deseable».En 20 años de carrera habrá arrepentimientos. «Yo el primer disco, no puedo escucharlo por el sonido. Es tan agudo que no sabes si suena una guitarra o un banjo», afirma Pau Roca. Jorge Martí, letrista del grupo, también ha escrito «algunas cosa que ahora no me atrevería. Le doy el valor de la osadía, de la inocencia. Cuando sacas un álbum, nunca piensas que habrá 10.000 personas que lo van a escuchar y a cantar. Eres joven, y en ese sentido hay algún ripio o algún error que, al escucharlo hoy, pienso: ‘‘joderrrr’’... Pero es normal, porque, en general, hemos aprendido sobre la marcha: somos autodidactas en todos los campos, desde el negocio a la grabación».