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Nach, el rap de la experiencia

larazon

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Es uno de los veteranos y de los artistas del hip hop que han contribuido a abrir públicos, a superar prejuicios, a llevar el estilo a una categoría comercial superior sin perder la esencia. Nach presenta de gira «Almanauta» (Universal), un disco con mikles de palabras rimadas. «No pienso sucumbir a la exigencia de hacer las canciones cortas y los discos cortos solo porque haya gente a la que no le apetezca concentrarse –dice el rapero–. Nunca lo he hecho, y menos ahora, que vivimos en una época en la que todo tiene que ser breve, para saltar a la siguiente cosa. Si sale un tema de seis minutos o de ocho, así se queda, me parece que también es mandar un mensaje a la gente de que hay que tener un poco de paciencia y escuchar». Sus kilométricas rimas llegan a Vistalegre (Madrid) mañana y después a Sevilla (14 de diciembre), Málaga (15), Tenerife (11 de enero), Gran Canaria (12), Mallorca (26), Santiago (9) y Vitoria (12 de febrero).
Perder prejuicios
Como es su costumbre, y más con un título como «Almanauta», Nach mira adentro para rapear. ¿Cómo logra no repetirse? «Porque el tiempo y la experiencia te ayudan a enriquecerte y porque escucho de todo: soul, rock y trap. Pero es verdad que si cambias, te lo reprochan, y si no, también. Yo mantengo mi esencia, mi discurso y mi voz. Y no me acomodo», explica el artista. En su nuevo disco, además de dos colaboraciones, las de Kase.O y Residente, que vuelven al rap clásico que habían dejado de lado, están las de Bunbury o José James, dos músicos ajenos al hip-hop. La sociedad ha perdido prejuicios con el rap y el rap los ha perdido consigo mismo. «Creo que hemos avanzado y está claro que hay que saber primero quién eres y desde ahí hacer lo que te guste, nunca someterte. A mí me cayeron palos en el año 99 porque una chica cantaba un estribillo en un tema mío. Entonces no se entendió, pero por suerte ya hemos demostrado que podemos hacer nuestro camino y que nos siga el que le guste». La generación de Nach es la primera en madurar en el rap en España. «No lo llevo mal. Me siento mejor que hace diez años porque me cuido. Pero hablando con compañeros el otro día creo que estamos a punto de ver actuar a ''los hijos de fulano o mengano'', y para eso hay que mentalizarse. A veces te duele algún comentario de un veinteañero, pero si te sientes bien contigo mismo, te hace más gracia que otra cosa. Yo sigo haciendo esto porque creo que el rap puede salvar una vida. La mía la salvó».