Congreso

El PSOE reniega de otra concesión a Junts con el catalán en las empresas

ERC acusa a los de Puigdemont de adueñarse de una medida pactada también con ellos, con Bildu y con BNG.

Sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. Comparecen el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, María Jesús Montero, Félix Bolaños, Fernando Grande-Marlaska, Oscar Puente. Asisten por el PP Alberto Nuñez Feijoo, Ester Muñoz, Miguel Tellado, por Vox Santiago Abascal, y Gabriel Rufian (ERC), Míriam Nogueras (Junts per Catalunya) y Mertxe Aizpurua por (Bildu)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ayer en la sesión de control. Alberto R. RoldánLa Razón.

El PSOE reniega de otra concesión a Junts. Los independentistas anunciaron PSOE reniega de otra concesión a Junts y obligar a las empresas a ofrecerlo. Pero la polémica vuelve a estar servida, porque mientras el partido de Carles Puigdemont sostiene que la norma será de aplicación en toda España, el PSOE no. Los socialistas rebajan el potencial del acuerdo, que circunscriben a las comunidades autónomas con lenguas cooficiales.

Los posconvergentes, además, anunciaron que la redacción de la proposición de ley afectará a las empresas de más de 250 trabajadores; que facturen más de 50 millones de euros al año o que presten servicios básicos de interés general a la población. Lo cierto que las fuentes consultadas no se ponen de acuerdo. Para los socialistas no está claro que se obligue a garantizar el servicio en catalán en todo el país, mientras que Junts insiste en que han conseguido que la norma sea efectiva en todas las comunidades, tengan o no lengua cooficial.

En cualquier caso, de lo que no hay duda alguna, es de que el texto planteado fuerza a que la respuesta a consultas, quejas, reclamaciones e incidencias se haga en la misma lengua en la que se haya presentado la consulta o se haya realizado el contrato o la oferta comercial dirigida personalmente al consumidor, y al menos en castellano si lo solicita el usuario. Además, se añade que el personal de las empresas deberá tener formación específica en lenguas cooficiales, y que estas deberán garantizar los derechos lingüísticos de los consumidores, con independencia de si el servicio es directo o externalizado. No es la primera vez que los socialistas descafeínan el alcance de un acuerdo con Junts, conscientes de que les puede perjudicar en resto de España.

Los posconvergentes, por su parte, aprovechan la mínima ocasión para colgarse una medalla; motivo por el que ERC les atizó ayer, ya que los republicanos sostienen que ese era un compromiso previo al que llegaron ellos. La formación de Carles Puigdemont está prestando mucha atención a las cuestiones identitarias, el catalán entre ellas, por la presión que le está suponiendo Aliança Catalana –un partido de extrema derecha con pulsión independentista–. Esta formación, de corte xenófobo, está creciendo en las encuestas a costa del caladero de votos de Carles Puigdemont.

Es por eso que desde Waterloo están redoblando la presión sobre el Gobierno de Pedro Sánchez y pidiéndole que cumplan con lo prometido en cuestiones como la oficialidad del catalán en la Unión Europea; el otro gran caballo de batalla que tiene al Gobierno en un callejón sin salida.

Junts se ha sacado de la manga este anuncio, que presentó como enmienda al proyecto de ley con el que se regulan los servicios de atención a la clientela que se encuentra en estos momentos en tramitación en el Congreso. Es decir, que la norma todavía no ha sido aprobada y necesita completar el trámite parlamentario para entrar en vigor. Nada garantiza que vaya a superarse en esta legislatura, pero en un ambiente electoral como el que rodea la legislatura, cualquier oportunidad de anunciar un éxito con el que ganar visibilidad, es una tentación. Cabe recordar que la norma también puede sufrir modificaciones a lo largo del procedimiento.

Sin embargo, aunque nadie se pone de acuerdo sobre lo pactado, sí que parece que va contando con los apoyos que podría necesitar para salir adelante. El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, aseguró ayer que esa enmienda anunciada por Junts llevaba también la firma de EH Bildu y del BNG. Por lo tanto, que afectaría también al euskera y al gallego, a todas las lenguas cooficiales, no sólo al catalán. Y con sus palabras también se intuye que cuenta con mayoría, porque sólo haría falta el apoyo de Podemos, dando por descontado el de Sumar.

Rufián, eso sí, lanzó un dardo a su competencia independentista. «Me alegra la capacidad de Junts para apropiarse de cosas», afeó. Y añadió que le sorprendía que «españoles muy españoles se metan tanto con idiomas reconocidos en la sacrosanta Constitución». El portavoz republicano intentó quitar hierro a la polémica asegurando que implementar la medida es «tan fácil como usar Google Translate».

Todo un dardo a la beligerancia de algunos socios, como Podemos, más allá de la oposición de derechas, que están en el «no a todo». Lo cierto es que en ERC se percibe a los morados con ganas de reventar todo y de que España se asome a las elecciones. Todos los actores políticos están intensificando su actividad preelectoral.

El propio presidente del Gobierno arengó a los suyos el lunes en el Congreso con un discurso electoralista. Sánchez está inmerso en una campaña de persuasión tras meses encerrado en La Mareta y en Moncloa. El equipo del líder socialista está convencido de que ha encontrado, con la agitación propalestina, una causa con la que tapar los escándalos que le tienen arrinconado. El Congreso, mientras, sigue siendo un teatro.