Rossini se redime en el Liceo
«Il turco in Italia» De Gioachino Rossini. Con I. D'Arcangelo, N. Machaidze, R. Girolami, D. Alegret, P. Spagnoli, M. Martins, A. Casals y R. Miguel. Director musical: Víctor Pablo Pérez. Dirección de escena: Christof Loy. Barcelona. Gran Teatro del Liceo. 18-VI-2013.
Parece sorprendente pero se trataba del estreno del «Il turco in Italia» en el Gran Teatro del Liceo, ya que esa ópera «buffa» de Rossini no tuvo un buen arranque cuando se estrenó en la Scala de Milán (1814), por su parecido con «La italiana in Algieri», y no fue hasta su recuperación por parte de Maria Callas, en los setenta, que alcanzó una fama realmente merecida por la calidad del libreto, de Felice Romani, y de la excelente música. El director musical, Víctor Pablo Pérez, presentó una lectura musical ajustada al espíritu rossiniano, con una destacada brillantez en los juegos y ritmos de la partitura y atención a los diferentes personajes y sus dúos, tercetos, cuartetos y quintetos de finales de escena o actos, con un solvente Coro del Liceo.
El reparto vocal contaba con algunos nombres de referencia internacional como la impresionante Fiorilla de Nino Machaidze, quien cantó con destacada facilidad y gran belleza en las complejas arias, dúos y números de conjunto, con gran estilo, una muy bella emisión y acertados agudos y agilidades. Quizá le faltó una dicción algo más nítida y un punto más de emoción. D'Arcangelo fue un Selim de timbre amplio y carnoso, de cuidada y elegante emisión y completamente comprometido y divertido a nivel actoral. Lo mismo que el Don Geronio de Girolami, con toda una recreación del personaje que se fue afianzando a lo largo del primer acto, divertido, sensible, lleno de humanidad y destacando a nivel cómico y vocal, con una actuación realmente remarcable. El Poeta de Pietro Spagnoli, otro de los puntales de esta compleja partitura rossiniana, se integró muy bien en la trama gracias a una dirección de actores muy trabajada y atenta de Christof Loy, destacando también a nivel canoro con una perfecta adecuación al papel y la partitura. La Zaida de Marisa Martins sorprendió gratamente por su excelente actuación y por una adecuación a la voz bastante acertada. Alegret dio relevancia actoral y vis cómica al amante Don Narciso con naturalidad y con una buena línea de canto muy en estilo, quizá algo falta de volumen y de algún agudo algo más templado. La producción proveniente de la Bayerische Staatsoper de Múnich no destacó por su belleza pero sí por su adecuación al rocambolesco libreto «buffo» ideado por Romani, con detalles originales como la aparición de una treintena de zíngaros en la primera escena saliendo de una minúscula «roulotte» o la divertida casa de Don Geronio, pero sí brilló con gran nivel la dirección de actores, con escenas realmente divertidas, como el inicio del segundo acto con el combate de boxeo entre Don Geronio y Selim. Un espectáculo divertido y bien trabajado que fue acogido con numerosos aplausos por el público barcelonés.