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Literatura

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Los libros de esta semana: Aún más sexo, problemas inspiracionales, un thriller apasionante...

Nuestras críticas de esta semana: un conjunto de relatos de Bukowski, la nueva novela de Vila-Matas, el debut a lo grande Stina Jackson, un ensayo de Martin Amis...

Los libros de esta semana: Aún más sexo, problemas inspiracionales, un thriller apasionante...
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Nuestras críticas de esta semana: un conjunto de relatos de Bukowski, la nueva novela de Vila-Matas, el debut a lo grande Stina Jackson, un ensayo de Martin Amis...

Nuestras críticas de esta semana: un conjunto de relatos de Bukowski, la nueva novela de Vila-Matas, el debut a lo grande Stina Jackson, un ensayo de Martin Amis...

«Las campanas no doblan por nadie»

Charles Bukowski

Anagrama

392 páginas,

20,90 euros

Bukowski, aún más sexo; por Toni Montesinos

Se reúne por primera vez un conjunto de relatos de este autor corrosivo y rebelde, entre los que se incluye uno inédito fechado en 1948, especialmente cargados de contenido sexual

De continuo Charles Bukowski nos desafía como lectores sin prejuicios, desobedientes de todo lo que proceda de la crítica oficial o de las normas de pensamiento convencionales. Por eso sigue siendo el rey de la cultura «underground», de la rebeldía, del «spleen» y del erotismo literario moderno. Así lo entendió Gregorio Morales, que lo incluyó en su «Antología de la literatura erótica» (1998) destacando su capacidad de subversión: «Solo quien renuncia a las comodidades y cantos de cisne de la sociedad contemporánea puede ser el héroe. En este mundo donde todo es imagen y publicidad, Bukowski opta por la verdad». Y la verdad se presenta de manera desgarrada, muchas veces desde la mente pervertida masculina, que él supo explotar para ganar dinero publicando en revistas para adultos. Ahora tenemos una nueva oportunidad para dejarnos sorprender con su prosa corrosiva, gracias a «Las campanas no doblan por nadie», título tomado del último relato que se recoge aquí y que ha traducido Eduardo Iriarte Goñi con su habilidad habitual. Se trata de cuentos extraídos, sobre todo de la serie que Bukowski fue publicando en «L. A. Free Press», con el título de «Escritos de un viejo indecente» en los años 70, y se pueden leer otros que aparecieron, por ejemplo, en las revistas «Hustler» y «Oui» en los 80 e incluso uno que jamás vio la luz, de 1948, «Una cara amable, comprensiva».

El responsable de la edición, David Stephen Calonne, dice que es posible percibir la evolución del autor –algo que me atrevería a cuestionar, pues Bukowski cultivó con coherencia su voz narrativa– y encuentra un nexo común: «En Bukowski, el narrador acostumbra a observar lo que ocurre sin poder hacer nada, sin comentarlo. Es al mismo tiempo cuasiparticipante y observador». Tal cosa, en efecto, es una de las audacias de los argumentos del escritor, que presenta escenas de sexo y violencia, fundamentalmente, en un entorno de alcohol, demencia y perdición total, con la figura femenina como objeto sexual o ser entregado obsesivamente al hombre, a veces el propio Bukowski parapetado en su seudónimo Chinaski, el «alter ego» que ideó para su primer libro, «Cartero» (1971). Sin embargo, advierte Calonne, «estos relatos también dejan constancia de la amplia variedad de registros de Bukowski; puede ser ingenioso, despreocupado, íntimo y zalamero y prueba suerte con diferentes géneros: ciencia ficción, una parodia de ''wester'', relatos sobre ''jockeys'' y jugadores de fútbol americano»; e incluso abordará en algunas páginas delirantes «la agitación política y social del segundo lustro de la década de 1960».

De la vida al relato

Desde los tiempos de la Gran Depresión, Bukowski ya había decidido estar borracho siempre y escribir narrativa. Así, desde joven se enfrenta a la vida más dura y autodestructiva en lo que acabará constituyendo la mejor fuente para sus escritos, que reflejan el persistente guiño suicida o la autoparodia en torno a la propia calamidad. A veces buscada mediante relaciones tormentosas con mujeres o perdiendo dinero sin parar en el hipódromo. Todo ello está reflejado en este libro, espejo de ciertas experiencias como la que vivió en 1951, cuando vivió con una mujer de la calle llamada Jane, juerguista y alcohólica, con la que discutía agresivamente. En otra de sus ediciones, Calonne definía el estilo de Bukowski como una combinación de «dureza existencial» y «brío cómico». En esta novedad tal afirmación vuelve a tener sentido, por más que haya algunas historias disparatadas, con asesinos o secuestradores de aviones convertidos a la vez en violadores de azafatas.

No estamos ante el Bukowski que conocíamos, el que habla de los desposeídos, ignorados, antisociales: de sí mismo, en definitiva. Más bien ante el que da rienda suelta a su imaginación pornográfica, con destellos de humor desternillante, y está pendiente de convertir en negro sobre blanco las mil y una anécdotas que vivió en persona en las calles de Los Ángeles, como autor reconocido al que la gente quería conocer. Gentes fascinadas por los escritos de un hombre que combinó la dureza y el entretenimiento y que tuvo un punto de inflexión en 1969, cuando John Martin, responsable de Black Sparrow Press, decidió ayudarle económicamente para que se dedicase íntegramente a la literatura; es entonces cuando acaba su primera novela y empieza a hacerse popular gracias a su serie «indecente», siempre con un toque erótico decadente pero no apto para feministas.

Sobre el autor

De raíces alemanas, Charles Bukowski (1920-1994) se trasladó a los tres años a Estados Unidos y de mayor vagabundeó

y trabajó en empleos eventuales aunque después se convirtió en todo un símbolo de la literatura independiente. Destacó como poeta iconoclasta. Anagrama ha publicado sus seis novelas más seis libros de relatos.

Ideal para...

los que gustan de cuentos de corte desenfadado, atrevido, que no tengan prejuicios literarios, sexuales y sociales. Tras su muerte se encontró mucho material, por lo que su escritura nunca deja de sorprender.

Un defecto

El editor destaca los dibujos con los que Bukowski acompañaba sus escritos, pero tienen escasa relevancia artística. Podría haber explicado mejor a qué obedece exactamente la presente selección de cuentos.

Una virtud

Bukowski tiene un ritmo narrativo incomparable, es garantía de entretenimiento, y sus diálogos de tan naturales parece que han sido sacados de la vida real, por más que se presenten en situaciones surrealistas.

Puntuación: 9

NOVELA

«Esta bruma insensata»

Enrique Vila-Matas

SEIX BARRAL

311 páginas,

19,90 euros

No hay brumas en Enrique Vila-Matas; por Jesús Ferrer

En esta nueva obra el escritor ahonda en los problemas inspiracionales de la escritura

La narrativa de Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) se caracteriza por sus tramas metaliterarias y un contenido de vanguardismo expresivo, erráticos personajes de meditabunda factura, un socarrón humor intelectual, interacción entre vida y literatura, enrevesadas ficciones conceptuales, rechazo de la linealidad argumental y aversión a todo sentimentalismo definen una original escritura, que tiene como referentes a Kafka, George Perec o Raymond Queneau. Su consolidada trayectoria incluye reconocidos títulos como «Bartleby y compañía» (2001), donde juega con la negación de la identidad autorial, o «Mac y su contratiempo» (2016), en la que aborda la creación literaria como una elaborada transcripción de textos ajenos, a medio camino entre el plagio y la tradición. Ahondando en esta propuesta, publica ahora «Esta bruma insensata», una historia de mixtificadas imposturas y falsarias apariencias. Simon Schneider es un traductor que se dedica a proporcionar citas literarias a los autores que se las solicitan, entre ellos, su hermano Rainer, conocido como «Gran Gros», novelista de éxito, aunque de escondida identidad, pretencioso y engreído, distante y manipulador. El relato arranca cuando este decide trasladarse, –procedente de Nueva York– a su Cataluña natal y la expectativa del reencuentro con su hermano abrirá algunas intrigantes subtramas. Por otro lado, Simon sufre un bloqueo profesional; incapaz de dar con la cita adecuada, emprenderá un iniciático viaje al interior de sí mismo, cuestionándose la prevalencia de la originalidad imaginativa sobre la metodología intertextual.

No resulta extraño que se aluda aquí al conocido ensayo de T.S. Eliot «La tradición y el talento individual», donde se especula con el enfrentamiento entre innovadora modernidad y reelaborada ficción. Reaparecen conocidas obsesiones de Vila-Matas, como el voluntario aislamiento del escritor, encarnado en los legendarios Salinger y Pynchon; o la acaso absurda necesidad compulsiva de la escritura, al tiempo que se reivindica la cita literaria como un texto autónomo, cuya excelencia depende de la idoneidad.

Escritura autómata

Aparece también la mordaz ironía sobre la crítica académica, el terror ante página en blanco y la especulación con las unidades temporales, herencia de James Joyce. Se insiste en el juego entre la fabulante ficción y la referencialidad testimonial, al señalar Simon: «Cuando se escribe algo que sucedió de verdad, las palabras mismas empiezan a sugerir conexiones que parecían ausentes de los hechos que describían... (...) la trama luego toma el mando y determina qué queda dentro y qué queda fuera, impone su lógica y guía al escritor...» (pág. 253). En definitiva, la visión de la literatura como una escritura autónoma, de impostada identidad propia, con la que se cuestionan los definidos perfiles de la realidad. El título de la novela procede precisamente de una apropiada cita de Raymond Queneau: «Esta bruma insensata en la que se agitan sombras, ¿cómo podría esclarecerla?».

sobre el autor

Reconocido escritor de culto, Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) rechaza el realismo convencional, adentrándose en tramas metaliterarias y mixtificadas ficciones

ideal para...

poder valorar la excelencia de la cita literaria, así como su plena autonomía textual y significativa

un defecto

En algún momento de la novela la acción se dispersa excesivamente

una virtud

La conseguida figuración del escritor oculto, como generador de una intrigante y apasionante acción narrativa

puntuación

9

«Turcos en la niebla»

Enrique del Risco

ALIANZA EDITORIAL

451 páginas,

19,50 euros

El «pecado» de nacer en Cuba; por Sagrario Fdez-Prieto

“Turcos en la niebla” ha ganado el premio de novela que lleva el nombre de Fernando Quiñones y con toda seguridad el genial escritor gaditano estaría feliz con la decisión del jurado, porque esta novela de Enrique del Risco (La Habana, 1967) es una auténtica fiesta del lenguaje y un dechado de inolvidables tipos, cubanos de origen o de adopción, que se acerca mucho a la obra de Quiñones por el humor y la abrumadora carga de humanidad que desprenden sus páginas.

La novela alterna las voces de cuatro protagonistas que hablan en primera persona. El que desencadena la historia es Wonder, un cubano exiliado que se atrinchera en su taller de carpintería, armado hasta los dientes, para tratar de impedir que se lo embarguen. Mientras espera la llegada de la policía habla a través de Facetime explicando sus razones y contando lo que ha sido su vida. Es uno de los cuatro protagonistas del libro, los otros son British, un crítico de arte que no perdona a su madre ser la causante del «pecado original de hacerle nacer en Cuba», Alejandra, una psicóloga argentina trasladada de niña a la isla durante la dictadura militar, y Eltico, que sobrevive como puede y mantiene con su hijo una relación que resulta tan estrecha y amorosa como al tiempo hilarante. Especial protagonismo tiene también Deyanira, la hermana de Wonder, una especie de artista de la vida especializada en mediáticos «performances».

La Revolución y Fidel

El libro cuenta infinidad de historias tristes o divertidas, pero siempre reproduciendo ese especial tono de la narración oral, esa forma de hablar exuberante que tienen «los de allá». Tres son los temas principales, uno de ellos es la paternidad: padres que mienten a sus hijos pequeños porque les quieren o para protegerlos, hijos que con el tiempo maldecirán tantas mentiras y el daño que causaron.

El exilio, tanto el físico como el emocional, y el gran tema que es Cuba, la isla y sus carencias, el hambre de los cubanos, la Revolución y Fidel, cuyo nombre, así citado, se repiten una y otra vez a lo largo de esta voluminosa novela. El hombre que mantuvo presos a muchos de sus compañeros durante más de veinte años o toda la vida, el que permitía que lisiados, locos y «mariquitas» cruzaran en barcazas hasta Miami para que el mundo pensara que solo tipos como ellos querían abandonar «el paraíso cubano».

Del Risco ha escrito una novela que hace pensar en infinitos temas, pero, sobre todo, es un libro cargado de emociones que van de la alegría a la tristeza y se transmiten al lector de forma magistral.

sobre el autor

Es doctor de literatura latinoamericana por la Universidad de Nueva York, donde es profesor. Es autor de relatos y ensayos. Esta es su primera novela

ideal para...

conocer la vida de los exiliados cubanos en EE UU y recorrer parte de la historia del continente

un defecto

Ninguno, pues es una gran obra

una virtud

Conseguir una estructura sólida en una novela por la que transitan tantas historias

puntuación

10

BEST-SELLER INTERNACIONAL

«Carretera de plata»

RBA LIBROS

320 páginas,

18,99 euros

(e-book: 9,99)

Buscando a mi hija desesperadamente; por Lluis Fernández

Stina Jackson debuta a lo grande con «Carretera de plata», un apasionante «thriller»

Usualmente, en las intrigas domésticas en las que desaparece o secuestran a un niño, el cónyuge que enloquece y se obsesiona buscando a su hijo suele ser la madre y el primer sospechoso, el padre. El cliché se repite habitualmente. En «Carretera de plata», el sorprendente debut de la sueca Stina Jackson, se invierten los términos: el padre es incapaz de soportar la ausencia de su hija y la madre, agotada, desea comenzar una nueva vida. Si desde las novelas de Henning Mankell se criticaba el fracaso del estado del bienestar sueco y se alertaba sobre la inmigración y la violencia sin rostro que afectaba a la corrupta clase alta sueca, en «Carretera de plata» Stina Jackson desplaza el foco hacia el norte boscoso rural, para retratar a esa clase trabajadora, repleta de familias disfuncionales e hijos desnortados.

Y lo hace con un tono tan crítico y desolado que consigue transmitir al lector el desasosiego de esas personas resignadas. Metáfora del desgarro vital del padre que busca obsesivamente a su hija perdida ajeno a la compasión general.

Resulta difícil encontrar una novela negra sueca que resalte con prosa poética y vigorosa la mugre social y la falta de resuello vital de su tierra, Norrland, «un lugar sucio y poco fiable». La intriga cotidiana rural aparece dibujada con trazos a la vez oscuros y de un seco lirismo. Solo el atisbo de un amor juvenil en entredicho y la amistad relucen entre la escombrera social y moral de este retrato de la Suecia boreal. Lugar equiparable a cualquier zona rural francesa, belga o española. Porque los comportamientos sociales de familias rotas e hijos desarraigados se han globalizado y la virtud de Jackson es haber logrado una trepa cuyo estarcido es de paso universal.

En primer plano está el rapto, la muerte o desaparición de la hija, y un padre que la busca obsesivamente por esa desolada carretera de Plata. Lo que le permite expandir el foco al grupo social, describiéndolo como un lugar deprimente. Un mundo de postal boscosa que no oculta la desolación que exhibe, esencial para construir la intriga y avivar el misterio, que Jackson logra con una escritura precisa y realista. Imprescindible también para aunar en un mismo gesto la intriga psicológica, la novela atmosférica y la crítica social.

Sociedad sin brújula

«Camino de plata» es una novela sobre la ausencia, la amistad y el dolor. El padre es el centro doloroso de la acción y los personajes que conoce una representación a escala de su angustiosa búsqueda y metáfora de su impotencia. Cuando no hay redención, nada mejor que la laxitud de la mirada distante y la crítica objetiva sobre la sociedad sin brújula ni objetivos que encuentra el protagonista. Ese es el gran logro de la autora, desnudar y exponer al sol de media noche estival la fealdad de sus convecinos y su miseria moral. Sin regodearse en ella. Ni siquiera mostrando conmiseración ni pena. Es la sociedad que le rodea y en la que vive. Y lo logra con altura literaria y un misterio atmosférico que intriga y conmociona.

sobre la autora

Nueva y renovada voz de la novela sueca, ajena a la moda imperante. Stina Jackson, con su primera novela, es una voz poderosa a seguir por el lector inquieto

ideal para...

amantes de la novela sueca de misterio que busquen alternativas a los estándares actuales

un defecto

Cierta lentitud a mitad de la novela que lastra la fluidez de la intriga

una virtud

El tono sosegado y crítico de la autora, tan sensible como punzante

puntuación 9

ENSAYO

«Isla militante»

Antonio Puente

Pre-Textos

193 páginas,

20 euros

Lo que los libros deben a las islas; por J. Ferrer

Son numerosas las obras literarias en que aparece una isla como marco protagonista de la acción argumental. Basta pensar en «La isla del tesoro», de R.L. Stevenson, «La isla misteriosa», de Julio Verne, o «La isla del doctor Moreau», de H.G. Wells, para comprobar que, más allá de una geografía concreta, estamos ante un referente simbólico, alegoría de un inquietante aislamiento de inmejorable eficacia narrativa. Recluidos los personajes en un limitado espacio rodeado por el mar, los conflictos de la trama se potencian, tensionando las fricciones de la historia, que se hace así más asfixiante y opresiva. Con este imaginario como tesis, el escritor, periodista y crítico literario Antonio Puente (Las Palmas de Gran Canaria, 1961) publica «Isla militante», un ensayo de extenso aunque inexcusable subtítulo: «El testamento insular de Shakespeare y Cervantes (entre ''La tempestad'' y la ínsula Barataria)», donde compara diversos aspectos de esa obra del bardo con el ente de ficción cuyo gobierno se le ha prometido al bueno de Sancho en «El Quijote». Pero este es el punto de partida, porque la especulación ensayística profundiza en los diversos significados del universo isleño, desde su influencia en la conflictiva identidad de la literatura cubana al componente psicológico que ejemplifica Crusoe, pasando por derivas filosóficas, la experiencia de Unamuno desterrado en Fuerteventura o la característica mitografía odiseica.

Sancho y Calibán

Sobresale la justificada presencia de las islas Canarias. Aparte de ser origen natal del autor, es innegable la importancia de ese escenario en el grupo surrealista capitaneado por Pérez Minik, la impronta poética de Eugenio y Manuel Padorno y la perspicaz mirada conceptual de Sánchez Robayna. La relación en «La tempestad» entre Próspero, el náufrago duque de Milán, con el intrigante esclavo Calibán es comparada con el dúo Quijote/ Sancho, concluyendo que se trata de una «metáfora en las escisiones de la identidad», símbolo de la ambivalencia de los protagonistas.

En este sentido, se abunda en los referentes psicológicos y estéticos del morador literario o real de la isla, ilustrados con una idónea cita de James Joyce: «El ideario del insular es silencio, destierro y astucia». Con impecable rigor académico, escogida consulta bibliográfica, intencionada amenidad y certera teorización conceptual, se logra un original ensayo que, partiendo de un enfoque comparativo, amplía su mirada hacia ambiciosas perspectivas venideras: «Estigmatizadas o prístinas, las islas son el espacio en que mejor cabe representar la incertidumbre del futuro». Un excelente libro de envolvente lectura y sólido discurso.

sobre el autor

Escritor de libros de ensayo y poesía, periodista y crítico literario, está especializado en periodismo cultural

ideal para...

relacionar eficaz y creativamente el contexto isleño con su amplia proyección literaria

un defecto

Ninguno destacable

una virtud

La acertada combinación entre rigor ensayístico y amenidad expositiva

puntuación

9

NOVELA

«Natacha»

Luisa Carnés

Renacimiento

312 páginas,

19,90 euros

La denuncia de la hija de un barbero; por D. Gándara

Poco a poco, los libros de Luisa Carnés, escritora nacida en Madrid en 1905 y fallecida en 1964 en México (adonde había llegado exiliada en 1939), comienzan a ser reeditados en España tras unos cuantos años de silencio y olvido de una obra compuesta, en su mayoría, por cuentos, un género que ella cultivó desde muy joven (publicó el primero con solo diecinueve) y en el que fue, por otro lado, bastante prolífica.

De origen humilde (su padre era barbero), Carnés tuvo que dedicarse al trabajo y no a los estudios, con lo cual fue dependienta en una sombrerería y obrera manual. Eso no impidió que se enfocara en una vocación que se le manifestó desde muy temprano y que volcara en ella, además, el universo de pobreza y exclusión que tan bien conocía. Fuertemente influida por los escritores rusos y por el realismo social, enseguida se mostró como una autora precoz, especialmente de cuentos, aunque para 1936 ya había firmado tres novelas («Peregrinos de calvario», «Natacha» y «Tea Rooms») y era una asidua colaboradora en periódicos como «Estampa», «Crónica», «Mundo Obrero» y «Frente Rojo».

Publicada en 1930, cuando Luisa Carnés contaba tenía veinticuatro años (en realidad, se trata de la primera, aunque fue la segunda en ser editada), «Natacha» se inscribe dentro de una corriente de cierta denuncia que muestra, en este caso, la trama de una joven obrera del mismo nombre que funciona como arquetipo de la injusticia social y, al mismo tiempo, del lugar que ocupaban entonces las mujeres en aquellos tiempos. La novela, en su gélido tono y en el ambiente de asfixia cotidiana que transmite, puede ofrecer por momentos un paisaje de miseria y desesperación, pero, detrás de su oscuro trasfondo, se esconde una reflexión desnuda sobre la condición humana.

ENSAYO

«El roce del tiempo»

Martin Amis

ANAGRAMA

424 páginas,

24,90 euros

(e-book: 9,99)

Martin Amis, de las Vegas a Travolta; por Diego Gándara

Política, literatura y deporte desfilan por estos perpspicaces textos del escritor

Hay un Martin Amis novelista y otro ensayista, autor de artículos y de crónicas y también de libros que no tienen nada que ver con su ficción sino con su condición de escritor o, lo que es lo mismo, de un hombre que se dedica a escribir. Es decir: está el Martin Amis de novelas como «Dinero», «La información» o «Campos de Londres» y está el Martin Amis de libros como «Visitando a Mrs. Nabokov», «La guerra contra el cliché» o «El segundo avión». «El roce del tiempo», que reúne textos sobre toda clase de temas (temas, por otra parte, que resultan cercanos al autor) y publicados en periódicos como «The New York Times Book Review», «Time Literary Supplement» y «The Wall Street Journal», pertenece a este último Amis. En cualquier caso, un Amis y otro sonel mismo. Un escritor que también ha ejercido el periodismo, que permanece atento a la coyuntura mundial y que despliega, con una mirada que se mueve entre la ironía inteligente y la indulgencia que concede el sentido del humor, su visión sobre sus escritores favoritos, sobre la cultura actual, sobre su oficio de escribir.

Divididos según se trate de cuestiones políticas, literarias, deportivas o personales, Amis aborda desde un viaje al universo lúdico de Las Vegas hasta un encuentro con John Travolta, aunque también traza perfiles personalísimos de autores cuya obra admira, como Vladimir Nabokov, Saul Bellow, Iris Murdoch, Anthony Burgess, J. G. Ballard, Don DeLillo y Christopher Hitchens, o se inmiscuye en la crónica social sobre la muerte de Lady Di, el ascenso político de Trump, el terrorismo islamista y la narcoviolencia colombiana, sin olvidarse de esa gran pasión de multitudes llamada fútbol.

«La prosa discursiva –dice Amis en la nota introductoria de «El roce del tiempo»– no puede liberarse del ego y, en todo caso, siempre sería mejorable». En ese sentido, los textos reunidos no dejan de ser, de algún modo, los textos de un escritor. Ya se trate de un reportaje colorido sobre la industria del porno, el proceso creativo de «La flecha del tiempo», la vida de escritor rodeado de fama y sujeto a viajes promocionales, la Final de la Liga de Campeones de 1999 o la inanalizable personalidad de Diego Maradona, lo que sobresale por encima de todo es esa doble vida que, según Nabokov, llevan todos los escritores, que tienen siempre en la mente la frase llena de color entre la llovizna, «la página en blanco esperándome bajo la lámpara del escritorio de mi casa moderna», asegura el autor.

Para ser leídos

«Los escritores llevan una doble vida», repite Amis. Pero, advierte, los escritores también mueren doblemente. «Es el pequeño y sucio secreto de la literatura –dice a modo de consuelo–. Los escritores mueren dos veces: una cuando muere su cuerpo y otra cuando se apaga su lengua». Estos textos perspicaces, redactados con claridad, sin ambigüedades, pueden ser leídos, así, como un complemento perfecto de su obra de ficción, como si ambas vidas, la del escritor y la del ensayista, no hicieran más que contemplar la esctritura cotidiana, ese roce, quizá, del tiempo.

sobre el autor

Martin Amis nació en Inglaterra en 1949. Debutó brillantemente como novelista con «El libro de Rachel», galardonada en 1973 con el Premio Somerset Maugham

ideal para...

los lectores habituales de Amis, pero también para aquellos que sepan apreciar textos bien escritos y sagaces

un defecto

Un par de errores sobre Maradona. «El Diego» nació en Villa Fiorito y no en Villa Fiorita. Y Jorge Cyterszpiler no fue su primer entrenador, sino su primer representante

una virtud

Observa aquello que, en general, suele pasar desapercibido

puntuación

9

NOVELA

«Mañana tendremos otros nombres»

Patricio Pron

ALFAGUARA

280 páginas,

18,90 euros

Los «fake» emocionales de pron; por Ángeles López

Este es el mapeo de un fracaso. El peor de todos: el que atañe al universo de los afectos. La disección del desamor en los tiempos de redes sociales, fotos antes que la degustación de un plato, el estrés figurar, la asepsia emocional, las citas exprés, los amores sin profundidad de campo y el «todo vale por un like». El amor ya no es el amor sino otra cosa; debiéramos encontrarle un otro apelativo relacionado con el consumo. Pron no lo renombra, pero lo retrata, que es mejor: en las primeras páginas de «Mañana tendremos otros nombres» asistimos al final de una relación de pareja que mantenían dos personajes a los que solo conoceremos como Él y Ella –para no tomarles afecto o porque pudieran ser cualquier de nosotros–, para asistir, después, a su separación tras cuatro años de convivencia. Ella, arquitecta, tiene miedo a hacer planes de futuro y ha esgrimido una razón tan fácil como falsa: un amante. Él, escritor de ensayos, se queda desconcertado ante una nueva realidad que no conoce, que no sabe cómo se puede computar. Con estos mimbres se presenta una novela de amor-desamor que no es otra cosa que una indagación milennial sobre la mutación de relaciones, las redes sociales y el aquí te pillo-aquí te mato sentimental.

La trampa de las emociones

Pero el autor no se detiene en la pena, la desolación o el abandono, sino en la situación del mundo urbano, hiperquinético y occidental, donde las relaciones no son sinceras y se ciñen a las leyes del mercado como si de acciones en Bolsa se tratara. De este modo, la historia llega hasta un final casi epifánico a través de un camino de baldosas analíticas e inquisitivas en las que cada párrafo mordaz sirve para reforzar no pocas reflexiones que todos nos hacemos sobre internet, las «fake» relaciones», los «fake» amigos», la volatilidad del ser y su entorno, el posible derrumbe de la monogamia y la futilidad del poliamor. Pron juega con nosotros. Hace que nos identifiquemos y maldigamos cada acción narrativa, cada cuerpo de su trama, hasta quedarnos en territorio de nadie. En medio de la nada. Como si nos hubieran expulsado de todas las listas de Whatsapp, Facebook e Instagram a un tiempo y nos deportaran a un mundo «líquido».

No resulta baladí que él sea un escritor y ella una arquitecta, ambas profesiones creativas, porque, aunque en pocas ocasiones rocen el tema artístico, les dota de un sentido consciente de su entorno social, su presente y quienes les rodean. Otra cosa es que lo logren. La misión del novelista es dar cuenta de la realidad y Pron sabe ofrecérnosla con verdadera destreza.

sobre el autor

Pron ha escrito cinco libros de relatos, entre los que destaca «El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan»

ideal para...

comprender cómo en una vida de emergencia, las relaciones virtuales superan lo real, como dice Bauman

un defecto

Ninguno destacable

una virtud

Sabe contarnos con claridad los tiempos inciertos en los que vivimos

puntuación

9