Un espíritu combativo
Dice un personaje de «Recuerdos del futuro», la última novela de Siri Hustvedt, que escribir un libro es como tararear una canción, y así, como quien no quiere la cosa, establece en ella un formidable retrato novelesco de los últimos cincuenta años de feminismo y levanta un homenaje al poder de la lectura para configurar nuestra personalidad, es decir al «Quijote». Sus novelas parten de la búsqueda de una verdad emocional y abordan desde la ficción grandes conflictos humanos, y por tanto sociales, desigualdad de género, pero si hay algo que caracteriza su obra al completo es que se ve beneficiada de su extraordinaria formación tanto en disciplinas científicas, como la psicología o la neurociencia, y artísticas, como la literatura o el arte. Beben así sus ensayos de una capacidad de narrar que genera adicción, bebe su literatura de un constante indagar en los límites de la ficción para transitar nuevas formas de narrar. Afortunado aquel que tenga por delante la lectura de «Todo cuanto amé», «Elegía por un americano», «La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres» o «Recuerdos del futuro» por citar solo tres de sus libros. En ellos verá el impresionante talento narrativo de una mujer que ha convertido su espíritu combativo en una cualidad llena de humor e ironía, de una escritora deslumbrante en su elegancia para acallar al mundo susurrando una canción.