Teatro

«Feriantes»: Barracas, diversión y desarraigo

La compañía El Patio estrena en el María Guerrero una obra homenaje a la feria y a los vendedores de ilusión por todos los pueblos de España

Feriantes
"Feriantes", en el Teatro María GuerreroLuz Soria

Muchos han nacido en una caravana, su vida es la carretera, de feria en feria, de pueblo en pueblo montando sus cacharritos y puestos de comida. Y así generación tras generación, porque casi todos los feriantes son parte de sagas familiares que transmiten de padres a hijos, más que un oficio, una forma de vivir, un estilo de vida que para otros es diversión y, para ellos, trabajo. A este mundo tan particular ha dedicado la compañía riojana El Patio su nuevo espectáculo «Feriantes», que tendrá su estreno absoluto en el Teatro María Guerreo del CDN el próximo día 10. Al frente del proyecto, texto y dirección, están Izaskun Fernández y Julián Sáenz-López, que han elaborado la obra a partir de entrevistas a trabajadores de la feria. El reparto, además del propio Sáenz-López, cuenta con Alejandro López y Diego Solloa. «Surgió en 2022 y a propuesta del CDN, hicimos el proyecto Dramawalker en Logroño y una de las entrevistas fue a los feriantes que estaban en el barrio, nos quedamos con ganas de seguir hurgando en un universo que nos atraía, que tenía posibilidades y merecía la pena ser contado, así que desde el CDN nos lanzaron la caña y esas entrevistas fueron la raíz y el motor del espectáculo», explica Sáenz-López.

«El mundo de los feriantes no sólo es particular, sino a veces muy desconocido, pero todos tenemos algún recuerdo –explica Izaskun Fernández– y cada uno su fetiche, la noria, el carrusel, el tren de la bruja… intuimos qué sucede detrás, pero desconocemos sus raíces y cómo viven las familias de feriantes, que son un pueblo nómada, como una pequeña ciudad con sus costumbres, su pasado y vínculos entre ellos». Para conocerlos mejor hicieron muchas entrevistas. «Tenemos la sensación de hablar con menos de los que nos hubiese gustado por una cuestión de tiempo, pero es un trabajo que da para años –explica la directora–, cuando hablas con uno y te cuenta su historia te remite a otro y este a otro y el trabajo podría ser infinito, cada una de las atracciones –noria, carrusel…– o de las familias entrevistadas podría tener un pieza en sí misma, pero es imposible llegar a tanto, creo que hemos levantado el avispero y de alguna manera seguiremos tirando de hilos porque su historia es como un patrimonio, una memoria colectiva que puede perderse porque los feriantes antiguos tienen una edad y vivieron un tipo de feria que no se parece en nada a la de ahora», significa.

Montaje de "Feriantes"
Montaje de "Feriantes"Luz Soria

De unas voces a otras

Cuenta Izaskun Fernández que una de las cosas que más les ha llamado la atención de los feriantes es su generosidad. «Algo bonito y que queremos subrayar, siempre dispuestos a contarnos todo sobre un mundo bastante duro, que vive de un lado a otro en un nomadismo que lleva implícito el desarraigo». Como ejemplo, Zizines, «un hombre maravilloso con acento sevillano, que nació en Logroño y vive en Valencia. Nos sorprendió mucho lo azaroso de su lugar de nacimiento, donde la madre se ponía de parto, ahí nacían, y ese desarraigo geográfico les da un sentido de pertenencia a la feria más que a otro lugar», resalta. En cuanto a la dramaturgia «es un poco collage –explica Julián Sáenz-López–, nuestra idea primigenia era hacer una partida de bingo en directo y que en cada número se contara una historia y al final hemos tratado de ir desde los inicios de la feria a la actualidad, qué es para nosotros y cómo llega uno a hacerse feriante, hemos buscado las dos voces del espectáculo, la nuestra y la de ellos, mezclando ambas realidades, saltando de unas voces a otras y de un tema a otro como hacemos en las atracciones de la feria».

Este es un mundo de sagas familiares. «Si rascas algo en los inicios ves que los primeros son casi los mismos de ahora, que además se casan entre ellos. Es un oficio que se hereda, casi todos los entrevistados provienen de una estirpe de feriantes y es muy difícil entrar si no tienes un vínculo familiar, casi todos tienen raíces parecidas, fue la posguerra, el hambre y el estraperlo lo que llevó a mucha gente a este oficio, pero muchos dudan del futuro, de si va a seguir el relevo generacional porque sus hijos ya no quieren seguir», explican los dramaturgos, que se sienten en cierto modo identificados con ellos como titiriteros y nómadas. «Los feriantes están muy ligados a cosas que nos atraen del teatro como un imán, muchas ya perdidas, pero hubo muchos pabellones de marionetas y de autómatas que se parecían mucho a nuestro planeta porque nosotros venimos del teatro de títeres y de objetos y por eso hacemos un paralelismo entre ellos y nosotros, tenemos una especie de pasado común en la feria, viajes, carretera, monta y desmonta cada día, aunque luego hayamos acabado en los teatros». Y concluyen: «Hemos querido hacernos un pequeño auto homenaje como titiriteros y nuestro mayor propósito es que guste a los feriantes, que se sientan representados y que entiendan que este espectáculo es, sobre todo, un homenaje y una declaración de amor a ellos».

Dónde: Teatro María Guerrero. Madrid. Cuándo: del 10 al 28 de enero. Cuánto: de 12 a 25 euros.