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Rocío Castrillo: “Dejé de escribir porque tenía pesadillas sobre los crímenes”

El viernes 12 de abril salío a la venta su cuarto libro, «151 cuchilladas». Una novela negra sobre el doble asesinato de Almonte de un padre y su hija de solo ocho años.

Rocío Castrillo / Foto: David Jar
Rocío Castrillo / Foto: David Jarlarazon

El viernes 12 de abril salío a la venta su cuarto libro, «151 cuchilladas». Una novela negra sobre el doble asesinato de Almonte de un padre y su hija de solo ocho años.

Dicen que uno de los factores de la noticia es la proximidad, algo que también se puede aplicar a la literatura, y por qué no a la vida en general. Quizá fue esto lo que llevó a la periodista y escritora de la localidad andaluza de Almonte Rocío Castrillo a escribir «151 cuchilladas» (Pábilo Editorial), una novela sobre el doble crimen que se cometió en ese pueblo de Huelva en 2013. El asesino acabó con la vida de Miguel Ángel Domínguez y su hija María de tan solo ocho años, asestándoles 151 puñaladas. Hoy, seis después, es un crimen sin castigo, porque el único acusado, Francisco Javier Medina, quien mantenía una relación sentimental con la mujer de Miguel, fue absuelto.

–¿Por qué este caso y no otro?

–Yo nací en Almonte, y ése fue el principal motivo por el que decidí escribir sobre esta historia. Además, cuando conocí los hechos, tuve como una especie de premonición de que sería algo muy impactante.

–¿Una premonición?

– Sí, porque este caso era distinto. La brutalidad y crueldad de asestar 104 cuchilladas a la menor y 47 al padre, más todo lo que vino después. Las diligencias se hicieron secretas y la detención del principal acusado, 14 meses después, marcó un antes y un después en Almonte. En el pueblo nadie podía imaginar que el asesino pudiera ser uno de los nuestros; es decir, un vecino de Almonte.

–¿Se suele decir que a veces la realidad supera la ficción... ¿Es este caso un claro ejemplo?

–Sí. Ésta es mi cuarta novela y todas ellas han sido muy verosímiles aunque hayan salido de mi imaginación, salvo ésta, que nace de un caso real y es el hecho más fuerte al que yo me he enfrentado a los largo de mis 30 años de carrera profesional.

–¿Tenemos al enemigo más cerca de lo que creemos?

–Yo diría que sí. En este caso, desde el primer momento, los investigadores y forenses barajaron la hipótesis de que fuera dos asesinatos pasionales. Pero a día de hoy sigue siendo un crimen sin castigo, porque el jurado popular dictaminó que el acusado era no culpable y los tribunales superiores confirmaron dicho veredicto. Y ahora nos encontramos con dos familias sin sosiego.

–¿Tuvo algún referente a la hora de escribirla?

–Me inspiré en el clásico de «A sangre fría» de Truman Capote. Lo había leído durante mi primer año de Universidad y me impresionó mucho, porque era la primera vez que se hacía literatura a partir de un asesinato real. Con el paso del tiempo lo volví a leer y, cuando me enteré del crimen de Almonte, pensé rápidamente en el libro de Capote. Decidí seguir sus pasos y escribir esta novela.

–¿Hubo algún momento en el que la superó?

–Mientras lo redactaba tuve varias veces seguidas una pesadilla que se correspondía con una escena del crimen que describieron los forenses en el juicio. Me impactó tanto que muchas noches soñaba con esa escena. Tuve que dejar de escribir durante un tiempo e irme a China durante un mes con mi hijo porque necesitaba desconectar de la historia.

–¿Ha descubierto algo que no se haya hecho público?

–Hay declaraciones en exclusiva. Al final del libro hablo con la ex pareja del fallecido y madre de la niña sobre la última sentencia del Supremo que dejaba el crimen sin castigo. Después de conocer la decisión, los allegados de las víctimas no hablaron con ningún medio, se refugiaron en su tristeza. Yo les llamé porque necesitaba tener su opinión y conocer de cerca qué pensaban, y finalmente accedieron.

–¿Cómo valora la cobertura que los medios de comunicación hicieron del caso?

–Ha sido muy complicado porque cuando salió a la luz, los medios inundaron Almonte. Se fueron porque no sacaron nada, ya que pronto se declaró el secreto de sumario, y las familias de las víctimas no hicieron ninguna declaración. Además, ha sido un proceso muy lento, porque hasta los 14 meses no se tuvo a ningún sospechoso claro y el juicio se celebró dos años después

–Tras una aparición suya en televisión hablando sobre el caso, ha recibido amenazas de muerte e insultos en redes sociales...

–Sí. Recibí ataques machistas, insultos y vejaciones con el objetivo de hacer daño. No tengo ni idea de quiénes son, pero yo decidí ponerlo en manos de la Justicia, y están denunciadas las amenazas de muerte y agresión sexual, porque eso sí que está penado.

–¿Con qué faceta se queda con la de periodista o la de escritora?

–Con las dos. No puedo elegir, porque en mi caso van juntas. Además, este libro es una combinación de ambas.