«Ya soy mayor para saldar cuentas y pedir explicaciones»
La semana pasada Laura Freixas presentó en la Casa Encendida «La mujer de al lado», la nueva novela del escritor asturiano Ovidio Parades.
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Ya tendría que estar acostumbrado a hablar en público, pero el escritor Ovidio Parades (Oviedo, 1971), peca de ese intimismo que destilan sus novelas y su escritura en general. Sus más fieles seguidores le leen de noche, cuando su mente da rienda suelta a todo lo que da de sí su sensibilidad; gracias a ella, se ha ganado un gran número de lectores que ahora disfrutan con su nuevo libro «La mujer de al lado» (Ediciones Trabe).
«’’La mujer de al lado’’ es la historia de una fascinación, la que tiene el protagonista y narrador de la historia, Emilio, por su vecina Lucía», explica el autor justo antes de participar de una charla sobre su novela en la Casa Encendida de Madrid, con la participación de Laura Freixas, que hizo la glosa de la novela y un interesante recorrido por la obra de Parades. El libro «se desarrolla a principios de los años 80 en Oviedo; Emilio está a punto de entrar en la Universidad, y va descubriendo un poco el mundo en general. Descubre a Lucía, se enamora y mantienen una relación». Una de las mechas narrativas de la historia se pone en marcha, ya que «ella está en permanente huída; huye de su marido que es un maltratador». Así Ovidio Parades conjuga el relato intimista con los problemas sociales más actuales como hizo con el «bullying» y la homofobia en sus primeras obras. En el caso de «La mujer de al lado», «es verdad que el personaje de Emilio tiene algunas cosas mías porque yo también fui adolescente en Oviedo. Y el tema del maltrato me interesa porque ya lo había tratado y quería hacerlo de una manera más extensa».
Como nos explica el escritor, para componer su novela usó su conocimiento del problema: «Conozco a varias mujeres que sufrieron malos tratos, pero ninguna de las historias que me contaron están en la novela. Sobre todo se trata de inventar, tener un poco de sensibilidad y que las cosas no te desborden. Hay que mantener la calma porque es un tema muy conflictivo y complicado. A veces es mejor pecar de frialdad que de todo lo contrario». Es precisamente su precisión en los sentimientos y el lenguaje los que le han procurado lectores. «Soy consciente una vez que tengo los textos escritos. En esta novela yo quería contar la historia de esa mujer que huye con el tema de los malos tratos, aunque no abarque toda la obra. Una vez publicada, me empezaron a llegar muchos mensajes, correos y privados en redes sociales de mujeres que se identificaban totalmente con lo que contaba porque a ellas les había pasado».Y aunque parece que sus textos -novelas y web- son más apreciados por mujeres «porque según las estadísticas leen más que los hombres», Parades confiesa que «tengo muchos lectores hombres y no hay que restarles importancia».
Si su primera novela autobiográfica saldó por él muchas cuentas pendientes con su niñez y unos años muy difíciles. En este caso, «La mujer de al lado» no cumple la misma función. «El pasado está ahí; se vivió, y ya soy mayor para saldar cuentas y pedir explicaciones. Las cosas sucedieron como sucedieron y sólo me gustaría que no volviesen a suceder. La manera de narrar de esta novela no es ni mucho menos violento», matiza el autor. Sigue sin poder vivir de la literatura como le gustaría, pese a que «alrededor de ella hay muchas cosas: se pueden dar charlas o una presentación como hice hace unos meses con Elvira Lindo en el Niemeyer. Pero vivir de la literatura es imposible». Le continúa gustando que enmarquen su literatura como «intimista», porque «me gusta ese género. Me muevo entre los libros que están a medio camino entre uno de viajes y uno personal. Ahora estoy trabajando en una serie de relatos cortos que me gustaría que viesen la luz en algún momento».
Hasta entonces habrá que conformarse con seguir su blog (ovidioparades.blogspot.com) en el que da rienda suelta a su literatura «muy cercana. No sólo es escribir sino leer, no podría vivir sin ello.
Las entradas en el blog suponen mucha complicidad con el lector». Si quieren quedarse con una idea de «La mujer de al lado», apunten: «Hay que tratar de superar los baches que la vida nos pone. Al final de la novela creo que queda una puerta abierta a la esperanza, a vivir».