Fútbol

Fútbol

El secreto del nuevo Odegaard

El noruego, cedido por el Madrid, llega hoy al Bernabéu La estrella de la Real Sociedad y «crack» juvenil ha explotado por fin con los consejos de Bjorn Kvarme, su agente y exdefensa realista

Martin Odegaard
Martin OdegaardJoan VallsGTRES

Si Martin Odegaard está hoy en el once inicial de la Real Sociedad, será su segunda vez como titular en el Santiago Bernabéu. La otra fue con la camiseta blanca, en un partido de Copa del Rey ante la Cultural Leonesa, antes de iniciar un viaje que, ahora sí, apunta a final feliz. El chico que inundó de cámaras y micrófonos la sala de prensa de Valdebebas en su presentación como jugador del Real Madrid con dieciséis años recién cumplidos, llega esta noche a Chamartín con casi veintiuno y como la gran atracción del equipo rival. El tiempo que separa estas dos fechas ha sido casi una vida entera para el internacional noruego, con periodos complicados alejado de las cámaras en busca de la confianza y el fútbol perdidos.

El hombre clave en el evidente crecimiento de Martin también ha estado fuera de los focos y se llama Bjorn Tore Kvarme. Un agente de esos que en sus representados ven una persona y no un cheque en blanco y a quien desde que colgó las botas en el Rosenborg le ha gustado siempre ayudar a los jugadores jóvenes. Kvarme fue defensa central del Liverpool durante tres temporadas (1996-1999) y tras pasar por el Saint Etienne francés jugó 84 partidos con la camiseta de la Real Sociedad, tres cursos que incluyen el de 2002-03 en el que los realistas, dirigidos desde el banquillo por Denoueix, le pelearon la Liga al Real Madrid hasta el último partido.

El padre de Odegaard, Hans Erik, recurrió a Bjorn cuando veía que la carrera de su hijo se estancaba después de un estrellato juvenil de esos que son difíciles de digerir. Y a partir de entonces todo empezó a cambiar. «Lo primero que se encuentra es un chico bajo de confianza, con mucha incertidumbre tras el subidón que pegó su carrera con dieciséis años. En esa primera etapa, la receta que aplicó Bjorn fue cercanía, cariño, estar encima del jugador, arroparlo, con muchas conversaciones que no eran de fútbol», cuenta Javier Cordón, amigo y colaborador en ocasiones de Nordic Sky, la agencia de representación de la que es socio el exfutbolista noruego.

Martin pasó momentos duros en su primer curso cedido en la Eredivisie holandesa, en el Heerenveen, a donde Kvarme viaja regularmente para estar junto a su futbolista y trasladarle un mensaje claro. «Vamos a ir juntos, vas a salir de aquí y confío en tus posibilidades». Al año siguiente vuelve a Holanda para seguir creciendo en el Vitesse y allí también está su representante, que hace un poco de padre, de psicólogo, de «coach»... «Recupera la confianza, todo mejora y entonces el discurso es otro. Se trata, desde el sentido común, de elegir cuál debe ser el siguiente paso, sin tomar atajos», continúa Cordón, que ha seguido desde cerca todo este proceso que escapaba de los grandes titulares. Con el Vitesse, Odegaard firma 11 goles y 12 asistencias en 39 partidos, unas cifras que confirman su evolución.

El verano pasado fue muy activo para el entorno del chico, que tiene que decidir dónde continuar su carrera. Al Real Madrid llegan decenas de ofertas: de la Bundesliga, de LaLiga española, de Italia, de Holanda. Algunos clubes quieren al futbolista en propiedad, pero el Real Madrid no vende, porque en las oficinas de Chamartín creen todavía en esa apuesta que hicieron en enero de 2015, arrebatando al Barcelona el fichaje del noruego.

Lo que quería Odegaard era un proyecto que le diese valor y minutos en un torneo competitivo. La Real Sociedad le ofrece eso y, además, dos años de cesión. El pasado de Kvarme como realista y su conocimiento de cómo se trabaja en Anoeta hacen el resto. Su aterrizaje en San Sebastián ha sido redondo tanto dentro como fuera del campo, donde lleva una vida tranquila y centrada únicamente en el fútbol. Cuentan que Odegaard es lo más alejado a una estrella que se pueda imaginar en su día a día: muy cercano y educado, aprendió español en su primer año en Madrid, un idioma que había estudiado en el colegio de más pequeño. Los que le conocen le definen como «majo», con valores familiares y que se cuida un montón en lo físico. En este apartado también ha crecido. Antes era talentoso, técnico y habilidoso. Ahora además es fuerte y rápido. Se nota su trabajo en el gimnasio. «Al llegar a Madrid por primera vez era un jugador incompleto y ya apunta a futbolista top», concluye Javier Cordón.

Hoy Odegaard buscará exhibirse ante la que, seguramente, será su afición, en un Bernabéu que le espera con muchas ganas. Ha anunciado que si marca no lo celebrará y tampoco si en unos años lo hace para el Madrid contra la Real Sociedad.