RAE

Oriente aterriza en la Real Academia

El arabista Federico Corriente ingresa en la Docta Casa y ocupa el silló

Federico Corriente, tras la lectura de su discurso de ingreso en la RAE, al que ha contestado el académico Juan Giln «K»
Federico Corriente, tras la lectura de su discurso de ingreso en la RAE, al que ha contestado el académico Juan Giln «K»larazon

El arabista Federico Corriente ingresa en la Docta Casa y ocupa el silló.

Federico Corriente Córdoba (Granada, 1940) ingresó ayer en la Real Academia Española con un discurso en el que criticó la «grave falta de empatía» con los vecinos «orientales o norteafricanos» y sus consecuencias en los estudios lingüísticos sobre los arabismos hispánicos. El arabista tomó posesión de la silla «K» de la RAE, la que tenía hasta su fallecimiento, el 25 de junio de 2014, la escritora Ana María Matute, a la que ha dedicado la primera parte de su discurso sobre «La investigación de los arabismos del castellano en registros normales, folklóricos y bajos». Su llegada cubre así la vacante arabista en la institución tras la muerte de Emilio García Gómez en 1995, un vacío de veintidós años al que ha hecho mención quién le ha dado la réplica en su discurso de bienvenida, Juan Gil, que no ha ahorrado elogios al nuevo miembro al asegurar que «si la RAE debe llamar a su seno a la excelencia, excelente es en verdad el arabista a cuyo discurso hoy me he honrado en contestar».

Corriente, por su parte, ha asegurado que existe una «ignorancia voluntaria del vecino» oriental, «al que a menudo se quiere, o a veces es casi forzoso considerar enemigo» y se ha referido a las «trágicas consecuencias» que esta posición ha tenido y sigue teniendo «en la gestión por las potencias occidentales hegemónicas de sus intereses más vitales en el Oriente Medio». No hay que buscar mucho, ha dicho Corriente, «para recordar recientes y muy negativos episodios y catástrofes generadas por una torpe gestión internacional, producida por ignorancia y negligencia voluntarias e injustificables entre quienes no carecían precisamente de acceso a la información necesaria».

«Anda la osa»

De los estudios recientes sobre la etimología de origen árabe de voces castellanas, que ha cifrado en unas dos mil, Corriente ha distinguido entre las de registro alto, medio o bajo, según su aceptabilidad social, Entre las de registro medio se ha referido a ciertas frases repetidas en refranes o dichos castellanos muy conocidos, a pesar de ser actualmente ininteligibles o semánticamente absurdos, como «a troche moche», «a trancas y barrancas», «dormir la mona» o «anda la osa». Y ha añadido que «también encontramos muchos arabismos, que generalmente venían pasando desapercibidos, por su carácter folclórico, en las canciones populares e infantiles, empezando por el mismo nombre de las nanas y su frase inicial “nana, nanita” (del árabe andalusí nám, nám, nám ínta ‘duerme, duerme, duérmete tú’), frases que pudieron ser enseñadas por las muchas niñeras moriscas empleadas por señores e hidalgos cristianos tras la Reconquista.