Crítica de teatro

“Antígona”: Volver a ser un niño ★★★★☆

La compañía portuguesa Chapitô vuelve a acercarse a la esencia de un clásico

Susana Nunes comparte escenario con Pedro Diogo y Tiago Viegas
Susana Nunes comparte escenario con Pedro Diogo y Tiago ViegasCompanhia do Chapitô

Autoría: Companhia do Chapitô. Directores: José C. García y Claúdia Nóvoa. Intérpretes: Pedro Diogo, Susana Nunes y Tiago Viegas. Salas Reina Victoria, Palma del Río (Córdoba), 6-VII-2022.

Cuando este humilde crítico era un chaval, es decir, allá por el Pleistoceno, era costumbre, entre los amigos que sentíamos ya a esa tierna edad un interés especial por la ficción, que aquel que hubiese ido al teatro o al cine –esto no estaba entonces al alcance de cualquiera–, o que hubiese leído una maravillosa novela juvenil o un cómic extraordinario, reprodujese al resto del grupo esa «sorprendente» historia que le había sido revelada en exclusiva. Si cuento esto, nadie se asuste, no es para dar rienda suelta en este espacio del periódico a mis delirios nostálgicos –que los tengo, no lo voy a negar–, sino para ejemplificar al lector, de la mejor manera posible, qué es lo que hace exactamente, siempre y en cada uno de sus montajes a partir de obras clásicas, la singular y sensacional Companhia do Chapitô.

Ya lo hicieron con Electra, con Macbeth, con Edipo, con Hamlet... y ahora lo han vuelto a hacer con Antígona. La fórmula parece sencilla: se acercan al texto sin prejuicios de ninguna clase; lo leen con atención, y seguramente con la pasión que ya no pone nadie en leer nada; y luego, simplemente, lo cuentan; o, mejor dicho, lo representan. Así, tal cual, como lo haría un chaval en el patio del colegio, desnudándose sin rubor frente a la propia historia de la que se ha enamorado. La diferencia es que ellos siguen haciéndole el amor a esa historia como nunca supimos los demás en aquel patio del colegio; probablemente, porque han sido, y son, más puros en su acercamiento; porque han mantenido incólume esa sagrada cualidad que es la inocencia.

Para Chapitô, todo consiste en acercarse a la esencia de los textos; a lo único que en ellos pueda ser indubitable, independientemente de lo que hayan podido decir o no a posteriori los más reputados y sesudos estudiosos. Y a partir de ahí... se produce la magia. En esta «Antígona», cuya versión en castellano acaba de estrenarse en la Feria de Palma y llegará la próxima semana al Festival de Mérida, tres actores salen al escenario como si salieran al recreo para contar en solo hora y media, en una lengua que no es la suya, con todo lujo de surrealistas detalles y sin más asideros escénicos que una desbordante imaginación, la tragedia que dejó escrita Sófocles y, además, una introducción para entenderla mejor. Casi nada.

Lo mejor

La capacidad que tiene siempre la compañía para disparar la imaginación con la mayor sencillez.

Lo peor

Teniendo que el castellano no es su lengua, es lógico que falte todavía un poco de ritmo en esta versión española.