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El Real Madrid gana el derbi al Atlético porque Vinicius enciende la luz

Un gran pase del brasileño en las segunda mitad dio la victoria a los de Zidane

La Liga Santander - Real Madrid v Atletico Madrid
Benzema ha marcado el 1-0JUAN MEDINAReuters

Se paró Vinicius, que es lo que le faltaba, aprender a pararse, tan importante como correr: levantó la cabeza y miró. Tenía tres rivales enfrente, esperando. Es lo que tienen los jugadores importantes, que dan miedo y los defensas temen y no saben cómo afrontarlos. Si se mueven, saben que van a ser desbordados y entonces esperan, quietos, a un paso de la derrota.

Quieto estaba Viniciuis, pero amenazante. Sólo estaba quieto físicamente, mientras pensaba, mientras aguardaba el momento en que Mendy hiciera el moviento correcto. El francés, que ha quitado el puesto a Marcelo puede que definitivamente, que completó su mejor partido desde que llegó en verano, hizo lo que esperaba el brasileño: a la espalda de los tres.

Ahora tenía que llegar la pelota. Vinicius lo logró: se inventó un pase imposible y después Mendy se la puso al delantero centro blanco, Benzema, quién si no, para marcar el tanto del partido y sacar al Real Madrid de un apuro importante. Vinicius dio la luz en un día en que los de Simeone la habían apagado y gracias a él, el Madrid se confirmó en el liderato y dejó atrás una de las peores citas y muy lejos al Atlético de Simeone. Ya no es rival para LaLiga ni para la Copa y ahora lo tiene que fiar todo a la eliminatoria de la Champions contra el Liverpool. No es lo mejor, la verdad, para jugártela.

El partido lo cambió Vinicius, porque antes lo había cambiado Zidane. Ha conseguido lo que buscaba, que el Real Madrid juegue con la misma naturalidad con distintos sistemas, no ya entre partidos, sino en el mismo encuentro. Va cambiando de dibujo hasta que encuentra el modo de derrotar al rival. Por eso suma veintiún partidos consecutivos sin perder y por eso ahora obliga al Barcelona a no despistarse en su encuentro contra el Levante.

Repitió Zidane el mismo sistema que en la final de la Supercopa, el de los cinco centrocampistas, con Isco y Modric, porque quería la pelota y evitar las contras del Atlético. Pero lo cierto es que no funcionó. No encontró su sitio el conjunto blanco, sin espacio para moverse. Simeone jugó con la defensa muy arriba y con Thomas y Llorente mordiendo en el centro del campo. No se podían tener errores y lo que ya era imposible era darse media vuelta. Cuando Kroos sacaba la pelota, no encontraba a quién dársela y por eso insistía con balones cruzados, pero horizontales, sin peligro.

El Atlético se fue haciendo con la situación. El partido era el que quería, con el centro taponado y sin que el Madrid pudiera llegar por las bandas. Ni siquiera tenía la pelota. Vitolo, en cambio, se movía con facilidad entre líneas y Morata, cuando estuvo en el campo, dio una lección de cómo controlar y esperar a los tuyos. Fue el faro del Atlético y se ganó el odio de la que tantos años fue su afición. Fue él quien protagonizó una jugada que enfadó a los atléticos. Se cayó cuando forcejeba con Casemiro en el área. No vio penalti el colegiado y desde el VAR tampoco consideraron que fuera una jugada clara.

Lo cierto es que cuando llegó el descanso, el Atlético tenía mejor cara. Entonces actúo Zidane, intervencionista, decidido a por LaLiga y dio la vuelta al equipo. Quitó a Kroos y a Isco y abrió el campo con el trabajo de Lucas y la habilidad de Vinicius. El partido perdió orden y se volvió más dinámico: se puso en plan Vincius, en plan para que Vinicius lo resolviera

Y ahí ganó el Real Madrid: creció Mendy, que se hizo con la banda izquierda con personalidad y creció Valverde, ya en su sitio y adueñándose de la situación con su zancada libre. Era ya el líder quien mandaba en el encuentro. Cuando se pone a defender un resultado es un equipo, ahora mismo, insuperable. Por eso lleva, a estas alturas de la temporada, menos goles que nunca. Zidane ha conseguido lo que pretendía: que el equipo sea lo más fiable atrás y después ya se resolverán los encuentros.

El Atlétíco perdió a Morata porque lo cambió Simeone y cuando intentó llegar al área no tenía delanteros. Cuando tuvo que ir a ganar el partido, no encontró la manera de hacerlo, superado ya sí por el Real Madrid y tirando de canteranos para buscar el empate. Pero no tuvo oportunidades.