Emilia Pardo Bazán: solo entre mujeres
"Cigarreras", basada en su novela "La tribuna", llega a Madrid convertida en un montaje sin hombres que abre la temporada en los escenarios del Fernán Gómez
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«Cigarreras» es «más que una adaptación, pero menos que un texto independiente. Es una de las muchas lecturas teatrales que se pueden hacer de “La tribuna”, de Emilia Pardo Bazán, una novela que, de tan sugestiva, resulta tan abrumadoramente fértil que sería iluso pretender abarcarla al completo en una obra teatral», explica Cándido Pazó, un hombre de la escena gallega que ha versionado y dirige el texto de Pardo Bazán que llega ahora al Teatro Fernán Gómez para abrir la nueva temporada con siete actrices, también gallegas, interpretando a once personajes.
«La tribuna» está considerada la primera novela social y naturalista española; con ella, la coruñesa quiso poner el foco en las trabajadoras de una fábrica de tabacos, sus circunstancias, vivencias, ilusiones, frustraciones, y, muy especialmente, en una de ellas: Amparo, protagonista del libro, que se ganó entre sus compañeras el apodo de «La tribuna», convertida en líder sindical de las cigarreras dentro del tiempo histórico convulso que les tocó vivir, marcado por la crisis que va de la Revolución de 1868 hasta la proclamación de la I República. La emancipación de la mujer trabajadora, el despertar de una conciencia de clase y las reivindicaciones laborales del proletariado constituyen la atmósfera que envuelve su mundo narrativo.
Paralelamente, la novela refleja la relación imposible según las pautas de la época entre la cigarrera y un burgués, «un amor que, a juicio de la muchacha, la Revolución de septiembre podría hacer posible porque se supone que las clases sociales ya no existen, que hay igualdad y fraternidad, pero al final viene la frustración y los avances no son tan grandes como se predican», explica Pazó.
El espectáculo nació en Galicia en 2021 coincidiendo con el centenario de la muerte de esta escritora. Pero el director insiste en que, «aun bebiendo significativamente de la novela, el texto constituye un producto literario-dramático independiente». Para él, «lo que da valor a la obra no es solo la cuestión social e histórica de aquellos años, ni la trama amorosa, sino la mezcla de ambas cosas, que se intercondicionan mutuamente. Contando la vida particular de Amparo, la historia de las trabajadoras de la fábrica y de aquella primera huelga, puedes entender aspectos de la historia de España y al revés, y creo que ese es el gran acierto de Pardo Bazán –subraya–, una mujer protofeminista que de alguna manera inicia ese camino reivindicativo. Se dice que era una ambivalente o que tenía contradicciones; por un lado era conservadora, capaz de comulgar con el más rancio tradicionalismo en su juventud de militancia carlista, y, por otro, fue defensora de postulados y posturas revolucionarias rompedoras en la época». En este sentido tiene resonancias que siguen siendo operativas porque nos recuerdan la actualidad: «España estaba en una crisis existencial, la Monarquía se tambalea, comienza el discurso de lo federal y la polarización es tan inmensa que impide llegar a consensos tanto entre ideologías contrarias como entre los mismos partidarios, cuyos discursos lo embarran todo», asegura Pazó.
¿Ha sido costoso adaptar la novela como obra de teatro? «Al contrario de lo que pueda parecer, la decisión de hacerlo solo con mujeres me facilitó la tarea –reconoce–, si hubiese acometido una adaptación estándar con todos los personajes, habría necesitado cuatro horas, pero centrarme solo en las cigarreras me dotó de una carpintería que facilitó las cosas».
Por otro lado, resalta Pazó, «el hecho de poner a doña Emilia como narradora, como la persona que se relaciona con el público y le habla como si lo hiciese a los lectores, nos permitió acometer mucho material descriptivo y analítico, además de juntar su óptica con la mía propia subjetiva, que no he querido escamotear. Es decir, hacerlo con mujeres y tener a Pardo Bazán como narradora me permitió ese andamiaje que llamo “dramaturgia del pensamiento”, donde la autora aparece leyendo su propia obra años después de cuando sucedió, por tanto, posee una perspectiva temporal, un recurso que no es nuevo, pero que a mí me fue muy útil y productivo para que todas las capas de la novela, en mayor o menor medida, estén presentes». Y todo esto, «con el sarcasmo e ironía habitual en ella. A mí, como hombre de teatro, me gusta trabajar esos códigos de humor, que haya esos respiraderos que hacen más ameno el espectáculo, y si encima es coherente con la autora, pues mejor», concluye.
- Dónde: Teatro Fernán Gómez, Madrid. Cuándo: hasta el 26 de octubre. Cuánto: 20 euros.