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Estreno

Las grietas de la realidad

El Teatro Español inaugura la temporada en su sala principal con el estreno absoluto de una comedia de Ignacio García May que cuestiona el "fanatismo de la verdad"

Juan Echanove (a la izquierda) y Joaquín Climent se convierten en Pierre y Cecil, respectivamente Javier Naval / Teatro Español

Ha sido el propio director del Teatro Español, Eduardo Vasco, quien ha querido colocarse al frente del montaje de ‘Esencia’, el espectáculo que abrirá la temporada de la sala grande con dos ilustres veteranos como únicos protagonistas: Juan Echanove y Joaquín Climent. El thriller, la ciencia-ficción, la comedia… e incluso la fábula conspiranoica confluyen en esta obra escrita por Ignacio García May en la que todo cuanto sucede parece tener una entidad frágil e incierta.

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Desde el punto de vista argumental, ‘Esencia’ cuenta el reencuentro de dos viejos amigos, Pierre y Cecil, que llevan mucho tiempo sin verse. Uno de ellos va a entrevistar a un escritor. Ese reencuentro de los dos personajes “puede ser casual o tal vez no”, advierte el autor. Y, a partir de él, “empiezan a pasar cosas”, añade Vasco. Para el director, se trata de una función “sobre el concepto de la certeza y el cuestionamiento de la verdad”: “Es un texto que habla sobre la realidad (o las realidades) y que no solo transmite pensamiento y belleza, sino que tiene esa rara capacidad, que solo aparece en las grandes obras, de transportarnos y transformarnos. Es una obra que plantea cuestiones fundamentales que nos inquietan; y lo hace desde la inteligencia, sin recurrir al dogma o a la habitual receta fácil”.

Las cosas suceden... o no

Y no quieren entrar en muchos más detalles los miembros del equipo artístico con respecto a la trama: “Es una función en la que las cosas suceden… o no; en la que las cosas son de una manera… o no; y es el espectador el que tendrá que tomar sus propias decisiones sobre lo que ocurre”, apunta de manera misteriosa Echanove, que da una “pista”, muy importante para él, sobre el meollo del asunto: “Hay una frase en la obra que resume muy bien todo su fondo, y es que, si la realidad no es más que palabras, basta con sustituir unas palabras por otras para destruir los cimientos de esa realidad. Es algo muy actual. Creo que la utilización interesada del sentido de la palabra hace que lo que es real deje de tener interés frente a lo que cada uno cree o percibe de manera subjetiva como real”.

García May, por su parte, intenta modestamente bajar a tierra los conceptos que maneja en ‘Esencia’: “Creo que lo que la obra está poniendo en duda es el fanatismo de la realidad que estamos viviendo hoy en día. Hoy vemos cómo la gente se mata por unas ideas, me da igual si son de derechas, de izquierdas, religiosas…, que ni siquiera son suyas, sino que las toman prestadas, y sobre las cuales no se han parado a meditar ni un minuto”.

Desde luego, el tema es complejo, como cabía esperar en un texto de uno de los pocos dramaturgos vivos que atesora calidad literaria más que suficiente -en estos tiempos en los que la literatura dramática está como está- para codearse con los mejores escritores de cualquier género. Así lo reconoce Eduardo Vasco, que precisamente ha decidido apostar, desde que fue nombrado director del Español, por un teatro que tenga una sólida base literaria: “La voz de Ignacio García May se ha caracterizado siempre por una extraordinaria capacidad de fabular y por una prosa dialogada elegante, contundente y directa. Pero sobre todo ha sido un escritor que ha defendido su independencia por encima de políticas, modas, conveniencias o moldes. Es un gran maestro de escritores; y para nosotros, que prestamos atención no solo al repertorio, sino también a la literatura dramática del presente, con el objetivo de consolidar un canon, es una fortuna estrenar un texto de una calidad tan alta como tiene este”.