Rosetta Forner: «Rubalcaba es un hombre jinete y Pinocho: seduce y miente»
Forner desnuda trece perfiles de varones en «Piensa como un hombre, siente como una mujer»
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En la juventud muchas mujeres se sienten atraídas por hombres jinetes, aquellos que, siempre a la carrera, persiguen añadir un trofeo más a su estantería; cansadas de tropezarse con los mismos «productos», verán en el hombre PC, analítico y de fiar, un buen aliado, pero si la mujer es inmadura, tenga la edad que tenga, se sentirá atraída por jinetes, por hombres maquinillas de afeitar, de usar y tirar, o por hombres Ashton, que utilizan a sus parejas hasta que triunfan. Muchas mujeres acaban con un hombre con el que no estarían por no haber jugado todas sus cartas; muchos hombres, también. Por ello, la escritora Rosetta Forner propone que, para conquistar al hombre de tus sueños: «Piensa como un hombre, siente como una mujer», editado por Zenith. Una obra cuya lectura puede dar lugar a carcajadas, porque todos nos hemos tropezado por el camino con la misma piedra. Si usted, lectora, fuese un hombre, ¿quién le gustaría ser? ¿Y a usted, varón?
–Rosetta, ¿cuál de los hombres que describe sería?
–El Ferrari, porque soy una supercarrocería y el «family man». Bueno... creo que realmente soy un Ferrari mezclado con un «new age», una persona espiritual.
–¿Con cuál no se identifica en absoluto?
–Ni con el chiquilín, infantil y necesitado de una mamá en vez de una esposa, ni con el yogurín, dedicado a su físico, ni con el jinete.
–Y ¿con cuál le gustaría estar?
–Con el hombre Oscar o con el PC.
–¿Las mujeres se cansan más del hombre «family man», del chiquilín o del jinete?
–Las inmaduras sueñan con los «family man» y luego se lían con jinetes. Otras, con el chiquilín y muchas sueñan con tener a un yogurín para pasearlo. Los «family man» no dan caña a las inmaduras y éstas se cansan.
–¿Hay un tipo de hombre para cada etapa?
–Sí. Las inmaduras se enganchan con jinetes y maquinillas de afeitar. Las de más de 40 con chiquilines y las más sofisticadas quieren un Ferrari o un Oscar. Las que ya están hartas de coscorrones quieren un PC o un «new age».
–¿El jinete puede acabar siendo en un hombre familiar?
–Sí, pero no es lo habitual. Un jinete seguirá siendo toda su vida y con la edad va a peor. Muchos hombres cambian por las resacas emocionales. Todos los perfiles son susceptibles de madurar.
–¿Se ha encontrado con un hombre que no se pueda clasificar en estos perfiles?
–Hay gente extraordinaria, pero se suelen identificar con estos trece perfiles o con una suma de ellos. El Papa sería un «new age» en el sentido espiritual por su gran sensibilidad.
–Rajoy sería un hombre...
–Pues mira, esa clasificación se me ha olvidado. El hombre soso.
–Y ¿Rubalcaba?
–El hombre Pinocho, y este perfil tampoco está. Aunque también es un poco jinete, en cuanto que seduce y miente.
–Orson Welles dijo que quererse a uno mismo es una aventura que dura toda la vida. En su libro afirma que en el corazón de la mujer hay un solo deseo: sentirse amada. ¿Aprendemos en algún momento a querernos?
–Sí, pero toda mujer, igual que todo hombre, lo que quiere es que la amen. Muchas aprenden a quererse desde pequeñas, pero hay otras que no quieren quererse. Es importante aceptarse. Todos nos conocemos y venimos con un libro de instrucciones, otra cosa es que queramos leerlo y hacer el trabajo de vivir nuestra vida o pasarla quedando bien con los demás y sin ser quienes somos realmente con nuestros defectos. Nunca me he encontrado a nadie pluscuamperfecto.
–Sería aburrido como pareja...
–Sí. La mejor pareja es aquella que está bien consigo misma. La inmadurez provoca que haya mujeres que busquen hombres que les hagan de papá y hombres que quieran ejercer de padre o de caballero. Así no se crea una condición de igualdad. La vida es prosaica y a veces, muy vulgar. La realidad es una vulgaridad y eso es lo bonito. Porque todos en algún momento nos enfadamos, pero lo importante no es el enfado, sino cómo se gestiona.
–En el libro explica que los hombres usan los regalos para disculparse. Algo que a muchas nos molesta. ¿Por qué lo hacen?
–Porque les funciona. El síndrome de la mujer maltratada es querer creer las cosas y no lo que hay. Si trae un regalo y no ha enmendado el error, ¿por qué hay mujeres que lo aceptan? Sucede algo similar en las rupturas. Un hombre cuando deja a una mujer no le dice que ya no la quiere, sino que necesita tiempo para reflexionar. Hay mujeres que piensan que no lo tiene claro, y no es verdad. Es un cobarde.
–Nunca he entendido por qué muchas mujeres quieren cambiar a su pareja.
–Porque es más fácil cambiar a otro que a uno mismo. Está relacionado con un complejo de inferioridad, pienso que no soy lo suficientemente buena para estar con el hombre con el que me gustaría estar, así que acabo con otro al que ya cambiaré. Esto no debería ser así; si no te gusta, déjalo. Muchos hombres deberían también aprender a decir que no. A su vez, hay alguno que no guisa porque la mujer no les deja. Lo que no puede ser es que las mujeres fomentemos que haya hombres inútiles y luego nos quejemos de que no hacen nada. Es el colmo.
–¿Qué es lo que más odian ellos de nosotras?
–No les gusta que las mujeres sean quejicas y les echen la culpa de todo. No lo soportan porque son más prácticos.
–¿Por qué una mujer o un hombre debería en algún momento de su vida pensar como el sexo opuesto?
–Porque en la unión de los sexos opuestos están el equilibrio y la madurez. Los aspectos masculinos y femeninos conviven en nosotros. El hombre y la mujer solamente se diferencian por el traje físico.
–¿Rosetta es una mujer de conquistas?
–Me sorprende lo atractiva que me ve la gente. Muchos se han encandilado conmigo. Soy una encantadora de masas, pero no me he llegado a convertir en una viuda negra. Soy un hada.