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Crítica de clásica

“La Traviata” triunfa en una Granada fresca

“La traviata”, de Giuseppe Verdi. Nadine Sierra, Xabier Anduaga, Artur Rucinski, Karina Demurova, Gemma Coma-Alabert, Albert Casals, Tomeu Bibiloni, David Lagares, Giacomo Prestia, Joan Laínez, Harold Torres y Javier A. González.. Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real. Dirección del coro: José Luis Basso. Dirección musical: Henrik Nánási. Palacio de Carlos V. Granada, 11 de julio de 2025.

“La Traviata”, en Granada
“La Traviata”, en GranadaGonzalo Alonso

¡Por fin llegó el fresco al Festival de Granada, tras unas semanas de calor intensísimo! Y fue con una refrescante “Traviata” en concierto, exportada desde el Teatro Real madrileño, empleando artistas de los varios repartos que allí se alternaron.

Esta ópera verdiana precisa actuación escénica. No digo ya decorados, porque la misma sensacional puesta en escena de Willy Decker cuenta con bien pocos elementos decorativos, pero sí que los intérpretes se crean sus personajes y los vivan. Eso se consiguió en Granada con movimientos elementales pero precisos. Henrik Nánási, que debutó en nuestros país hace años en les Arts en los tiempos de Helga Schmidt, realizó una dirección en la que, sobre todo, cuidó a los cantantes para que pudieran hacer a gusto su labor, escuchándolos en todo momento. Combinó delicadeza con potencia dramática, lo que no es fácil y menos al aire libre, pero cierto es que contó con una orquesta y un coro en estado de gracia.

Se ha dicho muchas veces y es cierto que Violetta precisa una soprano ligera para el primer acto, una lírica para segundo y tercero y una dramática para el cuarto. La voz de Nadine Sierra encaja más entre los dos primeros tipos, pero canta tan bien que arrolla en toda la obra y, sorprendentemente, a pesar de deslumbrar en las pirotecnias vocales de su aria del primer acto, es en el lírico y dramático “Addio del passato” donde llega más. Si no llega a conmover del todo hasta hacernos llorar es porque aún representa más el papel que lo vive. Xavier Anduaga está lejos de aquel tenor de “La Sonammbula” de 2022 en el Real. La voz ha ensanchado en el centro, ganado potencia y conserva unos agudos impactantes. Un contundente Alfredo que, en cierto modo, nos recuerda el canto de los tenores de antaño. Posee una gran carrera por delante si a su valentía y arrojo le une esa mayor depuración en la elegancia expresiva de los tenores de hoy. Por su parte, el polaco Artur Rucinski, es un barítono lírico y no especialmente verdiano, pero canta bien y matiza, aunque no sugiera a Germont. Por último, hay que resaltar la presencia de Giacomo Prestia como el doctor Grenvil, con esa voz cavernosa de auténtico bajo que tanto nos hizo disfrutar en sus años jóvenes. Triunfo granadino en su recta final, con la novedad de la incorporación de Pablo Heras-Casado para dirigir los conciertos de la Orquesta Sinfónica SWR Stuttgart encomendados en un principio a Orozco-Estrada.