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Coronavirus. Así es un “día no normal” en el encierro de Eder Sarabia

El segundo entrenador del Barcelona explica en una carta pública cómo está siendo su confinamiento

El segundo entrenador del Barcelona, Eder Sarabia, ha explicado en una carta facilitada por el club cómo es su día a día en el confinamiento propiciado por la pandemia del coronavirus, momentos complicados y “no normales” en los que intenta ser positivo, mantenerse en forma y valorar más todo lo que tiene.

“Pero no, nada de eso pasó. Porque ayer no fue un día normal”, escribió tras explicar cómo hubiera sido el 24 de marzo de no haber aparecido en nuestras vidas el COVID-19, un virus que ha cambiado, en menor o mayor medida, la vida de casi todo el mundo en este arranque de 2020.

Sarabia lamenta no poder acudir a la Ciutat Esportiva Joan Gamper, no poder desayunar allí junto al primer entrenador, Quique Setién -con predilección por un bol de fruta-, ni preparar el entrenamiento o planificar una semana que, de haber sido normal, sería de “parón" de selecciones. “Habríamos comentado algo sobre lo que habíamos hecho en el día libre (yo, seguramente, una buena ruta en bici), habríamos recordado con cariño que se cumplían 4 años de la muerte de Johan y nos habríamos puesto a hablar de lo que íbamos a hacer en el entrenamiento de las 11 horas y en la planificación de lo que sería una semana diferente con los partidos de las selecciones nacionales”, aportó Sarabia.

Lo normal habría sido una sesión suave, tras 48 horas del partido contra el Leganés, y “corregir y reforzar” algunos aspectos del juego pese a no tener ya en el césped del Camp Tito Vilanova a los jugadores internacionales. En cambio, en su día “no normal”, hizo cosas bien distintas. “Me desperté más tarde de lo habitual, y con las piernas un poco cargadas por el entrenamiento que había hecho el día anterior en el salón de mi casa conectado con algunos de mis amigos vía FaceTime.

Puse un poco de música y me preparé el desayuno. Después, estuve un buen rato con el ordenador, repasando los últimos partidos del equipo”, comentó, sin desconectar del todo del FC Barcelona. “Y es que nos está tocando vivir un momento difícil. Sobre todo, a aquellos que están padeciendo de cerca el maldito virus, a quienes han perdido seres queridos, a quienes lo están combatiendo en primera línea o a aquellos que por las consecuencias de la pandemia se han quedado sin sus trabajos y no saben cómo será su futuro. Para todos ellos, mi más sincero reconocimiento y solidaridad”, se sinceró.

Sarabia, pese a perder el fútbol y sus salidas en bicicleta -”una de mis pasiones"-, es optimista. “Esta situación me está privando de hacer casi todo lo que me llena y me hace feliz. Pero mi decisión ha sido afrontarla con humor, alegría y actitud positiva”, aseguró.

Antes de comer, jugué unas partidas al ajedrez y estuve aprendiendo un poco de catalán con un curso en línea al que me he apuntado. Cociné una rica ensalada de pasta (una de mis especialidades) y después me tumbé en el sofá a echarme una pequeña siesta”, comentó sobre su martes 24 de marzo. “La tarde la dediqué a ver, muchos años después, la mítica etapa del Tour del 91 en la que Indurain se vestía por primera vez de amarillo, a hacer planes para cuando todo esto acabe y a tragarme un par de capítulos de la serie que ahora me tiene enganchado: ‘You’”, manifestó.

“A las 20 horas, como cada día, tocaba salir al balcón para demostrar, como sociedad, nuestro sentimiento de equipo, nuestro apoyo y nuestra admiración. Aplaudí a toda esa gente que cuida de nosotros en estos momentos tan duros y están jugando, por todos nosotros, su particular final de la ‘Champions’”, prosiguió. Antes de cenar una tortilla francesa y pollo a la plancha, volvió a entrenar e incluso a bailar. Tras la cena, conversación telefónica con sus padres y hermana.

“Antes de acostarme, repasando lo que había sido mi día, le dediqué un buen rato a escribir este artículo. Pensando que hoy, y ya llevamos doce días, volverá a no ser un día normal”, señaló. “Y es que, en realidad, llevo muchas semanas, muchos meses y muchos años sin vivir días ‘normales’. Porque sé que soy un privilegiado. Y esta difícil situación que estamos pasando está haciendo que sepa valorar todo, si cabe, mucho más; que sea más consciente de todo lo que tenía, y pronto recuperaré, y de todo lo que tengo; y me está enseñando a vivir de otra manera para seguir siendo una persona positiva, optimista y feliz”, concluyó.