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«Ella lo baila, lo guisa y lo siente»: Cuando el flamenco y la cocina se dan la mano

larazon

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Y de nuevo una bailaora ibérica que cruzó el charco para mostrar su arte en Buenos Aires. Y que triunfa en los escenarios porteños con una obra singular, donde se mezcla flamenco y gastronomía.
¨Yo me lo guiso, yo me lo como¨ es un viaje directo a la infancia de Carmen Mesa, en donde se ven plasmados sus mejores recuerdos, sueños e inclusive sus más tristes memorias. Obra escrita por Erika Halvorsen y dirigida por Gina Piccirilli,
Al comienzo de la noche el público se prepara para una velada íntima y conmovedora, tan íntima que te hace sentir en la comodidad de su hogar, en donde se degustará el plato que está apunto de preparar.
Este viaje inicia con la llegada de Carmen al país, de la mano de un chico que enamoró justamente con el plato que su madre le había enseñado desde muy pequeña ¨pollo al ajillo¨. Mientras cortaba y preparaba los ingredientes, nos cuenta que desde siempre había querido ser lo que hoy en día es, una increíble bailaora, soñaba con presentarse en un sinfín de escenarios y de bailar flamenco por el resto de su vida.
¨No todo fue como lo ven ahora¨ nos comenta. ¨Para llegar donde estoy pase por momentos amargos en donde casi perdí la fe, pero siempre pensando en positivo y creyendo fielmente en Dios¨
La bailaora señala que el mensaje transmitido y las anécdotas que narra en la obra, hablan de luchar por los sueños que cada quien se proponga, con la verdad con la mentira con el miedo y con la esencia de cada individuo.
El hecho de compartir ante gente desconocida sus más íntimos recuerdos y anhelos no es problema para ella ya que comenta que ¨todo lo que ocurre en la obra es muy de verdad, es tan cierto lo que pasa en el escenario que podría jurar que a mi lado se encuentran mi padre y mi madre¨. Tan real es la historia que realmente nos transporta a su pasado sin mucho esfuerzo, de la manera más natural posible.
El ingrediente mágico del espectáculo no fueron los ajillos, sino la maravillosa música en vivo que resonó a lo largo de la noche. Dos increíbles músicos acompañaron a Carmen en este estupendo viaje por su infancia; Héctor Romero en la guitarra y Javier Mokdad en el cajón flamenco.
Nacida En Córdoba (España), Mesa ha obtenido prestigiosos galardones por sus espectáculos propios o por su participación en otros elencos, en el 2001 fue ganadora del 1er Premio del concurso ¨Marbella Joven¨ en el 2004 obtuvo el 1er Premio del concurso ¨Jóvenes flamencos de Córdoba¨, 2005 finalista en el ¨Concurso Nacional de Alegrías de Cádiz¨; 2006 ganadora del 1er premio en el ¨Concurso Nacional de Ronda¨ entre otros.
La bailaora ha actuado en distintas ciudades del mundo con sus propias creaciones artísticas, imparte regularmente clases de danza flamenca, participa y colabora con varios artistas, compañías de flamenco y teatro. No conforme a lo antes mencionado, Carmen también colabora con el proyecto ¨Flamenqom¨ donde se unen la cultura indígena Qom del Chaco argentino con el flamenco, con el fin de ayudar a jóvenes de bajos recursos.
Por su parte Héctor Romero ha trabajado con artistas de la talla de Ricardo Montaner, Eladia Blazquez, el cantaor Mario Vargas, el grupo Mecano, Belen Maya, Roció Jurado entre otros. En mayo del año 2000 recibió el premio ¨Reconocimiento al intérprete de mayor crecimiento en el arte flamenco¨, otorgado por la colectividad andaluza en Argentina; en mayo 2008 es premiado por el Consejo Internacional de la Danza Unesco con diploma de honor por su aporte a la danza.
Por otro lado, Javier Mokdad es un músico, percusionista y cesionista con 20 años de carrera; tocó junto a Diego Torres, Vicentico Paz Martinez, Cristian Castro, David Amaya, Andres Calamaro y demás artistas. Lleva grabados en distintos proyectos más de30 discos. Actualmente está sacando el suyo propio llamado ¨Ma haram¨ sobre sus raíces árabes.
Yo me lo guiso yo me lo como lleva en cartelera desde el año 2014, hecho que nos demuestra la importancia del Flamenco y sus raíces en un país latinoamericano como lo es Argentina, de cómo han pasado los años y el público porteño sigue maravillándose con esta manifestación artística tan reconocida y admirada a nivel mundial.
En conclusión Carmen Mesa se dispuso a dar una noche realmente inolvidable y lo logró. Entre bailes, cantos, olores, cazuelas, frases y anécdotas hacía reír, suspirar e incluso llorar a todos con gran regocijo sin expresar ella apenas más que una sonrisa y las ganas de seguir demostrando que las orugas siempre se convierten en mariposas.